El mundo del trabajo afronta un panorama complejo, en el que confluyen diferentes factores, dentro de los que se destaca la fuerte irrupción de la tecnología y la Inteligencia Artificial en las empresas y los procesos productivos. Para Argentina, que atraviesa una profunda recisión y registra un preocupante índice de desempleo, esta realidad toma dimensiones que tensan todos los niveles sociales,
Con el propósito de tener una perspectiva profesional sobre esta problemática y comprender el perfil de los futuros empleos, Ser Industria Radio entrevisto a Verónica Huarte, licenciada en Psicología y responsable del Área de Selección y Reclutamiento del Grupo Randazzo. Este grupo empresarial abarca los rubros automotriz, desarrollos inmobiliarios y agronegocios, empleado a alrededor de 500 personas.
La especialista refirió que, si bien el avance tecnológico y de la IA son importantes, no deben verse como una amenaza, sino como “una herramienta que tenemos que saber utilizar”. Asimismo, destacó la importancia de las habilidades blandas y que en materia laboral, las nuevas generaciones expresan un fuerte cambio cultural.
¿Cómo se adapta el empleo a los fuertes cambios culturales que lo desafían?
Es complejo responder de forma sencilla esta pregunta, porque es multifactorial. La causa por la cual una persona que está buscando trabajo no lo consigue es porque las grandes empresas, las PyMEs o el empleador están detrás de ciertas características de perfil y lamentablemente no las están encontrando. La tecnología o la IA, permiten optimizar un montón de procesos que antes implicaba el recurso humano y la realidad es que no lo está reemplazando pero sí optimizando cuestiones que son muy automáticas, operativas y la persona no le agrega valor. Desde ese lugar, el candidato tiene que desarrollar habilidades cada día más exigentes.
¿Eso motiva que muchas empresas no consigan trabajadores mientras hay tantos desocupados?
Tal cual. En esa línea se fijan normativas que tiene que ver con la capacitación, las herramientas que que se buscan y el nivel actitudinal. Las empresas necesitan que sus trabajadores trabajen en una jornada full y hoy tenemos una cuestión generacional. El estilo de vida no considera al trabajo en un lugar tan preponderante como lo era para otras generaciones, donde ocupaba un espacio central. Hoy es un dato más que se suma. La persona necesita equilibrar su vida laboral con sus momentos familiares, ocio y placeres que pueden ser viajar o hacer un deporte. Busca ese equilibrio y está en posición de elegir. El empleado analiza el paquete de beneficios y creo que, lejos de asustarnos, nos tiene que desafiar a pensar diferentes maneras de encarar el empleo. La pandemia empujó más la velocidad de la tecnología pero ya veníamos con este desarrollo que de todos modos iba a suceder.
¿El sistema educativo no da respuesta a la demanda laboral?
No lo pondría en esos términos, creo que influyen varios factores. Tenemos contacto con los centros de inserción laboral de las facultades nacionales, llegamos a los estudiantes para lograr, a través de modelos de pasantía o cuando están a punto de recibirse, el programa de jóvenes profesionales. Creo que a nivel académico y de contenidos, se fueron actualizando, pero no a nivel de habilidades blandas y sociales. Por más que seas ingeniero, médico o abogado, vas a trabajar en equipo y a conectarte con gente, quizás hasta de otras culturas. Hoy se trabaja remoto con gente de idiomas distintos. Entonces las habilidades sociales son claves. El estudiante y futuro profesional puede buscar esas herramientas porque hay un montón de facilidades y cursos gratuitos online muy al alcance de la mano. Es cuestión de saber direccionar el uso de la tecnología.
¿Las habilidades blandas se fueron perdiendo?
Creo que hay que pulirlas. Quizás antes un ingeniero necesitaba ciertas habilidades más bien técnicas y las sociales no estaban tan ponderadas dentro de un equipo de trabajo. Hoy tiene que liderar un equipo de trabajo con múltiples habilidades y características y uno tiene que hacer que esa sinergia sea positiva para llegar al objetivo.
¿Desde cuándo se valoran estas habilidades?
Creo que siempre fueron necesarias. Ahora están tomando más visualización, porque permiten conectarnos a nivel interdisciplinario. Socialmente se usan en todos los ámbitos. En un grupo escolar, de trabajo, en la facultad, de CEOS y gerentes. En esos ámbitos es donde más juegan.
También se integran géneros y generaciones. ¿Cómo los armonizan desde las empresas?
Es una impronta que está llegando y está corriéndose de pensar si sos hombre o mujer, de qué origen o cultura sos, cómo fue tu educación. Se pasa a pensar en la sinergia del equipo y las fortalezas. Quizás la fortaleza de una cultura es la debilidad de la otra. Entonces, tener un equipo con esa variedad y diversidad ayuda y colabora al cumplimiento del objetivo. Creo que pasa un poco por ahí.
¿La tecnología amenaza al mundo laboral?
No creo que sea una amenaza, sino una herramienta que tenemos que saber utilizar. Hay una cuestión que me parece importante destacar. Hoy pensamos que todas las personas que están entre sus 20 y 30 años dominan la tecnología con muchísima facilidad. Pero la realidad es que pueden ser digitales, pero lo importante pasa por manejar esa tecnología en pos de qué nos sea útil. Una persona puede estar todo el día con el teléfono, usando redes sociales y no aprender nada, no hacer cursos de Excel, de tablas dinámicas… Esa herramienta puede ser muy útil o no. Por eso no la considero una amenaza, es parte de nuestra sociedad y nuestra cultura debe incorporar herramientas.
