Energía Argentina realizó hoy la firma de los contratos con ESUCO para la reversión del sentido de flujo de cuatro plantas compresoras del Gasoducto Norte. El acto tuvo lugar en la sede de la compañía y fue encabezado por Juan Carlos Doncel Jones, presidente de Energía Argentina. Por ESUCO participó su presidente, Ramiro Juez.
Con la rúbrica de contratos se completa el último proceso de licitación de las obras de Reversión de Gasoducto Norte que estaba pendiente. Las plantas compresoras a las que se les va a cambiar el sentido -es decir revertir el sentido del flujo de gas- son las de Ferreyra y Deán Funes en la provincia de Córdoba, Lavalle en Santiago del Estero y Lumbreras en Salta, ubicadas sobre la traza del Gasoducto Norte operado por TGN.
La Reversión del Gasoducto Norte se complementa la construcción del Gasoducto de Integración Federal entre Tío Pujio y La Carlota de 122 km, además de un loop -tendido paralelo- al Gasoducto Norte de 62 km actualmente en ejecución.
Primera soldadura de caños
Además, el miércoles se realizó la primera soldadura de caños de la Reversión del Gasoducto Norte en La Carlota, localidad cordobesa donde se inicia la traza de una de las obras principales del proyecto.
Esta tarea se llevó adelante mediante un sistema semiautomático en el kilómetro 0 del denominado Gasoducto de Integración Federal Tío Pujio – La Carlota, un ducto de 122 kilómetros con caños de 36 pulgadas de diámetro que permite vincular el Gasoducto Centro Oeste con el Gasoducto Norte.
Asimismo, el proyecto se completa con una ampliación (loop) de 62 km y el cambio de sentido de flujo de cuatro plantas compresoras. A su vez, ya se encuentran en funcionamiento los obradores y campamentos de Etruria, Ticino y Ucacha, donde también se acopian los caños.
La Reversión del Gasoducto Norte, cuya finalización está prevista para fines de agosto del corriente año, permitirá llevar el gas de la formación Vaca Muerta en Neuquén, segunda reserva no convencional del mundo, a Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Tucumán, para sustituir el gas que proviene de Bolivia, abastecer a hogares e industrias y permitir el desarrollo a escala de nuevas actividades como la minería de litio.