El acuerdo comercial firmado la semana pasada entre Estados Unidos y China tendrá consecuencias sobre las exportaciones agropecuarias de la región. El principal perjudicado será Brasil y luego la Argentina.
Sin embargo, para la Argentina puede significar una mejora para la molienda de soja y para la recuperación de mercados.
El miércoles pasado, Estados Unidos y China firmaron el Acuerdo Económico y Comercial de Fase Uno que busca sentar los principios de resolución de la guerra comercial que ambos países mantienen desde hace más de un año.
Con esto, China se comprometió a realizar compras adicionales por sobre el total importado en 2017 de productos agropecuarios procedentes de Estados Unidos.
Estas compras adicionales alcanzarán los 12.500 millones de dólares en 2020 y 19.500 millones de dólares en 2021, sin contemplar una baja en los aranceles que China impuso a Estados Unidos, que en el caso de la soja llega al 33%.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), consideró que “si los montos comprometidos en el acuerdo son alcanzados, es probable que sea a costa de desvío de comercio desde otros proveedores agrícolas, que perderían participación en el mercado chino”.
El economista jefe de la BCBA, Agustín Tejeda, indicó que “cuando se hace un acuerdo de esta naturaleza, con números tan ambiciosos, es difícil que se logre concretar con un aumento de la demanda china”, y agregó que “si bien va a seguir aumentando, no lo hará a las tasas de años atrás, por lo cual es complicado que esto se cumpla sin desvío de comercio”.
Para Tejeda es probable que para que se cumpla el acuerdo se tenga que hacer a costa de dejar de comprarle a otros proveedores y eso podría denunciarse como comercio administrado, lo cual viola la normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Si se revitalizan las exportaciones de soja de Estados Unidos a China, Tejeda cree que esto afectaría en gran medida a Brasil, porque cuando el país asiático dejó de comprar oleaginosa estadounidense, recurrió al país sudamericano y con esto impulsó los precios FOB.
“Si el acuerdo se concentra en el poroto de soja, esto va a ser en detrimento de Brasil, pero podría ser beneficioso para la Argentina”, insistió.
Al aumentar la demanda de mercadería sudamericana, se produjo una suba de valor FOB, entonces se abarató la soja de Estados Unidos.
En ese sentido, Tejeda explicó que “esto generó un efecto adverso en la molienda argentina, porque era más competitivo exportar poroto sin procesar. En cambio, Estados Unidos empezó a moler mucho más y nos sacó de algunos mercados. Quizá esto pueda normalizarse”.
Mientras que el analista de la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Federico Di Yenno, declaró que se esper una reducción de los envíos de soja de Brasil a China y calculó que no habrá un impacto significativo para Argentina.
“Gran parte del comercio que se desviaba de Estados Unidos lo acaparaba Brasil. Argentina no pudo tomar tanto beneficio de eso, por lo que no vemos que haya un impacto significativo”, dijo Di Yenno.