Daniela Nancy Caggegi, es contadora pública nacional y socia gerente de Motores DAFA SRL, una PyME industrial familiar situada en Ramos Mejía, partido bonaerense de La Matanza, que se dedica a la fabricación de motores eléctricos de alta calidad.
Recordó que prácticamente “creció” en la compañía metalúrgica y que luego de terminar sus estudios universitarios se desempeñó en otros ámbitos profesionales antes de incorporarse al negocio de su familia, en 1997.
Instó a las mujeres a incursionar en la actividad empresarial, al sostener que no deben tener miedo, sino, por el contrario, animarse. “Cuando logramos superar nuestras propias barreras se abre un mundo de grandes posibilidades”, agregó.
¿Cómo ingresaste a la actividad empresarial?
Soy segunda generación de una PyME industrial familiar. La empresa nació como un emprendimiento de mi padre, acompañado por mi madre, en 1981. Yo tenía 10 años. Crecí dentro de la metalúrgica. Me formé, colaboré, comencé con tareas menores administrativas. Y así fui creciendo. En mis últimos años universitarios incursione en otros trabajos. Dicté clases de Finanzas Públicas y Estados Contables y fui a probar suerte en un estudio de auditoría de los grandes. Hasta que me di cuenta que todo lo que hacía era pensando en la empresa familiar, en cómo podía aplicar todo lo que iba aprendiendo. Así que en 1997 me uní a Motores DAFA profesionalmente.
¿Cómo es para una mujer trabajar en la industria?
Trabajar en la industria es complejo, difícil, pero a la vez, genial. Sabemos que las mujeres en Industria somos minoría. Según un estudio de ONU Mujeres, el 35% de las PyMEs mundiales son propiedad de mujeres y solo el 8% de ese total son industrias. A mí me encanta lo que hago. Es sumamente desafiante. Cuando logramos superar nuestras propias barreras se abre un mundo de grandes posibilidades.
¿Cuáles son las estrategias para romper el “Techo de Cristal” en el mundo empresarial?
Capacitación, trabajo, negociación y perseverancia. En mi caso particular fue cuando comenzamos a hablar de transición generacional, que como todos sabemos, es un momento crucial en las PyMEs familiares. Personalmente quería aprovechar ese cambio para agregar valor y transformar. Salir del ámbito meramente administrativo e impositivo, que era mi lugar asignado. Había que romper preconceptos y viejos paradigmas. Para ello empecé a trazar un plan y una propuesta innovadora. Junto con la transición implementamos normas ISO 9001/2015 que nos sirvió de base sólida para gestionar los cambios que necesitábamos. En este tiempo incorporamos también en la empresa el concepto de Objetivos de la Agenda 2030. Cambiamos procesos productivos para contribuir a mejorar el impacto ambiental de nuestra empresa. Así, no sólo certificamos ISO, sino que tuvimos nuestro primer Certificado de Aptitud Ambiental. Tomamos conciencia de lo que significa ser una empresa triple impacto. Aprovechando esta revolución, actualizamos nuestra página WEB y desarrollamos redes sociales preparándonos para el futuro. Trabajamos en esa línea de nuevos valores que venían a mejorar nuestros valores fundacionales. Esto potenció el trabajo que veníamos desarrollando en el diseño y fabricación de motores especiales, un nicho de mercado que adquirimos por los grandes conocimientos técnicos y al talento de mi hermano, un verdadero genio en el desarrollo de nuevos diseños. Además, es un gran aliado en mi trabajo, aunque muchas veces la relación familiar-laboral es complicada. Somos energías distintas, opuestas y complementarios.
Reiteradamente se habla de una brecha salarial que perjudica a las mujeres. ¿Se necesitan cambios legislativos?
Principalmente necesitamos cambios culturales. Prepararnos para trabajar en la diversidad y equidad. Entender que los equipos de trabajo deben armarse por talento y capacidades.
¿Cuál es el principal escollo que enfrentan las mujeres en el campo laboral? ¿Cómo superarlo?
Tenemos que trabajar en nosotras mismas, en nuestra confianza. Capacitarnos y participar. Negociar lo que queremos y proponernos salir a buscar las oportunidades que se nos presentan. No es tarea fácil compatibilizar trabajo y familia, pero se puede. Cada una desde su lugar, sus capacidades y talentos. El camino no es sencillo, pero estoy convencida que la independencia económica nos permite la posibilidad, sobre todo, de elegir. Y eso ya nos abre un mundo distinto.
¿Cómo visualizas, a corto plazo, el futuro de las mujeres en los puestos de dirección?
Se ha trabajado mucho en este tema y necesitamos más mujeres en puestos de decisión. Es maravilloso ver que fruto de este trabajo anualmente aumenta un 3% la participación de mujeres en el nivel de directores a nivel mundial. Mucho se ha hecho y mucho nos falta aún, pero estamos en camino y eso es lo importante.
¿Qué consejos le das a las mujeres que se inician en el ámbito empresarial?
Que no tengan miedo, que se animen. En este camino pueden contar con valiosos aliados. Que se unan a la red de Fundación FLOR, que participen en el programa MED- Mujeres en Decisión. Acá van a encontrar y potenciar los recursos que les permitan perfeccionar sus habilidades. También que participen en gremial empresaria, que se asocien a las Cámaras que estén en su jurisdicción. Desde las subcomisiones de Mujeres Empresarias se realiza un gran soporte asistiendo con capacitaciones y analizando las normativas vigentes que nos permitan desarrollar nuestras actividades. En ambos lados las están esperando una red de Mujeres diversas dispuestas a acompañar, potenciar y visibilizar su trabajo. Nuestro desafío hoy es transformar. Que cada persona sume su potencial por trabajar con calidad y transparencia en nuestras empresas y en las instituciones y organizaciones en las que participamos. Porque en red podemos generar más impacto.
Motores DAFA registra 41 años de trayectoria en el mercado. La avala una amplia experiencia en el campo de la Fabricación, Reparación, Diseño y Comercialización de motores eléctricos monofásicos y trifásicos blindados, amoladoras y pulidoras de banco, motores a medida y bobinados especiales.