La situación económica y social en Argentina alcanza cifras y situaciones dramáticas. Las estimaciones elaboradas recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), proyectan una inflación anual superior al 120% y se espera una caída de la actividad económica del 2,5% cuando cierre 2023.
A esos números, se le suma que estamos a una semana de una elección presidencial que incrementó seriamente el gasto público. Ante este contexto, el presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL) José Tamborenea, remarcó en Ser Industria Radio la “poca importancia que los políticos de nuestro país le dan a la industria”.
“Nos gustaría estar mucho más presentes en la discusión y los discursos de los políticos. Les falta mucha más industria, no es algo que sus equipos de trabajo tengan en agenda”, sostuvo el titular de CADIEEL. La entidad representa aproximadamente a 3.000 empresas, de las cuales 400 son aportantes y 90% son PyMEs que dan empleo a unas 75.000 personas.
En ese sentido se mostró firme al manifestar que “aquellos países que no entiendan que la base de la riqueza está dada por su entramado industrial y productivo, no entienden qué allí se juega la riqueza de las naciones. No hay nada que genere el Estado que no provenga de los impuestos de la actividad privada”.
“Peleamos todos los días para que la industria tenga un papel y un rol preponderante en la economía y en la sociedad argentina. En la pandemia se vio cómo la industria PyME sostiene el país. La diferencia entre un importador y un fabricante quedó revelada completamente”, agregó Tamborenea.
El empresario sostuvo que “los políticos le exigen al entramado PyME industrial que haga cosas que ellos no hacen, porque no administran bien. Los industriales, tenemos que levantar la voz y hacernos escuchar. Hay muchas familias que dependen de todo el trabajo que damos y la política no lo está poniendo sobre la mesa”.
Para Tamborenea si no se toman medidas urgentes “vamos a estar cada vez peor”. Por lo tanto, consideró que “la política tiene que cambiar, tiene que reorganizarse y empezar a entender esta problemática. Cualquier país del mundo desarrollado tiene una industria y una producción pujante. Matan por tener las mejores condiciones competitivas a nivel internacional, porque saben que tienen que vender más de lo que compran”, sentenció.
CADIEEL, desafíos globales para la industria local
En un mundo totalmente globalizado en cuanto a sus cadenas de producción, las empresas que forman parte de CADIEEL enfrentan el desafío de no quedarse atrás. Ante eso, se encuentran en “un aggiornamiento hacia lo que son las industrias inteligentes. Esto es algo que está pasando en la mayoría de las industrias”, explicó Tamborenea.
Según indicó, el rumbo hacía más tecnología implica la fabricación de productos donde las máquinas dialogan entre sí,.con información y administración de los datos con la inteligencia artificial. Sumado a robótica, machining learning, realidad aumentada para los servicios de mantenimiento, la impresión 3D con aditivos. “Todas estas cosas están empezando a ganar espacio cada vez más en todo el entramado industrial argentino y en el mundo”, aseguró.
El camino hacia la Industria 4.0 tiene que ver con la digitalización y la producción inteligente. La mayoría de los países tienen planes de desarrollo para esto. Tamborenea señaló que “no es fácil para nuestras empresas, porque tenemos una economía compleja, con altos y bajos, aperturas y cierres. Con una macroeconomía distorsionada, problemas de tipo de cambio que no hacen fácil adquirir la tecnología, implementarla y desarrollarla, sobre todo para las PyMEs”.
En ese sentido, diferenció lo que sucede con las empresas grandes que en muchos casos tienen acceso al mundo financiero, no solamente local, sino también internacional. A su vez, tienen la capacidad de exportar.
“Al PyME le cuesta mucho porque gestiona el día a día. Cuando tenés tantas distorsiones, se vuelve muy difícil abstraerse y pensar estratégicamente dónde ir. Ese día a día te lleva puesto y eso hace que pierdas velocidad”, argumentó.
Tributos e impuestos: obstáculos para la exportación
Las empresas que integran CADIEEL exportan a alrededor de 60 países. A su vez, se trata de una industria que necesita importar muchos insumos. Esto es algo común en la mayoría de los sectores que realizan procesos productivos.
“No hay casi ninguna cadena de valor que pueda integrar todo en un mismo país. Todos requieren siempre de partes y piezas que se hacen afuera”, remarcó Tamborenea. En cuanto a las ventas al exterior recordó que en Argentina “no es fácil exportar, hay una complejidad estructural para hacerlo”.
“De cada producto que el consumidor adquiere en el mercado, el 50% son impuestos, tasas, aportes, contribuciones. Cuanto más grande y más amplia es la cadena de valor, más distorsiva también es”, agregó.
El titular de CADIEEL enumeró la larga lista de impuestos y tasas que enfrentan los industriales locales. “En la cadena de la iluminación, un producto puede tener cinco ingresos brutos, cinco tasas de seguridad e higiene industrial, cinco impuestos a los débitos y créditos. Además de las tasas de fletes y aportes”.
A su vez, se le suman los costos logísticos. “Tenemos los fletes más caros casi del mundo, el doble de kilómetros transportados que tiene Europa. Valores muy desarticulados con el resto del mundo. Todas esas distorsiones se van en un producto para exportar y te vuelve no competitivo”, remarcó.
El dirigente empresarial, sostuvo “hay que barajar y dar de nuevo la matriz impositiva del país. Si no, el país va a seguir con problemas estructurales de los que es muy difícil de recuperar y de poder competir en los mercados internacionales”.
Ley de Impulso a la Electrónica
Hace poco más de 10 días, se presentó un nuevo proyecto de Ley que busca recuperar y fomentar el desarrollo de la industria electrónica. “Hace 50 años, Argentina era un productor de componentes electrónicos como transistores y resistencias”, contó Tamborenea.
Sin embargo, debido a la inestabilidad macroeconómica del país y a una visión clara desde la política industrial, esa capacidad productiva se perdió.
En la actualidad, Argentina depende de importaciones de componentes electrónicos, en su mayoría procedentes de Asia, donde se produce la mayoría de estos componentes.
“Lo que estamos dando ahora es el primer paso, que no tiene que ver con fabricar componentes, porque son inversiones de miles de millones de dólares para fabricar, que hoy son imposibles de realizar. Pero sí de la integración de esos componentes”, concluyó Tamborenea.
