La presidenta de la Cámara de Fabricantes de Máquinas Viales de la Construcción, de la Minería y Afines (CAFMAVICOM), Marcela Rauzi, brindó su visión sobre la actualidad que enfrentan las PyMEs industriales.
En ese contexto, la empresaria de Berazategui, hizo referencia a la “grave situación” que atraviesa la industria. Describió que abarca desde la imposibilidad de importar insumos para la producción a las dificultades para garantizar el pago de salarios a los trabajadores.
“La interacción diaria con nuestros trabajadores se vuelve un tanto complicada debido a la alta inflación y los salarios que quedan desactualizados”, indicó Rauzi en Ser Industria Radio. En ese sentido expresó que “me preocupa que los salarios que puede ofrecer una PyME a veces no son suficientes para cubrir los gastos mensuales de los trabajadores”.
Desde CAFMAVICOM vemos un panorama complejo
La dirigente empresarial remarcó que en las pequeñas y medianas empresas se genera una estrecha relación con los empleados, a los que consideró como “parte de su familia”. Esta situación acrecienta la inquietud ya que, en el escenario actual, resulta difícil garantizar la continuidad laboral para los próximos dos años, como sería lo ideal en circunstancias normales.
Además, mencionó que “en este contexto, resulta extremadamente difícil para las PyMEs metalúrgicas comercializar sus productos en el extranjero. Las recientes regulaciones del impuesto PAIS aplicado a las importaciones, generan un completo desequilibrio”.
Agregó que “incluso al exportar, aunque se reciban dólares, éstos se calculan a la tasa oficial y se deducen retenciones, lo cual persiste en los productos industrializados”. Este enfoque de retenciones a las exportaciones de productos manufacturados para Rauzi es “un error”.
Defensora acérrima de la industria argentina
La presidenta de la CAFMAVICOM, sostuvo que los problemas macroeconómicos hacen imposible la tarea de presupuestar y fijar precios. “Vendo máquinas para hacer bloques y adoquines de hormigón y tengo que poner el precio en dólares. De otro modo todos los días debería cambiarlo”.
Pese a las críticas condiciones actuales, Rauzi se define “como una defensora acérrima de la industria argentina. Tenemos que fomentar que haya más industria nacional. Obvio que va a salir más caro que comprar en China, pero la plata queda acá y se mueve la economía beneficiándonos a todos”.
También señaló que la falta de insumos pone en jaque la producción. “Mi padre es quien se dedica a las compras. A partir de su experiencia pudimos prever que se iba a venir esto, que en Argentina es cíclico. Entonces, tengo los insumos que necesito para hoy, pero, si me entra un pedido, tengo que decir que lo entrego en un año y medio. En esa situación el cliente me dice que lo trae de China y le demora solo seis meses”, explicó.
Sostuvo al respecto, que las máquinas que fabrican demandan un proceso de tres meses y llevan unos 5000 procesos entre corte, plegado, mecanizado, armado, soldado. “Un montón de gente me dice por qué no las importo, las pinto y las vendo. Si hago eso, ¿de qué van a vivir las 14 personas que dependen de este trabajo? Si me pongo a importar, con un técnico y un despachante de Aduana, ya está. Pero lo que tenemos que buscar es un cambio para valorar el trabajo local“, añadió.
Cambio de mentalidad
Rauzi admitió que, ante este panorama, el empresario PyME tiene que dedicar gran parte de su tiempo a pensar cómo sobrevivir más que a producir y que hay alternativas que harían su vida más simple.
“Es muy fácil vender todo y ponerlo en un bono, hacer la rueda, quedarte en tu casa y vivir de eso. Por eso, creo que hay que agradecerle a la persona que tiene un taller y apuesta a producir y no verlo como a alguien que está explotando gente. Entre todos tenemos que cambiar esa mentalidad y fomentar el trabajo argentino”, afirmó.
Por eso, insistió en la necesidad de impulsar un fuerte cambio colectivo. “Hay que pensar en el otro, unirnos más. Ese es el cambio que necesitamos como sociedad y no lo va a hacer ningún político”, finalizó.