El desarrollo de exploraciones en la Cuenca Argentina Norte (CAN) en la búsqueda de petróleo abre expectativas sobre el futuro energético del país. En ese sentido, Marcelo Guiscardo, presidente del Clúster de Energía de Mar del Plata, detalló las operaciones que se están llevando a cabo en los bloques CAN-107 y CAN-109, liderados por Shell y Qatar Petroleum.
A fines de noviembre, llegó al puerto de Mar del Plata el buque “Pxgeo2” responsable de llevar a cabo las tareas de prospección sísmica 3D y cuenta con el apoyo de dos embarcaciones adicionales que garantizan la seguridad de las operaciones. “Este tipo de barcos avanzan muy lentamente, a unos cuatro nudos y llevan una rastra de hidrófonos de 12 kilómetros de largo. Las naves de apoyo son esenciales para mantener despejado el camino”, explicó Guiscardo a serindustria.com.ar
Además de garantizar la navegación segura, los buques también realizan tareas logísticas como la carga de combustible, agua y víveres. Eso ocurrió recientemente cuando uno de esas embarcaciones fue vista en el puerto marplatense. “Generalmente vienen y se van en el mismo día, ya que tienen todas las compras programadas. En ocasiones también se aprovecha para realizar reparaciones menores, como sucedió a principios de mes con el casco del barco principal”, agregó el empresario. En esa oportunidad, la reparación estuvo a cargo de la empresa Canal y Canal, una compañía de buceo local que forma parte del clúster energético y que realizó tareas específicas en la parte visible del casco.
Un paso fundamental: los datos sísmicos
La prospección en los bloques CAN-107 y CAN-109 tiene aún una duración estimada de tres meses y busca recopilar información que permita evaluar el potencial de hidrocarburos en la zona. La sísmica es esencial para comprender qué tipo de formaciones geológicas existen bajo el lecho marino. “Esta información, combinada con los datos recabados en exploraciones previas, como las del bloque CAN-100, será clave para reducir riesgos y optimizar futuros proyectos de perforación”, afirmó Guiscardo.
El bloque CAN-100, explorado previamente por YPF y Equinor, aunque no hizo hallazgos concluyentes, proporcionó datos valiosos que permiten ajustar las estrategias actuales. “Shell tiene acceso a esta información y la está utilizando para refinar su plan de exploración en los bloques actuales. Esto refuerza nuestras expectativas”, destacó.
Guiscardo señaló que la perforación de pozos en los bloques no serían inmediatos. “Luego de finalizar la prospección sísmica, se necesitan al menos seis meses para analizar los datos y determinar si las formaciones identificadas justifican una perforación. Si todo sale bien, la decisión podría tomarse hacia fines de 2025 y las perforaciones comenzar en 2026”, explicó.
Este cronograma subraya la complejidad de los proyectos offshore, que requieren inversiones millonarias y un análisis detallado para garantizar su viabilidad. “Para el CAN 100 tenían un estimativo de unos US$ 5.000 millones para hacer el desarrollo. Por eso, es común que si los resultados son positivos, las empresas busquen socios para compartir los riesgos y los costos”, agregó.
La exploración offshore en la Cuenca Argentina Norte también pone de manifiesto la importancia de la colaboración entre el sector público y privado. Guiscardo destacó que estas iniciativas no solo generan empleo y dinamizan economías locales, sino que también posicionan a Argentina en el mapa energético global.
“La comunicación con la sociedad es fundamental. Debemos explicar los beneficios y los planes para garantizar un desarrollo sostenible. Esto incluye el uso de tecnologías de punta que minimicen el impacto ambiental y promuevan la transición hacia energías más limpias”, afirmó.
Por su parte, YPF y Equinor continúan interesados en la exploración offshore, con planes para iniciar nuevos trabajos de prospección sísmica en otros bloques a partir de 2025. “Ambas empresas están atentas a los resultados de Shell, ya que esto podría influir en sus decisiones futuras. Mientras tanto, YPF también explora oportunidades en áreas al norte de Mar del Plata y Uruguay”, explicó.
El desarrollo del offshore en Argentina enfrenta retos técnicos y regulatorios, pero también representa una oportunidad única para diversificar la matriz energética y potenciar el crecimiento económico. “La expectativa generada en torno a estos proyectos nos permitió avanzar. Ahora debemos seguir trabajando con transparencia y compromiso para garantizar el éxito de estas iniciativas”, concluyó Guiscardo.