El acero está omnipresente en nuestra vida cotidiana. Se extiende desde los automóviles hasta la infraestructura, pasando por la maquinaria agrícola y la energía. Esto demuestra que tiene un papel crucial en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad.
Para comprender la actualidad del sector hay que viajar al 24 de febrero del 2022, cuando Rusia decidió invadir a Ucrania. Al respecto, Alejandro Wagner, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), desde San Pablo, Brasil, señaló en Ser Industria Radio, que la guerra impactó en términos de precios, oferta y demanda.
Ambos países son “grandes productores y exportadores no solo de acero terminado, sino también de semi elaboradas y de insumos que se utilizan para producir acero como, carbón vegetal, arrabio, mineral de hierro”.
Luego de unos meses, la situación comenzó a estabilizarse. Pero el mapa de exportaciones e importaciones de arrabio, semielaborados o productos terminados se reconfiguró. “Países que le compraban especialmente a Rusia, que con las sanciones se cerró totalmente su exportación prácticamente de acero elaborados, tuvieron que buscar nuevos socios comerciales”, dijo el directivo de Alacero.
Asimismo, señaló que, como contrapartida, Ucrania quedó totalmente devastada. Usinas históricas cerradas, su producción cayó hasta 70%, 80% y se habla de miles de millones de dólares para su reconstrucción.
A eso se le sumó el caso de China, que produce y consume alrededor del 50% de todo el acero del mundo. El gigante asiático atraviesa una desaceleración económica, por lo que su caída de alguna forma dio aire a la falta de oferta que surgió por el conflicto bélico.
El problema de la sobrecapacidad
La productividad de China es una complicación para los países latinoamericanos que tiene importantes jugadores en la actividad. Brasil es el octavo productor del mundo, México el décimo cuarto. A nivel mundial, el sector desde hace años tiene exceso de capacidad productiva y se espera que para el 2025 siga aumentando.
La situación generó tal preocupación que hace aproximadamente una década se conformó en la OECD el Foro de Exceso de Capacidad. A pesar de esto, no se han logrado avances positivos, porque China no forma parte del foro. “Discutir el exceso de capacidad sin el principal productor ya de por sí suena raro, pero además de eso ocurre que es el principal país que tiene exceso de capacidad”, sostuvo Wagner. En ese sentido, aclaró que “China no es reconocida por los foros internacionales como una economía de mercado porque es un país que no tiene cifras tan oficiales”.
El director de Alacero aclaró que a la hora de dar cifras exactas se complica porque “China nunca es totalmente fiable”. Sin embargo, señaló que se calcula que cerca de 2000 millones de toneladas por año, China produce 1100 millones. El consumo de acero en el mundo es de 2000 millones, pero la capacidad instalada actual es de 2400 millones. Esos 400 o 500 millones de toneladas que todavía se puede producir en el mundo es casi 10 veces lo que actualmente se produce en Latinoamérica entre 50 y 55 millones de toneladas.
Además, se estima que para 2025 la capacidad ociosa de producción alcanzará los 600 millones de toneladas. “Va a crecer casi una Latinoamérica en poco menos de dos años y las nuevas plantas de producción se están construyendo básicamente en China”.
El rol gris del Estado chino
Wagner explicó que China “tiene una intervención estatal bastante difusa, pero la realidad es que sus grandes productores de aceros son estatales o mixtas y cuando son mixtas nadie sabe quién las controla. Eso hace que tenga subsidios, tiene una ventaja competitiva de producción muy barata y hasta hace poco tiempo tenía hasta incentivos para la exportación”.
Muchas de esas exportaciones llegan a Latinoamérica que para China es “uno de sus patios de atrás”. De hecho, según cifras de enero a mayo del 2023, la región ya importó diez millones de toneladas de China, de los cuales más o menos el 40% son a precios viles. “Eso impacta primero en la demanda y después va erosionando el empleo que genera esta industria que son cientos de miles de empleos muy calificados, que tenemos que cuidar”, indicó.
Qué deben hacer los Estados
Para evitar que los puestos de trabajo corran riesgo de perderse, Wagner señaló que lo primero que deben hacer los Estados es sentarse con el sector privado “que es el que realmente conoce la realidad”.
El directivo de Alacero, que tuvo un pasado como funcionario público, reconoció que “no había mejor reunión que con el sector privado bien intencionado, que trae realmente información, su estado de salud y sus posibles soluciones. No quiere decir que sean todos perfectas, pero seguro ningún Estado ni gobierno tiene todas las soluciones para todos los sectores”.
“El mundo demostró que la industria del acero es esencial para una nación, esto lo dijo Estados Unidos y lo demostraron todas las políticas que fueron llevando adelante. También lo hizo Europa. Creo que Latinoamérica en general debería ir más por ese lado, de entender cuáles son las industrias que hay que cuidar inteligentemente. Además, ahora está el gran desafío de producir un acero cada vez más sustentable”.
Alacero Summit 2023
Como todos los años, la industria se reúne en el Alacero Summit 2023, un evento que convoca a diversos actores de la cadena de valor para debatir y explorar el panorama a mediano y largo plazo. La cita reúne a directivos de automotrices, empresas de línea blanca, petroleras, representantes del sector agroindustrial y más, en un intercambio invaluable de conocimientos y visiones.
La sede de este encuentro cambia de país año tras año, reflejando la relevancia global del sector. Si bien el año pasado se realizó en Monterrey, México, este año la cita será en San Pablo, Brasil. Los participantes se preparan para analizar y debatir con una mirada que se proyecta más allá del horizonte inmediato, profundizando en temas de envergadura.
Wagner adelantó que el evento propone una agenda rica y variada, en la que se entrelazan los desafíos y oportunidades de la industria con cuestiones globales de suma relevancia. “El primer día abordaremos cuestiones geopolíticas. Los asistentes se sumergirán en discusiones sobre el posible impacto de la invasión rusa a Ucrania en la industria siderúrgica. El conflicto entre China y Estados Unidos también estará en el centro de la atención, analizando cómo este escenario latente podría repercutir en el sector. Las miradas se dirigirán hacia Europa, evaluando su situación actual y sus potenciales implicancias”, contó.
“También vamos a hablar de inteligencia artificial, algo que fue una ola que nos pasó a todos y nadie sabe para dónde mirar. Todos hablan de IA, pero cómo impacta en mi industria es la pregunta que va a tratar de responder Santiago Bilinkis. Además, algunas empresas tecnológicas más tradicionales van a hablar de cómo aplican eso a la producción de acero”, agregó Wagner.
Sustentabilidad y sociedad
Las discusiones no se limitarán a la esfera global. El segundo día del Summit Alacero explorará la sustentabilidad y lo social. Dada la dimensión de las empresas siderúrgicas, que operan en ciudades grandes y medianas, el impacto en la población es significativo. En este sentido, “se presentarán casos emblemáticos de la región, compartiendo cómo las industrias siderúrgicas impactan y se relacionan con las comunidades donde operan”.
La jornada final del evento se concentrará en una cuestión que resuena con urgencia en el mundo actual: la transición energética y la descarbonización de la industria. Expertos de renombre compartirán sus perspectivas sobre energías renovables, desde compañías internacionales que gestionan parques eólicos y solares hasta especialistas en energía que ofrecerán un panorama global. La industria misma se enfrentará a sus desafíos y oportunidades en este proceso de descarbonización, explorando vías para llevar a cabo una transformación sustentable y responsable.
