El fin de semana, en el Puerto La Plata, se realizó un acto para volver a impulsar el dragado del Canal Magdalena. El principal orador fue el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien manifestó que ante la indiferencia del gobierno nacional la Provincia está dispuesta a hacerse cargo de la obra.
Para dialogar sobre este y otros temas de actualidad, Ser Industria Radio tomó contacto con el diputado provincial Juan Martín “Tachu” Malpeli, que integra el bloque de Unión por Todos. En la cámara baja preside de la Comisión de Derechos Humanos y es secretario de la Comisión de Intereses Marítimos, Portuarios y Pesca. Además, trabajó en el ministerio de Transporte durante el gobierno de Alberto Fernández.
El legislador remarcó la importancia geopolítica del proyecto, tanto para el comercio, la logística y la soberanía nacional, motivos que lo convierten en una necesidad urgente. Asimismo, hizo referencia a la gestión del gobierno que encabeza Javier Milei, señalando que “me genera un sentimiento de gravedad absoluta que dirija el país una persona desequilibrada”.
El gobernador Kicillof volvió a impulsar la obra del Canal Magdalena. ¿Cuál es tu reflexión sobre este tema?
En primer lugar, quiero reafirmar que el Canal Magdalena debe construirse por el bien de todos los argentinos. porque tiene que ver con todo el país, no solo con la provincia de Buenos Aires. Es verdad que muchos compatriotas no tienen identificada la verdadera importancia de esta obra. Al igual que Malvinas o la Vuelta de Obligado, construirlo es un acto de soberanía comercial, productiva, alimentaria, portuaria. Hoy un barco cerealero u otro que transporta combustible refinado de la destilería de YPF de Ensenada, para ir a Mar del Plata o a cualquier puerto de Argentina, tiene que pedir permiso y pagar tasas importantes a Montevideo. Esto además, aumenta la cantidad de kilómetros y el costo de la logística. Nos parece un deber transmitir la importancia de hacerlo. Sobre todo a los que gobiernan y no quieren hacerlo, como es el caso del actual Gobierno Nacional, que desestimó todo lo hecho por el gobierno anterior. Y que además, aumentó la gravedad de la situación ya que habilitó la obra del dragado al canal de Montevideo, de 14 pies. Eso implica, explicándolo muy rápidamente, que los barcos de Argentina, con producción nacional, lleven sus cargas a otros barcos mucho más grandes que estén en el Puerto Montevideo. Y que los barcos de gran porte que vengan de Europa, de Oriente, de todos lados, no puedan entrar al Puerto Buenos Aires o al de La Plata a cargar. Eso tiene que ver con el norte que busca el Presidente Milei de ser productores de materia prima y no de valor agregado. Así vamos a seguir sin generar producción, divisas para el país ni trabajo de calidad y cantidad, que es lo que necesitamos. Los argentinos tenemos que mirar este tema, el Mar Argentino, las Islas Malvinas, nuestra Antártida, reconociendo el país bicontinental que tenemos.
El Canal se licitó dos veces y en ambos casos no hubo oferentes. ¿Qué debería pasar para que sea adjudicado?
Hay cuestiones, puntos técnicos de cada licitación que habrá que modificar. El problema es que ahora se quitó la posibilidad de licitar. El gobierno anterior hizo la licitación y quedó desierta. Siempre puede retocarse lo necesario para que las empresas vean si es viable e interesante presentarse. El gobierno actual acaba de desechar el proyecto y no va a llamar a licitación el Canal Magdalena. El gran problema es la falta de intención y voluntad para llevarla a cabo.
¿El gobierno de Alberto Fernández tenía esa intención? Porque la licitación se lanzó al final del mandato…
Habiendo sido funcionario del ministerio del Transporte, no del área en particular que trabaja este tema, hemos cometido errores y no hay por qué esconderlo. Por eso tenemos el actual gobierno. El Canal Magdalena es emblemático en el cierre de la gestión como al principio lo fue el tema de Vicentín, En los dos casos, por diferentes razones y motivos, hicimos cosas mal. En otros temas se trabajó muy bien. Por ejemplo en la recuperación de vías férreas, tanto de pasajeros como de carga, cuestión que dentro de muy poco vamos a sufrir porque empiezan, de nuevo, a cerrar y a quitarles apoyo. Lo que hicimos significó producción y mejor logística de transporte para nuestro centro núcleo del país. Con el Belgrano Cargas, cada uno de los cuatro años de Alberto Fernández, marcó un récord en la cantidad de carga transportada. También en Aerolíneas por el alcance del cabotaje e internacional.
