Federico Sturzenegger dejó de ser el presidente del Banco Central. Tras una jornada convulsionada por la corrida cambiaria que llevó al dólar al récord de $ 28,44, presentó su renuncia. Mauricio Macri aceptó rápidamente la dimisión y designó a Luis Caputo al frente de la entidad monetaria. A la vez resolvió que el ministerio de Hacienda al mando de Dujovne, reabsorberá al de Finanzas.
Caputo entrará a la entidad monetaria en medio de una crisis cambiaria, y con una bomba que aún no fue desactivada y que tiene nombre propio: Lebac. Desactivar el próximo vencimiento de las letras del Central será ahora el primer desafío que deberá enfrentar en su nuevo rol.
Ahora, la política económica se sostendrá en la dupla Dujovne-Caputo, con el respaldo de la plata fresca comprometida con el FMI por U$S 50.000 millones, pero continúan los interrogantes abiertos. Fuentes del mercado especularon con que no sólo el dólar decidió la suerte de Sturzenegger, sino también su decisión de apostar fuerte a la emisión de Lebac a altísimas tasas para contener el tipo de cambio.