Un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) asegura que la participación de los cortes vacunos en la dieta de los argentinos disminuyó en forma sostenida durante los últimos 20 años, que contrasta con un notable incremento de las carnes aviar y porcina.
En ese sentido indica que desde 2002, cuando alcanzó un pico del 72% del consumo entre las tres carnes, los cortes bovinos comenzaron un descenso de protagonismo dentro de la dieta de los argentinos de manera “casi continua hasta la actualidad”, hasta llegar al actual 44%.
Por su parte, el consumo de carne bovina per cápita “fue el menor del que se tenga registro”, observándose una ingesta promedio de 47,8 kilos. “Esto se encuentra casi un 26% por debajo de lo que se comía en el 2000 y un 19% menos que en el 2015″, agregó el trabajo.
Señala además que Argentina “comenzó el último milenio con un consumo de carne apenas por debajo de los 100 kilos por habitante. En el 2000, se absorbieron en promedio 99,3 kilos por habitante, con un 65,3% siendo carne bovina, un 26,8% de aviar y el 7,9% correspondió a la porcina”.
Aunque, como consecuencia de la crisis económica que padeció el país, “estos consumos cayeron hasta encontrar un mínimo de 80,7 kilos sumando los 3 tipos de carne en el 2002, con la carne bovina incrementando su participación hasta un 72% del total”, añade.
Contrariamente, el consumo de la carne aviar y porcina fue ganando terreno casi de manera permanente. La aviar, pasó de una participación del 26,8% en el consumo cárnico en el 2000, hasta cerrar el 2021 con una participación del 41,1%.
Similar incremento registró el cerdo, que pasó de representar el 7,9% del consumo cárnico a comienzos del milenio, para alcanzar el año pasado el 14,5% de las proteínas animales que ingieren los argentinos. “Así, en poco más de 20 años, el consumo de carne porcina casi duplicó su participación en el consumo total cárnico de Argentina, un hito sin dudas destacable”, afirma el documento.
En este marco, el consumo de carne en general se incrementó cerca de 35 kilos por habitante al año, para alcanzar en el 2015 un máximo en ingesta de proteínas animales con 116,16 kilos per cápita, apenas 100 gramos por encima del 2018.
Pero, a pesar de eso, el consumo de carne bovina de ambos años se encontró por debajo de los anteriores, debido a que el 2015 finalizó con 58,9 kilos per cápita, mientras que el 2017 tuvo una ingesta promedio de 57,7 kilos.
Por otra parte, en el 2003, segundo menor consumo absoluto de carne de Argentina, en promedio se comieron 60 kilos por habitante al año. “Esto demuestra que, lo que hubo hasta el 2018, es un reemplazo entre los tipos de carne donde la participación de los cortes bovinos dentro de las dietas locales fue disminuyendo paulatinamente”, precisa.
Finalmente, indica que “desde el 2018, se ha presentado un descenso en el consumo de carnes en general, coronando el 2021 (109,5 kilos por habitante año) como “el peor año de consumo cárnico desde el 2014 (109,1 kilos)”.