Más allá del período preelectoral, todos los dirigentes y partidos políticos de Argentina coinciden en la necesidad de promover el comercio exterior e incrementar el volumen de las exportaciones, para lograr el ingreso de dólares a la debilitada economía. Sin embargo, las medidas tomadas en los últimos años, han comprometido seriamente el crecimiento de estas operaciones
La escasez de recursos en el Banco Central y el déficit comercial, impulsaron la implementación de mecanismos de control como el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y posteriormente el Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE). Estas decisiones, hicieron que la actividad de este sector estratégico, sea cada vez menor.
Para evaluar la situación y analizar las perspectivas, Ser Industria Radio entrevistó a Andrés Traverso, jefe del Departamento de Comercio Exterior en la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). El especialista destacó que desde esa entidad están trabajando arduamente para “proponer soluciones”.
“El comercio exterior argentino atraviesa un período complicado tanto en las importaciones como en las exportaciones”, señaló el directivo. Destacó que los obstáculos para acceder a divisas y la carga impositiva, son los principales factores que inciden negativamente en el comercio internacional.
Argentina representa un porcentaje muy bajo en el comercio internacional. Apenas un 0,3%. Pero a principios del siglo pasado, “el país llegó a tener una participación del 8%“. A pesar de la coyuntura actual, Traverso se mostró optimista y proyectó un aumento en el volumen de exportaciones, especialmente por el sector agroalimentario debido a la recuperación después de la sequía. Además, consideró el incremento de exportaciones de litio, gas y la mayor producción en Vaca Muerta.
Descentralizar el Puerto de Buenos Aires
La implementación del SIRASE hizo que muchas navieras dejarán de cobrar sus servicios localmente y exijan que se realicen en el exterior. La falta de certidumbre y confianza en el país afecta la toma de decisiones de estas empresas, lo que a su vez puede llevar a que prefieran dirigirse a puertos más predecibles, como Montevideo, en lugar de Buenos Aires. Esto podría convertir el sistema portuario argentino en un sistema feeder, lo que significa que los grandes buques oceánicos dejarían de recalar en nuestros puertos.
Además, el dirigente de a CAC explicó que el Puerto Buenos Aires, debido a su antigüedad y sistema de calado que no permite el ingreso de grandes buques. Se suma que tiene problemas por falta de dragado. Esto afecta la eficiencia del comercio y genera altos costos operativos. Para revertir esta situación, opinó que “hay que descentralizar el Puerto de Buenos Aires“.
“Desde mi punto de vista, hay que ir hacia un puerto mucho más moderno, ágil y de alta mar. El problema es que en Argentina está todo concentrado en Buenos Aires”, indicó y detalló que, de las exportaciones argentinas, la ciudad de Buenos Aires solo exporta servicios, mientras que el primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires exportan muy poco. “La mayoría de las exportaciones provienen del interior y ahí es donde empieza todo“, dijo.
El comercio exterior es transversal a varios organismos
Asimismo, remarcó que el comercio exterior es un tema transversal que involucra a varios ministerios y organismos, por lo que se necesita un enfoque estratégico y multidisciplinario para proyectarlo.
En ese sentido, manifestó que para potenciar las exportaciones no basta con aumentar el tipo de cambio. Es necesario mejorar el sistema competitivo de Argentina, que incluye el flete, el tipo de cambio, la logística interna y los incentivos a la exportación. Precisamente, lamentó que no se está trabajando sobre estos aspectos.
En cuanto a las importaciones, explicó que “el 90% de lo que importa Argentina se destina a la producción. Es trabajo, y mucha gente no lo entiende. Tenemos un dólar más impuestos para importaciones, un dólar aumentado para el agro, que es una gran parte de lo que exporta Argentina. Hagamos un dólar y listo; en ningún lugar del mundo existe la diferenciación del tipo de cambio como aquí“.
Incertidumbre
La incertidumbre interna y externa también juega un papel crucial en el comercio. Las empresas importadoras enfrentan diversas barreras burocráticas que requieren autorizaciones, lo que resulta en retrasos y mayores costos. “Para importar un insumo para producir hay tres barreras. Primero, la autorización previa, la SIRA. Luego tienen que verificar si tienes Capacidad Económica Financiera (CEF) y finalmente, tienen que autorizar la compra de divisas. Todo eso lleva tiempo y en comercio, el tiempo vale oro“, detalló Traverso.
A esto se suma que, ante la expectativa de aumentar las exportaciones de litio, gas y productos agroalimentarios, surge la incógnita sobre el destino de los ingresos generados. A menudo, los fondos terminan desviándose hacia subsidios que no resultan productivos y afectan negativamente el desarrollo del comercio.
Como ejemplo, Traverso mencionó el caso del Gasoducto Néstor Kirchner. “En 2022 tuvimos una cosecha y exportaciones récord, una balanza comercial favorable en US$ 7000 millones. Pero hubo tres meses con déficit en la balanza comercial, durante el invierno, porque importamos gas y el déficit fue de alrededor de US$ 2500, 3000 millones. El Gasoducto que se inauguró hace poco costó US$ 1400 millones y eso no solo significa que no se importará gas, sino que se exportará gas, dando vuelta la balanza. Eso es infraestructura”, dijo.
El comercio exterior Argentino y su potencial
En su testimonio, el empresario comparó la experiencia de un viaje en tren en España, desde Madrid hasta Granada. El paisaje estaba dominado por olivares. En cambio, durante una visita a las provincias de Catamarca y La Rioja, observó que sólo se aprovecha para el cultivo un 20 o 30% de la tierra fértil de los valles. Esta analogía resalta la falta de aprovechamiento de los recursos naturales que posee Argentina y pone en evidencia la necesidad de optimizar su potencial productivo.
El ejemplo es particularmente revelador. A pesar de tener aceite de oliva de excelente calidad, Argentina se encuentra muy rezagada en comparación con España, el mayor exportador mundial de este producto. La cuestión clave es cómo mejorar esta situación y qué obstáculos impiden que Argentina alcance su máximo potencial.
En el mismo sentido, Traverso identificó al exceso de retenciones a las exportaciones, como un factor que afecta la competitividad de los productos argentinos en el mercado internacional. Comparó la situación con la de Chile, que posee acuerdos comerciales con China. Estos convenios. que le permiten al país trasandino acceder a ese mercado sin aranceles, lo que lo hace más competitivo. También mencionó a Portugal, que exporta el triple de Argentina.
El dirigente de la CAC subrayó que, en lugar de centrarse en ganar menos y gastar menos, Argentina debería buscar ganar más para impulsar su crecimiento económico. Además, señaló que el modelo de sustitución de importaciones, que alguna vez fue relevante, no es viable en el contexto global actual. El país debe mirar hacia afuera y buscar oportunidades en el mercado internacional para expandir su comercio exterior y fortalecer su posición económica.
También destacó el valor del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, resaltando su potencial beneficio para Argentina. Expresó que es necesario que los políticos aborden temas como inversión, infraestructura y mejora de la competitividad en sus plataformas, en lugar de enfocarse únicamente en títulos y slogans.
Al respecto, Traverso contó una anécdota de sus años de estudiante. “En la introducción al comercio exterior, un profesor nos hacía ir a las unidades básicas, los comités radicales, a las sedes de la UCEDE, del PI, a buscar las plataformas políticas y a ver cuál iba a ser su política comercial externa. Ninguno tenía una propuesta. Los políticos no hablan de eso y si lo hacen, solo repiten es un título”, concluyó.