La superficie cultivada con semillas de algodón fiscalizadas para la campaña 2017/18 alcanzó las 109.000 hectáreas, siendo la mayor en 10 años. El área representa el 36 por ciento del total de la superficie algodonera sembrada y triplica a la registrada en la campaña 2016/17 cuando se alcanzó el 11 por ciento.
De acuerdo con datos proporcionados por la Dirección de Estimaciones Agrícolas y Deligaciones, los productores emplearon 2505 toneladas de semillas bajo control.
Los buenos resultados son el corolario del trabajo de fiscalización realizado por parte del Instituto Nacional de Semillas (INASE), la interacción con el sector privado de la cadena algodonera y la creación del Registro Único de Semillas (RUS algodón).
El objetivo es combatir la ilegalidad en el proceso algodonero, cuya producción se comercializa luego sin pagar los impuestos que corresponden.
Además, incentiva a los productores a utilizar la genética moderna en las simientes para que mejoren los cultivos, explicó el presidente del INASE, Raimundo Lavignolle,
El director nacional de Agricultura, Ignacio Garciarena, destacó la importancia de que se “se genere un marco normativo confiable” y sostuvo que el hecho de que los productores hayan respondido positivamente “hará seguramente que nuevos actores quieran invertir en genética algodonera en Argentina”.
La semilla fiscalizada es aquella que, además de cumplir los requisitos generales, como el nombre del identificador, pasa por un control oficial durante las etapas de su ciclo de producción que garantizan su pureza.