La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) expresó que “la liberación del cepo no representa una devaluación, sino la apertura positiva del mercado. Ya de por sí las empresas operaban con el dólar MEP o Contado con Liqui, que incluso registraron una baja tras la apertura del dólar oficial, lo que refuerza la idea de que no hay fundamentos para remarcar precios“.
Considera además que “el nuevo tipo de cambio oficial liberado está orientado exclusivamente a personas físicas, por lo que no afecta directamente la operatoria de las empresas. Por eso, hacemos un llamado a la responsabilidad de todos los proveedores del mercado para evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio”.
“El verdadero problema de la economía no es el dólar sino los impuestos“, destaca CADAM, indicando especialmente “los distorsivos como son los ingresos brutos y tasas municipales” y los “costos ocultos” que se trasladan a precios.
“Costos ocultos”
En el mismo sentido, señala que “cuando un consumidor compra, por ejemplo, una botella de vino y carne en un almacén o supermercado de cercanía, el precio final incluye una serie de aportes y contribuciones obligatorias y ´solidarias´ que se han venido recaudando desde hace más de 20 o 30 años. Muchos de estos cargos se acumulan a lo largo de toda la cadena comercial, desde el productor hasta el punto de venta”.
Entre los costos ocultos, que se trasladan a precio desde la industria al consumidor, la CADAM refiere seis por cada empleado de comercio. En primer lugar hacer referebcia a la Contribución Adicional Solidaria a la obra social por COVID-19, que se sigue cobrando hasta el día de hoy. Esta “contribución solidaria” hay que abonarla “tengan o no esa obra social”, indica el texto de la Cámara.
Luego cita al Aporte obligatorio al Instituto Argentino de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (INACAP). “Desde el año 2008 hay que aportarlo mensualmente, aunque el empleado no se capacite nunca”, agrega.
En tercer lugar, refiere al Seguro obligatorio de retiro, creado en octubre de 1991. “Representa el 2,5% de la remuneración del trabajador. El 50% de lo recaudado se deposita en la cuenta individual del trabajador y el otro 50% va al sistema colectivo “solidario”. Para obtener el beneficio del retiro, el empleado debe tener aportados al menos 20 años”, puntualiza.
Seguidamente, consigna el Aporte al sindicato, que consiste en un descuento al empleado esté afiliado o no, que implica el 0.5% del salario.
Los dos costos ocultos restantes tienen relación con la industria y la CADAM subraya el Aporte obligatorio al Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), creado por la Ley 25.507 en el 2001.
Finalmente, menciona al Aporte a la COVIAR, obligatorio para la promoción del vino. Mediante la ley 25.849, promulgada en 2004, se crea la CORPORACION VITIVINICOLA ARGENTINA – COVIAR, para ejecutar el “Plan estratégico argentina vitivinícola 2020”. Si no se paga, la bodega puede sufrir el bloqueo. “Los incumplimientos de la contribución obligatoria, serán sancionados con la paralización de los procedimientos donde se tramiten los permisos de traslado y/o permisos de despacho de libre circulación y/o solicitudes de exportación por parte del I.N.V….”, sostiene el Artículo 13 de la ley.