Los cambios son cada vez más rápidos…
La revolución tecnológica viene desde los 50, no es novedad. Lo que pasa es que la velocidad fue muy alta y nuestra capacidad de aprendizaje sigue siendo la misma. No aprendemos más rápido por utilizar la tecnología. Nos desafía como empleados, como profesionales, a incorporarla como un aliado. No tenemos que verla como un enemigo sino pensar qué nos facilita y en qué nos está saboteando. La buena o mala utilización la determina cada uno de nosotros.
¿La pandemia modificó hábitos de trabajo?
Puso sobre la mesa una discusión importante, que tiene que ver con la flexibilidad o cómo trabajamos. Podemos hacerlo por horario o por objetivos. Una persona puede estar sentada todo el día en un escritorio y no por eso ser productiva. Otra puede serlo en sólo tres horas, la productividad no pasa por el horario. Que esté la oficina llena no significa que funcione. Este tema desafía a los líderes de equipo a saber cómo supervisar o gestionar sus equipos. Hay empresas que lo tomaron como parte fundamental de los beneficios que ofrecen.
Los empresarios jóvenes trabajan menos horas que las que trabajaban sus padres e incluso sus empleados más antiguos…
Es un cambio que implica mover estructuras. Por profesión, sé que no es fácil modificar un hábito y el cambio cultural es clave. Muchas veces, cuando la tecnología entra a la empresa para jugar fuerte, tenemos empleados de muchísima antigüedad que plantean “¿para qué vamos a cambiar algo que hicimos así y funcionó?”. También, romper esos esquemas, empezar a ver los beneficios, significa que haya que formar nuevas habilidades-. Hoy están muy en boga las upskilling y reskilling. La primera es mejorar el perfil de la persona dentro del mismo rol en la estructura y las reskilling consisten en sumar otras habilidades que amplíen su perfil. En ambos casos, los beneficios son importantes para la empresa y las personas.
Pero muchas veces, el empleador se enoja porque formó un trabajador digital y de pronto se va, incluso del país…
Sí. Hoy se está hablando de pasaportes laborales, donde uno está trabajando, por ejemplo, desde La Plata pero conectado con Estados Unidos, México, Europa… Están empezando a modificarse las leyes, aunque quizás no acompañan a la misma velocidad. El 70% de las empresas, de acá a cinco años, van a incorporar y modificar sus procesos a tecnológicos. Eso modificará las áreas de trabajo y los roles laborales. Además, quizás de acá a seis meses una herramienta que hoy es costosa, sea obsoleta y muy accesible.
¿Cambió la forma de liderar en los últimos 30 años?
Creo que si. Antes el líder tenía todas las respuestas y hoy es el que hace las mejores preguntas. La respuesta se construye. Hace 30 años, cuando uno iba con una pregunta o un problema, el líder nos indicaba el camino a seguir. Hoy es importante traer no solo la pregunta sino lo que se me ocurre como posible salida a ese obstáculo y empezar a buscar juntos las respuestas, tanto en lo humano como en lo tecnológico. Eso empodera a las empresas y a las personas.
¿El liderazgo es natural o se va formando?
En un momento se pensaba que nacía con la persona, hoy la realidad es que se construye. Hay diferentes tipos de liderazgo. No siempre desde el mismo lugar se puede tener influencia en el equipo o en el grupo de trabajo. Son habilidades que uno va puliendo, va formando. No es lo mismo liderar un equipo de jóvenes profesionales que uno de gerentes. Vuelvo a las habilidades blandas, porque son claves fundamentales para desarrollar un buen liderazgo.
¿El recurso humano es el capital más importante de la empresa?
Totalmente. Hay un montón de ejemplos en cuanto a eso. Hoy las empresas no se venden por el valor edilicio, sino por el valor de los datos que tiene y la estructura de recursos humanos.
¿Qué herramientas tiene la empresa para elevar este valor?
La capacitación es clave en todos los segmentos, desde un pasante, un joven profesional hasta los gerentes. Debe ser constante.
¿Hay lugar para los mayores de 50 años?
Sí, me he encontrado con muchas personas de 50, 60 años que tienen muchísima más capacidad para desaprender y aprender que quizás alguien que recién está empezando a estudiar. Creo que esa flexibilidad y tratar de evitar la rigidez de que el conocimiento es estanco y se queda ahí, se modifican, más teniendo en cuenta la tecnología.
¿Cómo imaginas la inserción de la IA en las empresas?
Muchísimas empresas ya la están usando, para la formulación de un aviso, la carga y el análisis de información… El chat GPT tira 10 ideas de cómo hacerlo y encararlo, qué tener en cuenta… Es algo que nos va a desafiar a hacer mejores preguntas, generar valor y reforzar algo que la IA no podrá hacer, porque las relaciones sociales siguen siendo humanas. Los problemas que tenemos cada uno de nosotros se mantienen aunque haya más tecnología.
¿Una empresa que no cuida sus recursos humanos está destinada a desaparecer?
Creo que los recursos humanos son una piedra fundamental, pueden hacer que la empresa tenga mucho éxito o sabotearla al punto de hacerla desaparecer. Me parece que cuando uno busca un trabajo, es bueno que haga una investigación previa sobre qué tipo de cultura tiene la empresa, cuáles son sus valores porque si no se coincide seguramente el trabajador. La decisión tiene que ser mutua, la empresa tiene que elegir pero la persona también debe sentirse a gusto.