La Organización Internacional del Trabajo instituyó al 12 de junio como el “Día Mundial contra el Trabajo Infantil”. Se estima que 152 millones de niños viven en esta situación y que la pandemia los enfrenta a circunstancias más difíciles.
En Argentina, hace una década, Patricia Ocampo emprendió una gran cruzada. Desde “Un sueño para Misiones”, acompañada incondicionalmente por Jorge Kordi, impulsó la campaña “Me gusta el mate sin trabajo infantil”, referenciando a la infusión tradicional que lamentablemente, involucra a menores tareferos.
La pasión y la perseverancia la llevaron a convertirse en exponente nacional e internacional, llegando a reunirse con organizaciones internacionales y el Papa Francisco en el Vaticano. Desde Posadas, Patricia concedió una entrevista a Ser Industria Radio, para abordar este grave tema que, con diversos matices, afecta a casi dos millones de niños argentinos.
¿Qué pasa en la actualidad con este tema en Argentina?
Con la pandemia es más preocupante, por acarreó muchos temas económicos y en esta situación los trabajadores son los más vulnerados y los niños quedan desprotegidos. Para nosotros es una gran preocupación. Según el informe de la UCA de fines del año pasado, más del 50% de nuestros niños ya estaba debajo del nivel de pobreza y eso es acompañado de muchas cosas. En general este factor, sumado al trabajo en negro de los padres que ven vulnerados sus derechos laborales, concurre a esta problemática.
¿Cómo es la situación en Misiones?
En estos días estuve recorriendo la Provincia, repartiendo barbijos a los trabajadores de la yerba mate, porque nos llamaban y nos decían que los empleadores no les daban esa protección ni alcohol en gel. Entonces cuando fuimos a Oberá y Montecarlo nos contaban su dura realidad, que se agravó por la situación que todos conocemos. Por eso creo que cuando pase la pandemia esto se va a profundizar.
Los niños tareferos en Misiones, los que trabajan en las esquinas o juntan cartones, generalmente aportan a sus familias. Ahora es más complejo porque muchos padres no pueden hacer sus changas, por lo menos en el AMBA
Claro, es muy complejo porque lo que estamos atravesando nos afecta a todos, pero repercute mucho en las familias que ya venían con problemas, fuera del sistema. La pobreza trae muchas injusticias, donde están fallando el estado, las empresas, nosotros que aceptamos ver a un chico vendiendo en un semáforo. Lo hemos naturalizado. Como sociedad no tenemos que dejar que pasen estas cosas, no acostumbrarnos a verlo como algo normal. Y el estado tiene la obligación de velar por los derechos de todos, porque la vulneración de muchos derechos profundiza esa grave situación.
¿Cuál es la actitud de la política?
Creo que la política tiene que poner en su agenda el trabajo infantil. Es lo que pedimos desde hace largo tiempo y notamos en muchos casos que hacen oídos sordos cuando en Argentina hay casi dos millones de chicos que trabajan. Cuando un niño trabaja pierde muchos sueños y oportunidades. Por lo general después va a ser un adulto sumergido en la pobreza, sin seguridad social, sin aportes. Por eso nosotros hablamos del trabajo infantil y de todos los derechos que son vulnerados, pedimos que se cumplan las leyes para que los padres puedan trabajar, cobrar buenos sueldos y darles dignidad a sus familias.
La pandemia obligó a cerrar escuelas. ¿Eso contribuye a que haya más desigualdad?
Es así, porque el Covid ha impulsado esta modalidad de educación a distancia y las familias pobres no tienen tecnología, no acceden a las plataformas. Me encuentro con madres estresadas porque sus hijos no pueden hacer las tareas y a veces no tienen dinero para imprimir lo que les mandan o sacar fotocopias y los chicos tienen voluntad de cumplir con sus deberes. Creo que esto muestra también la brecha grande que tenemos en Argentina y se profundiza con la educación en la pandemia.
Dentro de tu actividad lograste estar en muchos foros parlamentarios. ¿Encontraste respuestas en esos ámbitos?
En Misiones, el gobernador Oscar Herrera Ahuad, el 1 de mayo en la apertura de sesiones de la Cámara de Diputados, expresó que una de sus políticas de gobierno es la de trabajo infantil cero en la provincia. Es un logro, como también lo es la creación del Programa de Erradicación del Trabajo Infantil (PROETI). Son pasos importantes, fruto de años de insistir. Siempre es importante que los políticos nos escuchen porque desde allí se tienen que tomar las decisiones superadoras.
¿Y en el Congreso Nacional?
En 2019 volvimos a presentar un proyecto de ley con el entonces diputado nacional, Daniel Arroyo, actual ministro de Desarrollo Social de la Nación. Creemos que se van logrando cosas, pero que también se abrió un debate cultural, porque hasta no hace mucho tiempo había una visión, diría romántica del tema. Nos decían “los chicos aprenden, incluso a asumir responsabilidades, acompañan a sus padres…”. Ahora mucha de esa misma gente entiende que esto no debe suceder y que la modificación de este concepto hace que ganemos todos porque el peso de lo cultural es lo que nos retrasa en el tiempo.
Este sí es un gran paso…
Si, nosotros creemos que es una lucha donde más de la mitad está ganada porque el gobierno ya lo tomó, ha reconocido el trabajo infantil, está implementando programas para erradicarlo. Vamos a ser muchos ojos mirando que se cumpla todo lo que se dice. Y seguiremos nuestra labor para tener un país libre de trabajo infantil.