¿Hasta cuándo los fracasos de quiénes manejan el estado lo pagarán quiénes pagamos impuestos y generamos riqueza genuina?
Otra vez las decisiones de quiénes NO pagan sueldos, alquileres, que NO agregan ningún valor en origen, que NO aportan soluciones sino problemas que van pateando para quién los reemplace haga algo parecido, criticando la gestión anterior que también fracasa.
Es el estado quien nos tiene que garantizar previsibilidad, certezas, confianza. Y el pasado y presente nos deja ver a las claras que el desconocimiento por los diferentes sectores productivos de la Argentina es absoluto. Medidas tomadas por una devaluación que provocan mayor daño al obtenido por ignorancia o peor aún por cinismo.
NO les importa que las PyMEs naufraguen en el caos que generan las corridas cambiarias, los desajustes constantes, sin precios de mercado, pérdida de competitividad y sobre todo pérdida total a costo de la PyME. Y cuándo se habla de una PyME son personas que arriesgan su bienestar, su poca tranquilidad para hacerle frente a la debacle a la que nos han empujado.
¡Basta señores! No tienen autocrítica, no conocen la responsabilidad de rendir cuentas por el desastre que hacen. PyME que cierra NO se recupera.
Francamente, cuesta seguir creyendo un futuro posible con la voracidad del estado que sigue tomando medidas paliativas sin planificación a corto y mediano plazo. Parches inútiles desconociendo la relación que tienen las PyMEs con quiénes colaboran con la misma.
Es la oportunidad donde quiénes tenemos responsabilidades e influencias tenemos que afirmar valores innegociables. Exponer desde la realidad, con claridad y contundencia, sin dejarse manipular por la política.
Tampoco hacerle campaña a quiénes ya fracasaron y proponen futuro con sus fracasos recientes, ni a los mesiánicos que vienen a romper un país complejo y maravilloso cómo es nuestra Argentina.
Tenemos que terminar con la obsecuencia y el aplaudir a la política que nos desprecia a cada paso. Tenemos que fomentar nuestra representación con partido propio e impregnar a los demás el ADN PyME que sólo lo tiene quién lo vive.
La IGNORANCIA es la peor enfermedad en una sociedad.