El astillero TecnoPesca Argentina (TPA), situado en el Puerto Mar del Plata, es conducido por los hermanos Facundo y Lautaro Godoy, hijos del siempre recordado Enrique Godoy. Los jóvenes empresarios, tomaron la posta y con decisión, avanzan en el desarrollo de un Master Plan que contempla inversión y profesionalización. Si bien el establecimiento naval se caracteriza por reparar buques, hace dos años inauguró una nave industrial donde proyectan construir barcos.
Con el paso de los años y su Unidad de Negocios de Astillero ya asentada, la cartilla de clientes se ha vuelto más robusta y esta apareada con las necesidades financieras y económicas que se presentan.
Ser Industria mantuvo un animado diálogo con el ingeniero Matías Reyes, Gerente de Producción de la empresa, quien entre otros conceptos refirió que la compañía continúa con un intenso y constante flujo de trabajo, además de una gran cantidad de proyectos de reparación terminados y dando lugar, al cierre de la temporada 2022/2023. Anticipó que están planificando los meses siguientes, donde recibirán un importante número de embarcaciones para reparar.
Desde el astillero TPA definen a los últimos meses de trabajo como “arduos y complejos, requiriendo el máximo de los ingenios para que las coordinaciones de obra se ajusten a lo programado. Tanto las obras de buques pequeños, de 21 metros, como obras en barcos de mayor porte, 40 a 45 metros. demandan estándares de calidad y productividad. Siempre es positivo anticiparse a lo que podrá ser cada obra de modo que la capacidad de trabajo para atender las reparaciones este acorde a la realidad”.
Superamos la mitad del año calendario. ¿Cómo está la empresa?
Desde que asumieron Facundo y Lautaro, el astillero vive un proceso de transformación. Ellos le están dando su impronta a la empresa profesionalizándola en los diferentes sectores e incorporando jóvenes, a través de pasantías. Tenemos un grupo humano muy valioso que se destaca a la hora de trabajar en equipo y cumplir los objetivos. La última temporada contó con diversos factores dinámicos que otras temporadas no habían tenido, generando muchos frentes operativos y aristas positivas de cara a una nueva etapa del año. Mediante inversiones, incorporaciones y asociaciones estratégicas la empresa irá, año tras año, en búsqueda de su mejor versión, basada en su estilo vanguardista.
Específicamente, ¿qué tareas desarrollan en el astillero TPA?
Actualmente el astillero TPA es netamente reparador. Para nosotros, la temporada se extiende desde octubre, cuando paran todos los barcos que pescan langostinos, hasta abril, mayo. Tuvimos una buena temporada, una gran cantidad de barcos reparados. Son buques que están en inspección, ya sea de renovación o de inspección intermedia, dependiendo qué tipo de certificación deben renovar ante la Prefectura Naval Argentina (PNA). Este año cambiamos muchas toneladas de chapa, en la Unidad de Negocios de Astillero. Hace casi dos años inauguramos una nave industrial que lleva el nombre de Enrique Godoy, pero no la hicimos para que sea un depósito, sino para construir barcos. Apuntamos a eso en un futuro próximo. No es sencillo armar un proyecto para construir un barco. No depende solamente de las ganas que uno tenga, sino que se tiene que contar con el financiamiento. Además, se debe tener el proyecto aprobado en Pesca donde todo vaya de la mano. La situación en el país está difícil. La importación de materia prima, los costos de producción que se han elevado un montón, la mano de obra está muy alta. Siempre estamos pensando la mejor manera de manejar los costos fijos y variables.
En esa dinámica de trabajo ¿es decisivo cumplir con puntualidad?
Es un tema de debate, ser puntuales, efectivos y eficaces en la reparación. Cuando subimos un barco a seco no depende solamente de nosotros sino también de lo que diga la PNA, a través de los inspectores de casco. Ellos dictaminan el alcance de trabajo en función del tipo de inspección. A raíz de eso y como metodología que ha incorporado hace poco el tiempo la PNA de sondear, tomar puntos de sondaje, de medir espesor de chapa en muchos lugares, el trabajo se agranda y el dique previsto de 30 días, pasa a ser de 60. Es lo más difícil. Eso lleva también enlazado un elevado costo de producción. Si tenés que hacer doble turno, trabajar los fines de semana, los feriados, los costos se elevan. La idea es que los diques sean lo más competitivos posibles, porque el tiempo de estadía del barco también se paga. Trabajamos para hacer la reparación en el menor tiempo posible. Hemos reducido considerablemente, los márgenes de error, gracias a nuevos parámetros de planificación macro de las obras. Estas cuestiones se pueden visibilizar claramente en los Indicadores de Rendimiento de las distintas áreas. En este caso nos referimos puntualmente al Departamento de Producción. La gestión de profesionalización de la compañía permitió darles crecimiento a las áreas de Compras, Logística, Calidad, Medioambiente, Comunicación y Costos.
