Desde 1972, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha liderado y conmemorado el Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de junio, convirtiéndolo en una plataforma global para crear conciencia ambiental y promover la protección y restauración de los ecosistemas del planeta.
El lema elegido para 2023 es “#SinContaminaciónPorPlásticos“, en línea con el llamado mundial a una prohibición global de plásticos de un solo uso, respaldada por el histórico acuerdo alcanzado por 175 países en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 2022.
En ese acuerdo, se solicitó la creación de un instrumento internacional legalmente vinculante para abordar de manera más efectiva y equitativa la contaminación por plásticos, estableciendo regulaciones y acuerdos globales. En la reciente negociación de este tratado internacional para combatir la contaminación por plásticos, que concluyó el 2 de junio, se acordó desarrollar un borrador del tratado con reglas globales antes de la próxima ronda de negociaciones en Kenia en noviembre de este año.
Actualmente, más de 11 millones de toneladas de plástico ingresan al medio ambiente cada año, y si no se toman medidas, se espera que la contaminación por plásticos se triplique para el 2040. Para abordar esta crisis, es esencial que los gobiernos y el sector privado implementen medidas efectivas basadas en avances científicos y soluciones existentes, según destaca la Fundación Vida Silvestre Argentina.
No hay tiempo que perder
La sostenibilidad eficiente abarca todos los aspectos de nuestra vida, desde la energía y la producción de productos hasta el comercio, el transporte y nuestros sistemas alimentarios y económicos. Es fundamental considerar los impactos ambientales, las especies y los servicios ecosistémicos al tomar decisiones sobre políticas públicas y comerciales.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos 50 años por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el ambiente sigue degradándose. Nos enfrentamos a una triple crisis que incluye el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y altos niveles de contaminación. Nuestra generación ha consumido recursos naturales a un ritmo insostenible, superando la capacidad de regeneración del ambiente. Esto compromete no solo las necesidades de las futuras generaciones, sino también nuestro propio desarrollo.
Argentina también tiene su parte de responsabilidad en esta crisis ambiental global. La deforestación de bosques nativos, la conversión de áreas naturales como pastizales y humedales sin una protección adecuada ni un uso sostenible, la sobrepesca y el desperdicio de recursos pesqueros, los impactos negativos de la pesca no regulada y no declarada, y las altas emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de agroquímicos son algunos de los problemas que enfrentamos.
Desde Fundación Vida Silvestre Argentina señalaron que es urgente tomar medidas para abordar estos desafíos. En ese sentido, indican que se necesitan políticas y acciones concretas que promuevan la protección y conservación del medio ambiente, la gestión sostenible de los recursos naturales y la reducción de las emisiones contaminantes. “Solo a través de un enfoque integral y coordinado podemos lograr un futuro sostenible para nosotros y las generaciones venideras”, concluyeron.
Datos relevantes
- Las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces sufrieron un descenso promedio del 69% a causa de la degradación ambiental por las actividades humanas. En América Latina, se registra el declive regional más alto, con una disminución del 94%. (Informe Planeta Vivo 2011).
- La deforestación y la trasformación de ambientes naturales son las grandes amenazas para la biodiversidad y para la provisión de importantes servicios ecosistémicos. Es el caso del Gran Chaco, que se encuentra entre uno de los 24 frentes de deforestación a escala global (9 están en América Latina) impulsado principalmente por la producción de soja y la ganadería a gran escala. (Reporte “Frentes de deforestación; impulsores y respuestas en un mundo cambiante” WWF).
- La explotación de combustibles fósiles, tanto en tierra firme como en off shore, contribuye significativamente al aumento de fuentes de energía contaminantes, incrementando los gases de efecto invernadero que acrecientan los efectos negativos del cambio climático. Esta explotación retrasa día a día la aplicación de tecnologías ya ampliamente conocidas para la generación de energías renovables.
- El mar argentino y sus zonas de influencia se encuentran amenazados por la sobre explotación y el descarte pesquero, a la par de los efectos sumamente negativos que produce sobre las especies marinas la contaminación generada por la basura plástica, proveniente tanto de las ciudades como de la actividad pesquera. (Censo Provincial de Basura Costero Marina y Descarte Ilegal).