El Hidrógeno Verde (H2V) se presenta como una oportunidad para Argentina en un contexto en el que el mundo apunta hacia la descarbonización y el desarrollo sostenible. Ante eso, este elemento químico, que es el más abundante en el planeta, se posiciona como una solución viable y prometedora como alternativa a los combustibles fósiles.
La abundancia de una gran cantidad de recursos eólicos y solares, especialmente en regiones como la Patagonia y el noroeste de Argentina, son una ventaja que el país no debería desaprovechar. Los proyectos que se plantean en el mundo, constan de miles de millones de dólares ante un mercado que todavía no se ha configurado. Esta es una ventaja y a su vez un desafío.
“El hidrógeno plantea para la Argentina expectativas de poder ubicar al país en este nuevo commodity que se está generando de la mano de la transición energética, la cual podemos convertirnos en un proveedor internacional de este insumo”, explicó en Ser Industria Radio, Juan Carlos Villalonga, presidente de la Plataforma H2 Argentina que integran cámaras empresarias vinculadas a las energías renovables y el mundo energético en general.
Además forman parte de la entidad surgida en 2020, representantes del sector académico como la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Tecnológica Nacional, Universidad Austral y entidades especializadas en temas energéticos.
Un nuevo mercado
En este sentido, el asesor del Círculo de Políticas Ambientales, remarcó que el H2V es un insumo que puede ser materia prima para toda la industria química que “también tiene que abandonar los combustibles fósiles y eso significa comenzar a tener fuentes de hidrógeno que no provengan de los fósiles”.
El diputado nacional (MC), explicó que se está configurando el mercado del H2V, que va a tener un grado de maduración en los próximos años. “A partir del 2030 en adelante se estima que ya va a haber transacciones internacionales importantes. Es en ese momento que Argentina tiene que estar en condiciones de ser un oferente competitivo, donde pueda proveer de este insumo que se obtiene a partir de fuentes renovables y a través de la electrólisis del agua”.
Para esas condiciones de competitividad en ese nuevo commodity, que permitan la llegada de inversiones multimillonarias en dólares, el cofundador del movimiento ecologista político Los Verdes, consideró que es necesaria una macroeconomía ordenada, estabilidad y reducir los costos de producción.
Competidores y acuerdos
“El hidrógeno no es una industria extractiva, es una industria manufacturera. Por lo tanto, los costos de producción de mano de obra, logística, portuario, tienen que ser muy competitivos porque en definitiva vamos a estar compitiendo con otros proveedores que también van a procurarse oferentes relevantes en este mercado”, expresó. Entre ellos señaló a países como Brasil, Chile, Australia y el norte de África.
Otro aspecto que resaltó fue el de los acuerdos diplomáticos, fundamentalmente bilaterales entre países. “El mercado del hidrógeno se va a ir configurando en un mundo donde la seguridad energética está vista como un bien muy apreciado”.
“Nadie va a querer atarse a contratos comerciales que puedan verse alterados en el mediano plazo por inestabilidades políticas o diplomáticas. Europa no quiere repetir lo que le ha ocurrido con Rusia”, agregó.
Grandes inversiones
Ante esta necesidad de competitividad, el Congreso argentino aprobó el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), impulsado por el Gobierno que encabeza Javier Milei. Sin embargo, esta controversial iniciativa no es suficiente para el desarrollo del H2V.
“El RIGI da una serie de definiciones que son importantes para el hidrógeno, pero hay dos cuestiones que lo hacen diferente. Está pensado para que en el muy corto plazo los proyectos que pueden adherir ingresen al régimen. Tiene una ventana de oportunidad de dos años que se puede extender por un año más. El hidrógeno, es un mercado que está recién en formación y las inversiones pueden estar ejecutándose en cinco, 10 o 15 años. Por lo tanto, tenemos que tener un tiempo para ingresar al régimen mucho más prolongado”, reseñó Villalonga.
Bajo esta premisa, el especialista afirmó que es necesario un régimen específico para el hidrógeno, en el que el sector privado ya está trabajando. En general, en Argentina no es sorpresa la falta de planificación para aprovechar las oportunidades que el comercio mundial ofrece. El caso del H2V no es la excepción. No hay una hoja de ruta concreta para consolidar el desarrollo de este sector.
Villalonga explicó que “hubo una conversación que arrancó a nivel nacional con varios actores que comenzó a tomar forma durante los últimos tres años. Tuvo un principio de formalización a finales del año pasado, cuando a finales del gobierno anterior se publicó la Estrategia Nacional del Hidrógeno para el año 2050, pero no se llegó a convertir en una hoja de ruta”.
Al respecto, indicó que todavía no hay certezas sobre si el gobierno de La Libertad Avanza tomará ese documento como una referencia. Al ser una industria nueva, de un proceso de desarrollo industrial tan complejo y que va a demorar tanto tiempo, requiere de una concertación estratégica entre sector público y privado. Hacen falta ciertas coincidencias para que los proyectos puedan ir encontrando su despliegue territorial, sus centros logísticos, sus puertos. Todo eso es una concertación que hace a la política pública y al desarrollo privado”.
Interés de la UE
Sobre el reciente anuncio realizado por la Unión Europea (UE) sobre una inversión de US$ 45 mil millones en 130 proyectos en América Latina y el Caribe, no parece que el destino sea Argentina que “está en un lugar potencial de grandes expectativas, pero no en los hechos”, consideró Villalonga.
“Chile está mucho más avanzado y con propuestas mucho más concretas. También Uruguay y Brasil. Argentina está muy rezagada en todo esto. Es tan grande el potencial, pero la verdad es que como país todavía no hemos hecho absolutamente nada en relación al hidrógeno verde”, remarcó.
El ex integrante de Greenpeace señaló que países vecinos están dando pasos muy importantes con preacuerdos de exportación, de cooperación internacional que le están permitiendo comenzar a hacer un camino de desarrollo industrial local. En el caso de Brasil destacó el hub portuario de exportación de productos de hidrógeno verde en Ceará. En ese estado, en enero del 2023 se produjo el hecho histórico de la producción de la primera molécula de hidrógeno verde en ese país.
Ante este panorama, Villalonga remarcó que “la expectativa tiene que ver con que Argentina puede ser un jugador muy importante, pero depende de nosotros acelerar el paso y hacer las cosas que corresponde hacer”.
Por lo tanto, manifestó que “es un proceso que Argentina tiene que hacer muy rápido, de una manera muy consistente. No se puede andar zigzagueando, frenando, acelerando, frenando. Todo esto es bastante contracultural. Tenemos que aprender a dejar de repetir errores que cometemos frecuentemente, como es la falta de consistencia de políticas de Estado a lo largo del tiempo. Es oportuno que demos esta discusión ahora que el tren del hidrógeno comenzó a moverse, porque más tarde será más difícil subirse”.