Se estiman tasas de crecimiento con elevada heterogeneidad entre los países, con un modesto dinamismo de las principales economías de la región. Según el Balance Económico Actualizado, Panamá, Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua y República Dominicana tendrán en 2014 crecimientos iguales o superiores a 5%.
Los países de América Latina y el Caribe crecerán en promedio 2,7% en 2014 debido a un acotado dinamismo de las principales economías de la región, según nuevas proyecciones entregadas por la Cepal.
El organismo regional de las Naciones Unidas dio a conocer su Balance Económico Actualizado de América Latina y el Caribe 2013, documento en el cual se revisa la información sobre las principales variables económicas de 2013 y se presentan nuevas estimaciones de crecimiento para la región.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que la tasa de crecimiento regional en 2014 sería levemente superior a la de 2013 (2,5%) e inferior a la pronosticada en diciembre (3,2%), debido a un contexto externo marcado aún por la incertidumbre y un crecimiento menor al esperado para las economías más grandes de la región, Brasil y México, que crecerán 2,3% y 3%, respectivamente.
Adicionalmente se redujo la proyección de crecimiento económico para Argentina (1%), país que a inicios de 2014 tomó varias medidas con impacto contractivo para enfrentar los desequilibrios surgidos en los últimos años. En tanto, la compleja situación económica de Venezuela incidirá en una contracción de -0,5% de la actividad en esa nación.
Sin embargo, se prevé una alta heterogeneidad en los niveles de expansión de los países. Según el Balance Económico Actualizado, Panamá, Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua y República Dominicana tendrán en 2014 crecimientos iguales o superiores a 5%, mientras que un número importante de países anotará una expansión entre 3% y 5%.
En su reporte, la Cepal indica que los índices de actividad de los países desarrollados –en especial Estados Unidos, Reino Unido, Corea, Alemania y varios otros de la zona del euro- han mostrado un repunte, pero que existe cautela por la situación de China, uno de los principales socios comerciales de la región, que se impuso 7% como meta mínima de crecimiento para este año.
Además se prevé que la demanda por productos básicos (commodities), especialmente mineros y alimenticios, se mantendrá limitada, lo que sumado a la apreciación de las monedas de los países desarrollados, haría bajar sus precios moderadamente. La disminución afectaría a las economías exportadoras de estos productos, como las de América del Sur.
El documento de la Cepal indica que la recuperación de Estados Unidos tendrá un impacto positivo en las economías más cercanas, especialmente en México y Centroamérica, dada su importancia como socio comercial. A su vez, el repunte de los países desarrollados favorecerá a las naciones del Caribe más especializadas en exportaciones de servicios, debido al mejor comportamiento del sector del turismo.
San Kitts y Nevis crecerá 3,1%, Bahamas 2,5%, San Vicente y las Granadinas 2,3% y Trinidad y Tabago 2,1%, misma cifra proyectada para el conjunto de naciones del Caribe.
Las perspectivas para el año indican un escenario de menor liquidez mundial, lo que conlleva importantes desafíos en materia de política macroeconómica y de financiamiento externo para la región latinoamericana y caribeña, indica también el informe.
En materia de inflación no se esperan cambios muy marcados, aunque se prevé un aumento del promedio regional debido a las modificaciones de la medición en Argentina, la moderada alza en los precios de varios países –que a pesar de ello mantienen la inflación en un rango entre 3% y 6%- y los elevados índices que muestra Venezuela. Este aumento regional ya se observó durante el primer bimestre de 2014, cuando la inflación promedio regional acumulada en doce meses subió a 7,6% frente a 7,3% en diciembre del año pasado.
En tanto, en este contexto de modesto crecimiento económico regional no se registrará un repunte significativo de los niveles de empleo. La CEPAL recalca que esto podría traducirse en un aumento de la tasa de desempleo –que en 2013 marcó un nuevo mínimo de 6,2%- solamente si se revierte el descenso de la participación laboral que se observó el año pasado.