“El gran desafío es que este camino de integración no se detenga, sino que se profundice en beneficio de ambos pueblos”, con el objetivo de “derrotar la desigualdad”, afirmó Cristina Fernández en un acto en el Salón de las Mujeres del Bicentenario, donde subrayó que Latinoamérica es la región “más inequitativa en materia de distribución del ingreso”.
Michelle Bachelet dejó en claro que Chile quiere profundizar esa “relación prioritaria” que mantiene con la Argentina, por ser una “nación hermana”, además de “reimpulsar la agenda” común y dar “pasos dinámicos” en la relación “con todos los países de la región”.
“Con Argentina nos une no sólo una larga frontera sino lo más importante, que es la historia de cooperación, de apoyo mutuo y de sueños en común”, dijo la presidenta chilena.
“La conectividad es transcendental para que podamos con mayor competitividad, toda América del Sur, trasladar mercaderías y el comercio hacia la zona más dinámica del mundo, como es Asia, y la forma más competitiva de hacerlo es a través de Chile”, reflexionó Cristina.
Con ese objetivo, Cristina remarcó que las “individualidades” y los “países solos no van a poder hacer las cosas” e insistió: “Nos necesitamos los unos a los otros para potenciarnos”.
Por su parte, Bachelet dijo que “no es accidente ni casualidad” haber elegido a la Argentina como primer destino de viaje de su segundo gobierno y ratificó que “es el momento de reimpulsar y retomar con fuerza toda la agenda que soñamos en Maipú en el 2009”, durante su primera gestión en Chile.
Consultada sobre supuestas “trabas comerciales” hacia su país, Bachelet afirmó que la Argentina es el “segundo destino de las inversiones chilenas”, con “balanza desfavorable” para su país.
Declaró que en la reunión ambas mandatarias analizaron “cómo se sigue adelante con el Tratado de Maipú en todas sus áreas, reforzando y fortaleciendo el intercambio comercial”.
Dijo que desde Cancillería se analizarán “todas las áreas de trabajo” común entre Argentina y Chile para establecer fórmulas que permitan “resolver aquellos obstáculos eventuales que puedan existir”.
Cristina, por su parte, advirtió que “si la Argentina es el segundo destino de las inversiones chilenas debe ser porque no hay demasiadas trabas”.
Ambas mandatarias destacaron como prioridades el objetivo de “duplicar los pasos fronterizos entre ambos países”, reimpulsar el corredor bioceánico entre el Pacífico y el Atlántico, y el proyecto del ferrocarril Aconcagua para “tener una mayor competitividad” en las exportaciones hacia el mercado asiático.
En otro orden, sobre el proyecto minero Pascua Lama, ambas presidentas reivindicaron la “división de poderes” y argumentaron que la cuestión está en el terreno judicial.
“La minería per se no es ni buena ni mala”, planteó Cristina, quien resaltó el aporte de esa actividad al progreso de los países, pero aceptó que deben “arbitrarse todas las inspecciones y políticas” necesarias para que se cumpla con un “respeto total al medio ambiente”.
Bachelet también apuntó que Pascua Lama “es parte de la agenda” de su país, que aspira a lograr un “medio ambiente con desarrollo productivo”.
Por último, las presidentas coincidieron en la necesidad de llevar la problemática del narcotráfico al seno de la Unasur porque “no basta con que dos países se pongan de acuerdo”.
Cristina puso de relieve que “ni Chile ni la Argentina son productores de droga”.
“Creo que es fundamental que los países que son grandes receptores de drogas participen en esta lucha y acuerden protocolos comunes, porque en realidad nuestros países, más allá de las adicciones que pueda haber en Argentina o Chile, son países de tránsito y paso, ni de producción ni de grandes consumidores”, consignó.