Científicos han advertido que el mundo enfrenta una “inminente crisis” en el suministro de fosfato, un fertilizante crítico que sustenta el suministro mundial de alimentos.
El fosfato es un mineral esencial para toda la vida en la Tierra y se agrega a los campos de agricultores en grandes cantidades. Pero el fosfato de roca es un recurso no renovable y los mayores suministros se extraen de lugares políticamente inestables, lo que plantea riesgos para los países que tienen poca o ninguna reserva.
El uso del fosfato se cuadruplicó en los últimos 50 años a medida que la población mundial ha crecido y la fecha estimada para que se agote se acerca con cada nuevo análisis de la demanda. Algunos científicos proyectan que ese momento podría llegar en unas pocas décadas.
Los investigadores dicen que la humanidad sólo podría producir la mitad de los alimentos que produce sin fosfato y nitrógeno, aunque este último es casi ilimitado, ya que constituye el 80% de la atmósfera.
“El suministro de fosfato es potencialmente un gran problema”, dijo Martin Blackwell, de Rothamsted Research, autor principal de un nuevo estudio. “La población está creciendo y vamos a necesitar más alimentos”.
Con las tasa de demanda actuales, muchos países se quedarán sin suministro propio en la próxima generación, incluidos Estados Unidos, China e India. Marruecos y su ocupación en el Sahara Occidental albergan, con mucho, la reserva más grande, con China, Argelia y Siria, las reservas más grandes que le siguen y que representan más del 80% del fosfato de roca global.
“En unos pocos años, podría ser un problema político que algunos países controlen efectivamente la producción de alimentos al controlar las reservas de fosfato de roca”, agrego Blackwell. “Debería haber mucho más esfuerzo puesto, para que estemos listos para enfrentar esta futura carencia. Es tiempo de despertarse. Es uno de los temas más importantes en el mundo de hoy”.
El profesor Martin van Ittersum, de la Universidad de Wageningen en Holanda, aviso que los problemas comenzarían antes que el mineral se agote: “Mucho antes de que nos quedemos sin fosfato, el recursos puede ser mucho más caro”.
Las posibles soluciones incluyen el reciclaje de fosfato de aguas residuales humanas, estiércol y desechos de mataderos, nuevas especies de plantas que puedan extraer el mineral de la tierra de manera más efectiva y mejores pruebas de suelo para ayudar a poner fin a la aplicación excesiva del fertilizante.
El uso excesivo de fosfato no solo está agotando los suministros, sino que también está causando una contaminación generalizada que conduce a zonas muertas en ríos y mares. En 2015, una investigación publicada en la revista Science citó la contaminación por fósforo como uno de los problemas más serios que enfrenta el planeta, antes del cambio climático.
Un nuevo estudio publicado en la revista especializada, Frontiers of Agricultural Science and Engineering, afirma: “El suministro continuo de fertilizantes de fosfato que sustentan la producción mundial de alimentos es una crisis inminente”.
Señala que una estimación a los restantes de suministro de fosfato de roca cayó de 300 a 259 en los últimos tres años, a medida que aumentó la demanda. “Si el número estimado de años restantes de suministro continúa disminuyendo a este ritmo, se puede argumentar que todos los suministros se agotarán para 2040”, escribieron los científicos.
“Si bien este escenario es poco probable, demuestra que serán necesarios cambios inminentes y fundamentales en el comercio mundial de fósforo, el uso y los esfuerzos de reciclaje”, dijeron. “Esto es especialmente pertinente en China, India y los Estados Unidos, los tres países con las poblaciones más grandes del planeta, que dependen del fosfato de roca para alimentar a su gente”.
La Comisión Europea declaró al fosfato como “una materia prima crítica” en 2014, es decir, un recurso esencial con un riesgo significativo de suministro. Solo Finlandia tiene reservas en la Unión Europea y la mayoría se importa al bloque europeo desde Marruecos, Argelia, Rusia, Israel y Jordania. “La UE depende en gran medida de las regiones actualmente sujetas a crisis políticas”, según un documento de la UE.
El fertilizante de fosfato comercial se inventó en Rothamsted (uno de los Institutos de Investigación más antiguos del mundo) en 1842 al disolver huesos de animales en ácido sulfúrico. Blackwell y sus colegas han regresado a esta fuente para investigar un suministro alternativo de fosfato.
Convirtieron huesos, cuernos, sangre y otros desechos de mataderos en fertilizantes de fosfato y en una nueva investigación, descubrieron que funcionaba tan bien o mejor que los fertilizantes comerciales. Blackwell dijo que potencialmente podría proporcionar el 15-25% de las necesidades del Reino Unido. Otra fuente potencial es recuperar fosfato de las aguas residuales humanas; en 2013 se abrió una planta para esto.
Van Ittersum dijo que reciclar el fosfato de los desechos de los animales y humanos es vital, pero que llevará tiempo implementarlo ya que se necesitarán nuevas tecnologías y regulaciones para garantizar que no se produzca contaminación e infección de cultivos alimentarios.
Reducir el uso también es clave, dijo Blackwell. Las pruebas de suelo disponibles para los agricultores en este momento no están muy avanzadas, dijo, por lo cual los agricultores agregan fosfato adicional para estar seguros. Esto significa un exceso de fosfato en la mayoría de los suelos agrícolas, que se estima que representa el suministro de un siglo. Pero la mayoría del fosfato del suelo está unido a moléculas orgánicas y es inaccesible para las plantas. Algunas plantas producen ácidos y enzimas que pueden y los científicos están usando modificaciones genéticas para crear nuevas variedades de plantas que puedan acceder a este fosfato.
La experta en Fosfato, Marissa de Boer dijo que la falta de conciencia pública significa que el problema es la crisis ambiental “desconocida”: “Realmente dependemos del fosfato, pero lo damos por sentado”. De Boer llevó a cabo un proyecto de cinco años para la Comisión Europea, sobre tecnologías para reciclar el fosfato y ahora dirige, Susphos, una compañía que busca comercializar formas de extraer fosfato de desechos humanos, desechos de alimentos y desechos industriales. Ella dijo que el fosfato reciclado podría satisfacer las necesidades de los Países Bajos si la tecnología tiene éxito: “Mientras la gente tenga que ir al baño y el tratamiento de aguas esté centralizado, podemos usar nuestro propio fosfato”.