¿Qué se requiere para optimizar el trabajo?
Se necesitan buenas instalaciones, energía eléctrica que siempre funcione, en eso no hay problema y un buen equipo de trabajo. Actualmente cuesta mucho tener mano de obra calificada. Nuestra actividad se perdió durante muchos años, se perdió oficio y de a poco, siendo Mar del Plata un polo industrial naval, se recupera esa mano de obra. Todavía falta un camino largo para que tengamos mano de obra calificada. Es bueno que los colegas estén construyendo, que haya esa rueda que empieza a girar y sirva, no solamente para dar valor agregado a la mano de obras, sino también a los profesionales. Hay muchos jóvenes que se recibieron de ingenieros en la UTN y estudiantes. Para ellos es muy importante que el sector vaya para adelante y se profesionalice cada vez más.
¿La chapa naval sigue importándose o la provee la empresa Laminados Industriales de Villa Constitución?
Con respecto a este tema, hay proveedores locales o se puede importar. Hoy, importar cualquier insumo no es fácil, porque hay que girar divisas al exterior y para que autoricen una SIRA está complicado. Eso repercute en que haya que comprar en el mercado local, pagándola hasta cuatro veces y media más de lo que vale afuera. Y si tenés que cotizar un barco que pesa 200, 300 toneladas de acero, obviamente es difícil ponerle un precio. La fábrica que mencionás, hasta donde tengo entendido, hace espesores a partir de tres octavos para arriba en calidad naval. Creo que tenían algunos problemas con el tema de provisión de materia prima. Tenemos que arreglarnos con lo que conseguimos en el mercado local. Como pasa en cualquier rubro, está complicada la importación. Nosotros, además del negocio del Astillero, tenemos representaciones como ABC diesel, que son motores belgas. Vendemos repuestos para Argentina y se nos hace muy difícil cumplirle al armador. Más que nada por los plazos de importación, por el tiempo que demora importar un repuesto, siendo que tenés un barco parado que genera muchas más divisas para el país. Porque, el 90% de la pesca se exporta. Eso indica que no se debe tener un barco parado por falta de repuestos.
¿Qué esperan de la próxima temporada desde el astillero TPA?
Estamos armando la planificación. Vamos a recibir una gran cantidad de embarcaciones Creo que las empresas aprendieron a ordenarse, a pedir turno, reservarlo, a entender que sus barcos pueden ser atendidos y eso da tranquilidad. Estamos con muchos proyectos, no solamente en lo laboral sino en lo que hace a inversiones. Hace poco el astillero firmó una concesión por 20 años más 10, esto es de dominio público. Eso hizo que tengamos que armar un plan de inversiones a 10 años. Estamos muy aplicados a eso, hay muchas cosas para hacer. Esta la actividad requiere ser competitivos e invertir mucho.
Es bueno advertir que en el contexto macroeconómicas del país tengan planificado el próximo año…
Sí. Independientemente de cómo llega este año de elecciones, los astilleros tenemos la suerte todos de que los barcos tengan buena actividad pesquera. Más allá de que ha variado un poco el precio del pescado, esto permite proyectar porque a los armadores les da confianza para reparar sus buques. No hay escenario mejor que a las empresas armadoras les vaya bien y tengan la iniciativa de reparar, reconvertir o hacer nuevos barcos. En Argentina tenemos una flota con un promedio de edad de 37 años y la reconversión de flota que arrancó nos va a dar trabajo a todos. Es preciso mencionar que nos llena de orgullo que compañías como Agropez SA, Solimeno, Ibercosa, Grupo Makro y otras continúen contando con nosotros para llevar a cabo los planes de mantenimiento de sus flotas. Los objetivos siempre son auspiciosos y van de la mano con los planteados por los clientes, de modo que entendemos que el alineamiento hacia metas en común con ellos termina resultando clave para el entendimiento técnico y de coordinación en los proyectos asumidos.