Las negociaciones entre Estados Unidos y varios países asiáticos para un Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) concluyeron para su posterior aprobación por el Congreso.
Tras casi siete años de conversaciones, el TPP concentraría a 12 economías con salida al océano Pacífico y es considerado una señal de la importancia de la región Asia-Pacífico, que cubre el 40 por ciento de la economía mundial.
Esta nueva alianza establece un área de comercio que reducirá las trabas en los flujos económicos al liberar más de 18 mil impuestos con los que diversos países gravan los productos estadounidenses y representa el mayor acuerdo comercial de la historia, cuya materialización podría remodelar las industrias e influir en el precio de los alimentos, según los especialsitas.
Tras la conclusión de las negociaciones el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó que el pacto fortalece la relación estratégica de su país con los socios en la región, ya que cuanto más vendan al exterior, más trabajos altamente remunerados podrán sostener, puesto que las empresas exportadores pagan 18 por ciento más que las que no lo hacen.
Por su parte, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, declaró que el acuerdo representa un gran resultado, no sólo para Japón, sino para el futuro de Asia Pacífico.
Junto con Estados Unidos y Japón, integran el TPP por el continente americano Canadá, Chile, México y Perú, mientras que por Asia están Brunei, Malasia, Singapur y Vietnam y por Oceanía Australia y Nueva Zelanda.
Varios grupos se oponen al acuerdo, entre ellos los sindicatos estadounidenses, grupos medioambientales y demócratas liberales por el secretismo en que se concretaron algunas conversaciones y la fragmentación de aspectos y beneficios como los referentes los monopolios en la industria farmacéutica y la automotriz.