Ante el apriete continuo de los fondos de inversión sobre el gobierno argentino, creemos conveniente considerar que llegó el momento de recuperar el control de la política económica. Acompañemos al Presidente Alberto Fernández en la tarea de reorganizar, las secuelas del saqueo que nos dejó el macrismo.
El Frente de Todos llega al gobierno, en el medio de una gravísima crisis económica-financiera y con un control de Cambios fijado por el mismísimo Mauricio Macri con fecha 1 de septiembre de 2019, creado mediante DNU 609/19.
Imaginemos que si un gobierno de las características del macrismo impuso un mercado de cambios controlado con administración de las divisas por parte del Estado, es porque la gravedad era tal, producto de la fuga de divisas sin control, las nulas inversiones extranjeras y el despilfarro de las finanzas públicas en amigos y estudios jurídicos corporativos como consultores-socios que estaban de los dos lados del mostrador, dentro del Estado y defendiendo los intereses de empresas fuera de éste en conflicto de intereses y colisión con los intereses del país y la ley de ética pública y la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción ley 26.097 (habrá que auditar para determinar responsabilidades).
El cruce de intereses y conflictos era mirado de costado y apoyado por ese gobierno que sacaba tajada de ello y se erigía, por otro lado, como el defensor de la seguridad jurídica y supuesto garante de la República (las instituciones se transformaron en las guaridas de los amigos con abultados sueldos, negocios de uno y otro lado del mostrador). Todo terminó en unos pocos beneficiados y en la falta de trabajo, desempleo y aumento de la pobreza hasta niveles impensados para el común de la gente fuera de la élite. (JV)
Aldo Ferrer nos decía en su libro “Programa para la Reconstrucción y el Desarrollo Argentino”: El primer requisito para cambiar el rumbo e iniciar la reconstrucción y el desarrollo, es reasumir el control de la política económica. Esto requiere, primero, aislar la plaza financiera interna de la internacional y segundo, que el Banco Central recupere la conducción de la política monetaria.
Recuperemos la Soberanía Monetaria
Con libertad de movimiento de fondos con el exterior, los operadores pueden optar entre la tenencia de activos locales o divisas. Así la política monetaria y fiscal queda sujeta al cambio de las expectativas, las que obviamente no puede manejar el gobierno local.
Llevamos años donde el país es saqueado por seguir políticas económicas “siempre bien recomendadas”, por los sectores ligados al sistema financiero. Hemos llegado a naturalizar el hecho que el Estado tenga que proveer divisas, para que sectores con capacidad de ahorro puedan atesorar o llevarlas donde quieran. Esto no ocurre en ningún lugar del mundo desarrollado.
La manera de terminar con la pobreza es generando 20 millones de puestos de trabajo, movilizando todos los recursos de la Nación a través del gasto del Estado.
Las divisas son esenciales para la Argentina, ya que en la historia nuestro país no produce los dólares suficientes para atender demandas externas e internas, en tanto el dólar sigue siendo la moneda de intercambio comercial del comercio internacional. La puja de las divisas se impone en un Estado que tiene pocas y por lo tanto, no sólo no hay que rifarlas. Hay que poner pautas claras no dubitativas de marchas y contramarchas, se necesita un mercado cambiario controlado, pero con las seguridades necesarias y que el Estado se anime a preservar lo que es en interés de todos los argentinos para un verdadero desarrollo productivo nacional. (JV)
Si bien el BCRA ha introducido algunas limitaciones para los egresos del mercado cambiario, en cuanto a pagos al exterior, el problema radica en que esto, se encuentra próximo a vencer ya que su duración será hasta el próximo 31.7.20.
El BCRA fue ampliando los plazos de los controles a cuenta gotas. Primero hasta el 30.6.20, luego hasta el 31.7.20 y todos sabemos que el problema de las divisas no se va a mejorar con ningún arreglo de la deuda, ya que es un problema estructural que se arrastra de la historia del país. (JV)
La situación hoy es grave, las divisas sólo deberían salir para fines vinculados a estrictas necesidades económicas vinculadas a la real producción, a la necesidad estricta de cubrir insumos, también a proyectos de inversión reales de las empresas locales. No podemos ir en contra de la producción, pero tampoco se pueden fijar estas normas cortoplacistas para ser complacientes con unos pocos, sino por el contrario, que sean de largo alcance permitirá brindar mayores seguridades en el comercio para permitir incluso las proyecciones futuras. El eje siempre es el interés general y nacional. (JV)
Toda la estructura del Banco Central, esta colonizada por años, de estar al servicio de los intereses del capital financiero internacional.
Debemos dictar normas que impliquen, la existencia de una sola ventanilla, para la transferencia de divisas al exterior.
Proponemos sea del Banco Nación Argentina, previa verificación de la procedencia, y autorización por parte de la verificación de los organismos estatales pertinentes, incluso del BCRA y AFIP, para controlar la legitimidad de la operación.
Cuando Perón llegó al primer gobierno nos decía: “lo primero que hice fue cerrar las canillas por donde se iba la riqueza.” Buena enseñanza, que deberíamos aplicar en lo inmediato.
Cerrar la fuga de la Hidrovía y los puertos privados. Hay que contar, pesar y medir todo lo que sale. Estar conectados online con el Banco Nación, para poder verificar el ingreso de las divisas. Hay que penalizar, con penas de cumplimiento efectivo, el fraude del comercio exterior. No basta con que AFIP ponga precios de transferencia, debemos aceitar los mecanismos de control sobre todos los movimientos de la Hidrovia. Hay que terminar con los secretos aduaneros, para que entre todos podamos controlar los precios que se declaran.
También hay otras canillas importantes de fuga de divisas. Sectores pesquero, minero, automotriz. Nos referiremos en otro artículo.
*Por César Crocitta, Lic. Economía UBA. CPN: Consejo Productivo Nacional. Empresario.
*Por Bruno Capra, Ing. UBA. CEEN: Central de Entidades Empresarias Nacionales. IESO: Instituto de Energía Scalabrini Ortiz.