Desde Panamá, el argentino Walter Álvarez, CEO de BlockFactory, explicó los distintos usos que el sector industrial puede darle a la blockchain. En ese sentido, señaló que implementar esta tecnología permite mejorar procesos productivos, logísticos y reducir costos.
En diálogo con Ser Industria Radio, el empresario, destacó a Argentina como líder en blockchain en un mundo que busca esos servicios e indicó las oportunidades que esto trae aparejado. Sin embargo, manifestó que hay una falta de recursos humanos en la materia a nivel global.
Álvarez, licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), contó que junto a su socio trabajan desde hace más de 10 años en el sector de ciberseguridad y tecnología. Actualmente cuentan con equipos integrados por personal argentino que trabaja en San Luís, Córdoba, Misiones. También desarrollan tareas desde Perú, Ecuador, España, México, Colombia. “Es apasionante ver que podés trabajar en cualquier lugar del mundo, ya no hay barreras”, dijo.
¿Cómo explicás la importancia de la Blockchain?
Blockchain nos ha permitido generar un registro que podemos compartir con distintas personas y que, cuando alguna cambia algo, replica en todos que, a su vez, tenemos que aprobarlo. Tiene varias características. Una es que genera confianza de las partes y otra la inmutabilidad de los datos que no se pueden modificar. Pueden agregarse nuevos, pero siempre tenemos el respaldo anterior. Eso genera mucha transparencia para operaciones de distintos tipos. Después hay un montón de casos de uso. Hoy se utiliza para registros médicos, identidad digital, trazabilidad alimentaria, la parte financiera con la criptomonedas, como el bitcoin, que es lo que hace más ruido. Pero esta tecnología tiene más de 30 años operando. Hay muchas corporaciones que no lo cuentan, pero están haciendo cosas en blockchain. También es una gran oportunidad para Argentina que es líder en la tecnología desde hace ya un tiempo y hay una revolución en tanto desarrollar equipos, nuevos modelos de negocios. Es interesante lo que están aportando.
En estos desarrollos, ¿hay mucha diferencia entre lo que pasa en América y Europa o Estados Unidos?
Hay algunas diferencias, sobre todo en la cantidad de dinero que se invierte. En algunos países se invierte mucho más en desarrollo de I+D. Sin embargo, acabo de venir de España donde estuve casi 15 días viendo proyectos y la realidad es que tienen la misma problemática que nosotros en América: hay una limitación con los recursos humanos. Desarrollar equipos de trabajo locales es algo que te piden en cualquier país. En Europa requieren que tengas un equipo local, que obviamente no se consigue y hay que formarlo, aunque sea a distancia y complementarlo con equipo remoto. La limitación en ese punto es global, falta gente capacitada para el desarrollo de tecnología. Cuando digo capacitada no digo que no vayan a la universidad, porque cuando terminan sus carreras tampoco están capacitados para las nuevas tecnologías, a lo que se suma la velocidad con la que se van dando los cambios. En Panamá tenemos acuerdos con la Universidad Tecnológica y con la Universidad Nacional, donde en los últimos años de estudio hacen una práctica profesional con nosotros. La verdad es que cuando nos preguntan de qué año de las carreras de tecnología necesitamos alumnos para nuestros proyectos de blockchain o inteligencia artificial, mi socio me dice “que sean de primero”. Porque todavía no están tan contaminados con las cosas que no sirven, discuten menos y aprenden más rápido que los del último año, que ya aprendieron todo y tienen que desaprender y volver a aprender, porque lo que aprendieron ya no sirve. Eso es fundamental y en todos los países pasa lo mismo. Hay una disrupción también del conocimiento, de cómo se aprende. Hoy es preferible sumar a un equipo una persona que no sepa, pero quiera aprender, a otra que venga con un título. Después, algunos países tienen más fondos, pueden darse el lujo de apoyar iniciativas, emprendedurismo, aceleración y otros no.
¿Cómo puede aprovechar blockchain el sector industrial?
Se está trabajando mucho con el tema de la trazabilidad. Desde BlockFactory estamos generando para la industria farmacéutica, donde podemos ir guardando evidencias de ciertas tomas de indicadores, que quedan guardadas en una blockchain pública como evidencias para algún tipo de auditoría o control sanitario. Blockchain está muy relacionado con la inocuidad, la seguridad alimentaria y los procesos industriales, porque podemos asegurar que esa información fue puesta tal fecha a tal hora y que eso no se cambió. Eso le da valor al dato. Por eso, primero hay que conseguir el dato, después lo protegemos y le damos un valor con blockchain.
