La economista y directora de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (UCEMA), Diana Mondino, fue una de las disertantes del Seminario sobre Oportunidades para el Desarrollo Federal, organizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Entre otros ejes se refirió a la generación de trabajo y empleos.
En ese contexto, dialogó con Ser Industria. Ante la situación planteada por el crecimiento de la inflación, la inestabilidad cambiaria y los altos índices de pobreza, sostuvo que el gobierno “debe dejar trabajar. Hoy tenemos muy claro que hay dificultades para exportar, pero también para importar y lo que se importa es para producir. Tenemos que buscar un mecanismo, no ahogarnos en el tema del dólar, sino en decir qué hacemos para poder trabajar. No va a ser fácil, tampoco rápido. Hay mucha menos plata en la calle, hay más pobreza. Pero si no empezamos a trabajar y creemos que la solución viene de arriba, no sé si vamos a tener buenos resultados”.
En el mismo sentido expresó que “muchísima gente quiere trabajar. Tenemos que eliminar todas las restricciones que existen para dar trabajo y empleo. Quien quiere abrir un negocio, tiene que hacer un montón de trámites y obtener permisos. Si quiere contratar al alguien, necesita hacer un preocupacional, que cuesta una fortuna y después resulta que la persona, por el motivo que sea, ni siquiera empieza a trabajar. Necesitamos liberalizar un montón de cosas. Yo sé que esa palabra puede asustar a algunas personas, porque no sé qué entienden, pero la solución pasa básicamente por entender que hay que permitir que la gente trabaje. Si se hace algo prohibido, se aplicará una multa, un castigo, una restricción, pero no hay que limitar antes de empezar. Debe facilitarse la generación de trabajo y de empleos”.
Consultada sobre si, ante la seriedad de la situación, el gobierno debería convocar a dirigentes políticos y economistas para encontrar consensos y calmar a los mercados, respondió que en este momento “no se necesitan economistas ni cosas raras. Creo que hay que llamar a todos los argentinos de bien, que de los 47 millones deben ser casi todos. Argentina sigue funcionando porque hay mucha gente buena que sigue trabajando. No hace falta que estén en el gobierno, cada uno en lo suyo. El taxista que respete el semáforo, la maestra que enseñe bien, el alumno que haga la tarea, eso tan básico… Hay que definir qué valores se quieren respetar y de ahí van a surgir las mejores ideas. Generar trabajo y empleos, no hacer las cosas al revés”.
La especialista sostuvo que la sequía puse en jaque a la economía y a los productores. “Aunque hubiera algún tipo de medida política o económica, todavía no ha llovido, no se sabe si se va a poder plantar la fina y aunque hubiera condiciones de humedad, con qué plata va a sembrar quien no tuvo la cosecha anterior”.
Asimismo, afirmó que es necesario entender que “el productor no está tratando de perjudicar al gobierno, ni el campo ha puesto de rodillas al gobierno, como dicen algunos. Por el contrario, el campo está de rodillas hace muchos años porque hay un concepto de que le pueden cobrar más impuestos. Esto sucede porque el campo no se puede ir del país. Lo mismo ocurre con la minería. No se puede ir, pero resulta que tampoco vienen inversiones. Con la minería podríamos hacer muchísimo más. Hemos explicado mil veces, que, del otro lado de la cordillera, Chile exporta US$ 35.000 millones y nosotros US$ 3.500 millones”.
Sequía de ideas para generar trabajo y empleos
Durante su disertación, Mondino señaló que a la Argentina “le afecta una sequía de ideas, de comprensión, para entender que tal vez no haya una buena cosecha fina porque no se va a poder sembrar. También tenemos que saber que muchas vaquitas están flaquitas y que, como consecuencia de ello, el año que viene no vamos a tener terneros y seguramente en los siguientes se va a encarecer el precio de la carne”.
Seguidamente se preguntó: “¿Por qué tenemos una migración masiva desde hace 50 o 70 años y vivimos preocupados por el Conurbano? Porque las condiciones de vida de todo el campo argentino, salvo en las urbes, son malísimas. Había escuelas, caminos rurales y un montón de cosas que se fueron degradando. El argumento es que al ser un sector exportador tiene que apoyar a otros sectores a los que les cuesta crecer. Se sigue castigando a un sector que en este momento está en dificultades”.
La directora de la UCEMA planteó que “es necesario tener una comprensión cabal de lo que significa el sector agropecuario en Argentina” y que “otro punto de incomprensión es que no es el sector público el que tiene prioridad sobre el privado. Siempre estamos diciendo “esto tiene un costo fiscal de… o el estado pierde miles de millones de dólares de recaudación…ahora tenemos problemas de divisas porque…”. La realidad no es así. El que pierde es el productor, que además tuvo costos. También pierde toda la comunidad donde cae la producción, porque se traduce en una caída de consumo.”.