El Banco Central anunció una nueva resolución (la A7375), que podría complicar la situación de las importaciones en el país. Los pagos anticipados bajarán de 1 millón de dólares a 250 mil USD. Adicionalmente, los pagos “vista” (aquellos que se realizan antes de la importación, es decir, antes del arribo de la mercadería al país), que antes no tenían cupo, comenzarán a operar como si fueran anticipados. Esta decisión limitará fuertemente los giros al exterior antes de tener un registro aduanero. 

El impacto en la actividad se dará dependiendo de la relación comercial y los instrumentos de pago que tengan el vendedor del exterior con el importador argentino. Creemos que aproximadamente un 20% del sector importador se va a ver afectado con esta normativa, sobre todo, en los importadores que giraban anticipado o vista por más de 250 mil dólares hasta el momento del registro aduanero. 

No habrá un rubro más perjudicado que el otro, esta decisión no hace discriminación por industria, sino que tiene que ver con los acuerdos comerciales y modalidades de pago con los proveedores del exterior. Por ejemplo, la situación de las PyMEs y de las pequeñas empresas importadoras será otra: la gran mayoría de ellas no tiene crédito de sus proveedores, y para efectivizar una compra se les pide un pago anticipado y/o pago vista o contra embarque, algo que en la situación actual del país es insostenible. 

En este contexto, el pago por adelantado de compras al exterior es un recurso clásico al que apelan las empresas cuando consideran que hay riesgo de que el dólar suba. Se suele utilizar también al cotizar una venta a potenciales clientes de poco volumen de compra, o que recién inician una relación comercial. Así, ante el riesgo de suba del dólar, algunos importadores optan por esta condición de pago para fijar el tipo de cambio.  

La mejor forma de poder reducir la salida de dólares al exterior es efectivamente bajando los cupos de anticipos y pagos vista (esto se da por la demora que hay en los arribos de mercaderías que deberían ya estar arribadas y cumplidas con registro aduanero). Y asimismo, sustituir las importaciones de bienes terminados por bienes intermedios e insumos, para que de esta forma, baje el valor de importación y genere complementación con partes y piezas nacionales, resultando en la generación de más plazas de empleo. 

Lo cierto es que puede que esta nueva normativa no impacte en la cantidad de proveedores a nivel país, pero la baja de los cupos es un tema momentáneo y de coyuntura. Esto se debe a que hay mucha mercadería demorada con sus arribos al país que aún no cumplió con el registro aduanero, para dar por cumplidos esos anticipos. 

Mientras que la sustitución de importaciones, por ejemplo en relación a la anterior decisión de favorecer a las importaciones de partes, insumos o componentes de maquinarias agrícolas en manos de las compañías locales, viene para quedarse y ya es una política de estado. Las especulaciones y temores para invertir y operar, la brecha cambiaria, las constantes medidas y sobreregulación del sistema, no hacen más que colaborar a la fuga de divisas. Eso es lo que impacta en cualquier actividad, no solo en la del Comercio Exterior. 

Un elemento clave en la dinámica de regulación de divisas es el de las exportaciones. Existe una brecha de más de un 50% entre exportaciones en el resto de Latinoamérica respecto a nuestro país. Allí también hay dólares que podrían ingresar potencialmente, si Argentina acompañara a la tendencia global probablemente habría un mayor ingreso de dólares.

Por Gabriel Salomón, Socio Gerente de Jidoka, compañía de servicios de logística y comercio exterior.