¿Sigue siendo muy caro utilizarlo?
Usar blockchain no es caro. Lo costoso puede ser generar aplicaciones que funcionen sobre una blockchain. Se puede tener en un servidor virtual como Amazon o en algún cloud, podemos generar un ambiente. Estamos en una etapa de maduración donde hay aplicaciones que uno puede usar y solamente hacer un pago por uso. Tenemos una aplicación que da la trazabilidad industrial y en la que la empresa no tiene que generar toda la infraestructura, sino que simplemente se da de alta, le generamos un ID y a partir de ahí pueden ir subiendo sus procesos industriales. Las barreras han bajado mucho. Hace dos o tres años IBM te podía cobrar 200, 300 mil dólares para hacer un proyecto. Hoy ya es una blockchain “as a service”.
¿Están enfocados en un nuevo desarrollo?
Sí. Específicamente se orienta a la trazabilidad industrial, financiera, de productos agroalimentarios. Se le pueden dar bastantes usos, es un producto que se adapta. Por un lado, genera una trazabilidad, pero también hay otro componente que es de inteligencia de negocios, donde también acompañamos. Una vez que tenemos los datos y los guardamos, le damos una analítica y podemos mejorar los procesos industriales. Aplicado al sector agroindustrial, podemos detectar mejoras en la productividad y en la eficiencia de la logística. Es un producto interesante para todo tipo de industrias que tengan que evidenciar sus pasos. La Unión Europea, con el Pacto Verde, ha sacado ciertas reglamentaciones que van a empezar a utilizar trazabilidad por blockchain. Ya no confían solamente en que les mandes un documento y lo puedas validar. Estados Unidos va por el mismo camino. Los supermercados también. Carrefour está utilizando la trazabilidad en blockchain para algunos productos, Wallmart ya lo viene haciendo desde hace muchos años. Con el Covid, muchos productos que venían del exterior fueron sustituidos por productos locales y la gente empezó a advertir que a veces, cuando vienen de afuera, tienen un montón de información, pero el que se vende localmente no. Y el consumidor quiere saber.
La trazabilidad con blockchian va a ser clave para ingresar productos a distintos mercados. ¿Las aduanas lo están aceptando?
Nosotros trabajamos con LACChain, que es la red latinoamericana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Tenemos nodos ahí y dentro de la red están las aduanas de México, Perú, Colombia, Chile y Costa Rica. También está el SENASA de Perú, distintos organismos ya están en del sistema. No quiere decir que están haciendo muchas interacciones, pero ya están con un pie adentro, expectantes. Están viendo la necesidad porque el tema de las aduanas es fundamental. Ningún país confía en el otro y la tecnología permite que no se muestren todos los datos, sino solamente la información necesaria para ese propósito de validación. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) generó un pasaporte en blockchain que no tiene información de la persona, sino que simplemente dice si cumplís o no. Por primera vez se están haciendo cosas y además se aporta velocidad. Para darte un caso, Walmart hace un tiempo generó su propio blockchain para ver la trazabilidad de sus productos. Tardaban casi dos semanas en ver la información de las importaciones de México, dentro de la misma compañía. Les costaba porque cada departamento le ponía una identidad distinta, se perdían. Con blockchain lo hacen en 2.4 segundos. El primer caso fue con mangos exportados de México a Estados Unidos. Con esta información pueden llevar a cabo otras tareas subyacentes a la trazabilidad.
¿Estos beneficios mejoran los costos?
Sí y también, para atrás, un gobierno puede saber qué lote vino contaminado de algo mucho más rápido y no sacar todo. Es otro tema valioso.
Estamos hablando de algo que transparenta, valida y beneficia al consumidor. ¿Esta tecnología atraviesa fronteras y podría hacer que no sea necesario pasar por las aduanas?
Sí. Para generar una trazabilidad, hoy vas al origen. Por ejemplo, en Colombia vamos directamente a la finca que produce café. Desde ahí tenemos la identidad del productor, de la finca, la geolocalización, qué tipo de fertilizante usa, todo, hasta cuando llega a España y tuestan los granos. Después va al mercado y gracias al código QR que le ponen en la etiqueta, podemos saber en qué lugar se escaneó. En el caso del café, los productores pensaban que el producto quedaba en España y hemos visto que llega a Australia. Ya no hay una barrera porque, si cumple, se puede mover por muchos mercados, pero hay veces que la gente los lleva de otra manera.