No podemos negar que el período de aislamiento social ha intensificado algunos cambios en los hábitos de compra de alimentos. De hecho, según la consultora Nielsen, alimentos y bebidas lideraron el crecimiento del e-commerce en Argentina y los ingresos por ventas de productos de consumo masivo crecieron un 70%. Si antes de la pandemia la búsqueda de la comodidad ya era un factor importante, ahora que la gente pasa más tiempo en casa, quiere cada vez más opciones prácticas que se adapten a su nueva rutina.
Por otro lado, como la apertura de bares y restaurantes aún es paulatina, tiene restricciones y el acceso es limitado, notamos un expresivo crecimiento en el grupo de consumidores que han buscado tener una experiencia de restaurante dentro de sus hogares, se han volcado a la cocina y terminan consumiendo artículos diferenciados para preparar platos más sofisticados en sus casas.
Según una encuesta del IPCVA (Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna) desarrollada durante la pandemia, 6 de cada 10 argentinos continúan comprando preponderantemente la carne en la carnicería, un 27% lo está haciendo en súper e hipermercados, apareciendo con menos importancia los autoservicios chinos y las pollerías y comienza a asomarse, también, la compra online con un 2%. En una misma línea, un 7% de los consultados aseguró que adquirió carne vacuna a través de alguna aplicación de delivery.
Ya sea para el día a día o para una comida más elaborada durante el fin de semana, la pandemia reforzó la necesidad de ofrecer alimentos en formatos que ofrezcan más protección e inocuidad alimentaria, sin perder la comodidad.
Y cuando hablamos de inocuidad alimentaria para las proteínas es imposible no hablar de envases. El envasado al vacío, por ejemplo, permite que el producto pase por menos puntos de contacto, gracias a que el producto está protegido en la planta de origen evitando potenciales contaminaciones durante la logística. Además, los cortes envasados al vacío aseguran la conservación de la calidad de las proteínas, la maduración de la carne y una mayor vida útil, lo que brinda beneficios sustentables y económicos a los minoristas, al mismo tiempo que evita pérdidas.
Es en este sentido, queremos destacar cómo el packaging contribuye al retail a la hora de satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. En los últimos cinco años, hemos visto cambios importantes en el patrón de los comercios con supermercados chicos como tendencia para grandes centros urbanos o directamente en los barrios. Con la pandemia, vemos un potencial de crecimiento para nuevos modelos comerciales, con tiendas de cercanías.
Ellos tienen el desafío de hacer que los clientes tengan un acceso más fácil a los productos y con menos necesidad de traslado. De esta forma, el papel de los envases compactos y seguros gana aún más relevancia a la hora de definir el mix de productos para este tipo de comercio.
Sin duda, las transformaciones del retail requieren adaptaciones de productos y especialmente de envases, que necesitan ser cada vez más optimizados, sustentables y que valoren las diferentes categorías de proteínas. Un corte noble requiere una presentación más sofisticada en la góndola, teniendo debidamente en cuenta los atributos de la decisión de compra. El desafío es grande, pero la buena noticia es que los minoristas pueden contar con la innovación del empaque para optimizar sus operaciones, ofreciendo más protección e inocuidad alimentaria para las proteínas, sin perder la conveniencia y contribuyendo una experiencia positiva para los consumidores.
Por Antonio Ponce de Sealed Air Sudamérica.