La armadora de dos barcos de pasajeros que navegan por el Antártico encarga al taller naval de la ría la puesta a punto de las naves.
La ría de Avilés acoge dos barcos inusuales por estos lares; se trata de sendos cruceros de lujo que suelen navegar por aguas del océano Antártico llevando a los turistas a algunos de los sitios más pintorescos del continente helado. El “Ocean Nova” y el “Sea Explorer”, ambos fabricados en Dinamarca en 1992 con especificaciones que les permiten navegar sin mayores problemas en las frías aguas australes, arribaron al estuario avilesino procedentes de Montevideo y tras haber hecho escala en Cabo Verde para ser sometidos a labores de mantenimiento y pequeñas reparaciones que los tendrán varios días atracados en los muelles locales.
El astillero donde se realizarán los trabajos de puesta punto de los buques es Ría de Avilés, ubicado entre Zeluán y San Juan de Nieva, en las antiguas instalaciones navales de la firma Ojeda y Aniceto. El “Ocean Nova” ya quedó atracado ayer mismo cerca de la grada del astillero, en previsión de su inminente varada, y el “Sea Explorer” espera su turno para “subir al carro” atracado en la dársena de San Juan de Nieva.
La presencia de estos cruceros despertó la curiosidad de algunos aficionados a los asuntos marítimos que se acercaron a las inmediaciones del astillero para observar y fotografiar los barcos, muy llamativos por su diseño y su cuidado acabado. El “Ocean Nova” tiene capacidad para acomodar 68 pasajeros en cabinas singulares, dobles y triples, todas con baño privado y vistas exteriores; mide 73 metros de eslora y tiene un calado de apenas 4 metros, una medida pensada ex profeso para facilitar su navegación por zonas con fondos muy accidentados. El “Sea Explorer” es aún mayor: 91 metros de eslora y 4,3 metros de calado, con 57 cabinas que dan alojamiento a un centenar de pasajeros.
La captación de estos barcos para su cartera de clientes forma parte de la estrategia de diversificación que emprendió hace años el astillero Ría de Avilés, cada vez más volcado en el sector del mantenimiento, la transformación y la reparación de buques, toda vez que la construcción de unidades nuevas ha aflojado como consecuencia de la crisis y la fuerte competencia. El catálogo de Ría de Avilés incluye desde pesqueros a remolcadores, pasando por ferrys y catamaranes.