¿Cómo ves el momento social y económico que atraviesa el país?
Lo siento y lo vivo con extrema gravedad. Me parece que ya no llega ni a jugar la posibilidad de que sea cómico un Presidente que insulta, trata mal a todo el mundo, está todo el día pendiente de las redes sociales… Pendiente de ver qué le dicen y responder como si fuera un nene. Hace unos meses, se peleó con Lali Espósito y cuando le preguntaron dijo “ella empezó”. Me genera tristeza y un sentimiento de gravedad absoluta que quien nos dirija y lo digo con total respeto, es una persona desequilibrada. Por las actitudes que tiene y sin contar, algo que es más grave todavía, la destrucción que está generando en el país.
¿Cómo pueden equilibrar las cargas desde la oposición?
Parte de la oposición está en algunos lugares, en el gobierno de la provincia de Buenos Aires, varias provincias y muchos municipios. Ahí tendremos que hacer fuerte nuestras ideas, trabajar mucho en la buena gestión y demostrar esa antítesis a lo que hace el gobierno nacional. En nuestro caso, Axel Kicillof lo está haciendo claramente, a pesar del no traspaso de fondos que por ley deberían transferir, parte de la coparticipación, Nuestra provincia es la que más coparticipa y la que menos recibe. Desde el Poder Legislativo, también planteamos el debate, la discusión de ideas y la búsqueda del consenso. Eso no pasa en el Congreso de la Nación. Desde que asumió este Presidente, todo lo que mandó fue paquete cerrado y evitando las comisiones, que los diputados y senadores, convoquen a la sociedad, especialistas para opinar. El Gobierno Nacional demuestra que eso no le interesa, sino que propone imponer, aduciendo que lo votaron y nada más que eso. Respetamos la conducción presidencial, pero también, como hombre principal del Estado, él debería respetar a los diputados y senadores, a los gobernadores que también fueron votados, y gozan de tanta legitimidad como él.
Las tarifas subieron en forma extraordinaria y condicionan la economía de hogares y empresas. En el caso del transporte, ¿los aumentos son exagerados, se puede saber cuál es el costo real?
Sí, se puede y obviamente, es un costo mayor al que estaba, por eso la importancia de los subsidios. El tema no pasa porque nos gusten o no los subsidios, sino por tener un interés de subsidiar alguna actividad por una “equis” cuestión en particular. En el caso del transporte público, están para que los trabajadores, los estudiantes que van a las escuelas y universidades y la gran masa de personas que lo utilizan no paguen una tarifa que, cuando termine de aumentar, no van a poder solventar más de 12, 15 días del mes.. Entonces, no tengo que explicar mucho la gravedad que esto conlleva. Por eso es que el Gobierno Nacional muchas veces decide subsidiarlo. A veces entro en discusión con personas que preguntan ¿por qué hay que subsidiar? Se puede subsidiar un poco más, un poco menos.
¿Esta perspectiva se extiende al resto de los servicios?
Si vemos toda la cuestión tarifaria, no se puede dejar librado a la famosa mano del mercado que regula. Claramente lo sabíamos y ahora lo sabe todo el mundo, con el pequeño ejemplo de la medicina prepaga. Liberan, se van de mambo y después preocupa porque pega en una clase que mayoritariamente pareciera que votó al gobierno., Entonces las obligan y dan marcha atrás con todo lo que eso conlleva y lo difícil que va a ser la devolución, si es que va a haber devolución. Eso demuestra que se equivocaron, que dejaron liberado un tema pensando que esa mano mágica del mercado iba a regularlo para bien. Queda claro que se soltó para mal. Lo mismo pasa con el tren, el transporte público, las tarifas de energía eléctrica, de gas, la NAFTA… Todas estas cosas las advirtió claramente nuestro candidato presidencial, Sergio Massa y muchas veces algunos medios cómplices de este Presidente lo acusaron falsamente de instalar la campaña del miedo. A cuatro meses de asumir, se demuestra que era la campaña de la verdad. Es lo que estamos sufriendo y lamentablemente, nada indica que mejore.