El informe trimestral de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) arroja que de cada $100 de renta, $61,5 queda en impuestos entre los diferentes niveles de gobierno.
“La renta es lo que le queda al productor cuando a los ingresos se le restan los costos de producir. Sobre eso que le queda, el Estado se lleva casi dos tercios”, explica Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
La Fundación, midió una vez más la participación del Estado en la renta agrícola y develó que de todos los tributos que se cobran, el 64,5% son nacionales no coparticipables; 30% son nacionales coparticipables; 4,9% provinciales y 0,6% municipales. “Esta actividad se desarrolla a lo largo y ancho del país pero la mayoría de los impuestos que afronta quedan en Nación y no vuelven a las regiones”, advierte Natalia Ariño, Economista de FADA.
Precios y costos
La caída de los precios, hace reducir el valor bruto de la producción. Para la medición actual, los precios de los granos están por debajo del promedio de los últimos cinco años (2019-2024). Esta caída de precios es razón del aumento del índice FADA al compararlo con junio 2024, con una diferencia de 1,6 puntos porcentuales.
Frente a junio 2024, en trigo, la caída es del 12,7% en su precio disponible en dólares, siendo el cultivo que más afectado estaba por los precios, en la medición de marzo. En soja y maíz la caída es del 3%. En cuanto a los costos de insumos, medido en dólares oficiales, se muestran valores estables, con algunas bajas de precio como puede ser en fertilizantes y fitosanitarios.
En el caso de las labores agrícolas como costos de siembra y cosecha, entre otros, al compararlo con septiembre 2023 se encuentran entre 200% a 250% más, frente a una inflación interanual cercana al 236,7%. En dólares, presentan una tendencia a la baja frente a la medición de junio 2024 que ronda el 6,2% e interanual un incremento del 40% en promedio.
Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 44% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el 56% restante están pesificados.
En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 47% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 53%.
“Si se considera el costo de la tierra dentro del esquema de costos, en el caso de la soja los costos dolarizados ascienden al 59% y en el maíz al 55%”, aclaran desde FADA.
Cultivos y provincias
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 61,5%, la participación del Estado en soja es del 65,6%, maíz 56,6%, trigo 54,4% y girasol 56,6%. A su vez, la cifra varía según las diferentes provincias analizadas: Córdoba registra un 62%, Buenos Aires 58,4%, Santa Fe 57,8%, La Pampa 59,9%, Entre Ríos 60,8% y San Luis 58,4%.
“Esto no quiere decir necesariamente que la provincia que tiene un índice más alto sea la que abona más impuestos sino que ese número conjuga además de los impuestos provinciales y locales, los rindes y los costos de producir en ese lugar como también los fletes según la distancia al puerto, es un conjunto de factores que determina cuál es la participación del Estado en la renta en esa provincia”, aclara Pisani Claro.
En todas las provincias analizadas se paga impuesto inmobiliario rural e impuesto a los sellos para la compraventa de granos. En Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis se pagan Ingresos Brutos. La alícuota es del 1% en los casos de Buenos Aires y San Luis, 0,75% en Entre Ríos y 0,5% en La Pampa. En Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta.
Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa tiene las guías cerealeras. Córdoba, San Luis y Entre Ríos no tienen imposiciones a nivel local. San Luis y La Pampa tienen impuestos al estilo de aduanas internas.