Durante los últimos años, la implementación de sistemas de trabajo híbrido se extendió entre empresas y corporaciones de los más variados sectores productivos. El “home office” incluso se ofrece como un beneficio y según datos de la firma especializada en recursos humanos WFHResearch, casi el 30% de los empleados a nivel global ya aplican modelos híbridos. Además, el 98% de los trabajadores aseguran querer realizar sus tareas desde casa al menos en algún momento de la semana.
Sin embargo, los sistemas híbridos pueden volverse una problemática si no se implementan correctamente. “Hoy tenemos casos de compañías que piden a sus empleados volver a la presencialidad porque no lograron establecer una cultura que se adapte a esta modalidad, no reconfiguraron los espacios para optimizar la eficiencia ni sumaron tecnología que lo permita”, afirma Horacio Benedicto, Digital Workplace Architect para Logicalis en Argentina, Paraguay y Uruguay.
En esa línea, una encuesta llevada a cabo por la compañía de automatización de negocios Fishbowl destaca que cerca de la mitad de los trabajadores no termina de entender las políticas de trabajo híbrido que implementa la compañía para la cual trabaja. Lo que demuestra que instalar estos sistemas también requiere de esfuerzos constantes de comunicación y entrenamiento.
Todo este contexto posiciona a las organizaciones en una situación incómoda ya que, según comenta Benedicto, en la actualidad el 92% de las reuniones tienen al menos un participante virtual. Por lo tanto, retornar a modelos presenciales resulta poco práctico y hasta puede llevar a situaciones de tensión con los empleados. De todas maneras, no es necesario alcanzar estos límites ya que tendencias como la “Distancia Cero” pueden achicar las brechas que existen entre lo digital y lo físico para generar ambientes laborales cómodos sin que eso afecte la productividad de la compañía.
¿Qué es la “Distancia Cero” en el trabajo híbrido?
Una de las principales problemáticas de los sistemas laborales híbridos es el efecto de lejanía que produce la digitalidad. “Cuando hablamos de ‘Distancia Cero’ hacemos referencia a generar ecosistemas donde la distancia que hay entre lo presencial y lo digital se sienta lo menos posible. Las personas ya se acostumbraron a usar herramientas virtuales pero tenemos que dar un paso más y poner a su disposición todas las funciones posibles para que se note lo menos posible esa diferencia”, destaca Benedicto.
Esto incluye desde herramientas de inteligencia artificial que tomen nota, guarden las conversaciones y hagan resúmenes de los temas más destacados, hasta sistemas que reconozcan gestos para que activen funcionalidades de manera automática, ya sea cambiar los fondos, abrir nuevas pantallas con información o silenciar los micrófonos sin la necesidad de hacerlo manualmente. A todos estos elementos se los incluye dentro de la categoría “softwares colaborativos”, un mercado que alcanzará los 21 mil millones de dólares en 2025, según un informe de la consultora internacional Statista y que cuenta con jugadores de la talla de Cisco, Microsoft, Google y Zoom, entre otros.
“Ahora bien, para que la ‘Distancia Cero’ funcione no solo hay que pensar en aquellos que se encuentran en sus casas sino que también se debe organizar la presencialidad en las oficinas. Hoy existen herramientas que permiten reservar una cochera y un escritorio para evitar esa incertidumbre al llegar al trabajo y equipos de video libres en los cuales con un código QR una persona se ‘los apropia por ese día’ y cuando termina lo deja disponible para otro empleado. Todo esto hace al desarrollo de ‘los lugares’, un aspecto que no se debe descuidar. La oficina tiene que ser una motivación y no un peso”, resalta el Digital Workplace Architect para Logicalis en Argentina, Paraguay y Uruguay.
Otras tendencias a tener en cuenta
Como se ha observado durante los últimos años, los sistemas de trabajo híbrido ofrecen variados beneficios pero no todas las organizaciones los están pudiendo aprovechar. Si ese es el caso de una empresa, volver a la presencialidad plena no sería la mejor respuesta porque hasta puede generar una fuga de talento y empeorar la situación.
Son numerosos los estudios que demuestran las ventajas comerciales de los modelos híbridos pero, en todos los casos, se subraya que deben ser bien aplicados para lograr ese éxito. Por ese motivo, la recomendación de los expertos es apuntalar estas modalidades con esfuerzos en pilares destacados como la cultura del lugar, los lugares y, sobre todo, la tecnología. En relación a este último punto, hay algunas herramientas que pueden ayudar a lograr el éxito del sistema híbrido y que se recomiendan sumar y expandir en toda compañía.
Nube Híbrida: migración de aplicaciones privadas a nubes públicas; necesidad de flexibilidad para mover aplicaciones dinámicamente entre diferentes entornos.
Observabilidad: necesidad de herramientas que permitan a los profesionales de TI monitorear y solucionar problemas antes de que los usuarios los perciban; la observabilidad se convierte en un componente crucial para garantizar un rendimiento óptimo de las aplicaciones y sistemas.
Conectividad: importancia de tecnologías como SD-WAN y SASE para garantizar una conectividad eficiente y segura; consideraciones específicas para garantizar la calidad de servicio en conexiones remotas de los empleados.
Seguridad: enfoque en la autenticación y autorización de dispositivos y usuarios; implementación de arquitecturas de seguridad Zero Trust para garantizar la protección integral de los sistemas y datos en entornos de trabajo híbridos.