Lo expresó Sebastián Tedesco dueño y fundador del Pampa Hemp y miembro de la comisión directiva de la Cámara Argentina del Cannabis, en Ser Industria Radio. El empresario se refirió a la producción de cannabis medicinal que desarrollará junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Pergamino, provincia de Buenos Aires.
En el desarrollo de la entrevista, repasó la potencialidad que tiene esta especie y sostuvo que, pese a ingresar a esta industria después de otros países, “Argentina tiene una ventana de oportunidad muy interesante para concretar exportaciones con valor agregado”.
Tras citar que en el país existen muchos emprendedores en torno a esta actividad, destacó que “este es el momento para meterse a fondo, crear empresas, startups agrotecnológicos que nos den un lugar importante en el concierto mundial”.
Pampa Hemp, es una PyME de biotecnología especializada en cannabis de grado farmacéutico, creada en 2017 por Tedesco y su socio Pablo Fazio, que alcanzaron un acuerdo con el INTA luego de recorrer un largo camino.
¿Cómo se llegó a este acuerdo que vincula lo público y lo privado?
El momento germinal de Pampa Hemp fue en 2017 cuando sale la ley 27.350 que regula la actividad. La norma se creó con el objetivo de investigar las propiedades medicinales del cannabis. También para tener alguna vía de acceso a fito preparados de calidad farmacéutica, empezar a generar un contexto donde los pacientes podrían empezar a tener algún tipo de acceso a este tipo de medicación. A partir de ahí se crea el REPROCANN y todas las cosas que conocemos. Con mi socio, Pablo Fazio, tenemos un campo en Lobos y siempre veníamos planeando cultivar cannabis.
¿La ley les dio el impulso decisivo?
Cuando salió la ley empezamos a investigar un poco y a tener reuniones con personas como Marcelo Morante, que actualmente es el Coordinador del Programa Nacional de Cannabis del ministerio de Salud y gente que estaba metida en armar el entramado operativo de la reglamentación. Aprendimos que nosotros, como privados, no podíamos hacer esto solos. Necesitábamos alguna vinculación público-privada con el INTA o el CONICET por el carácter científico de estos proyectos, que independientemente que pueden ser proyectos productivos o de investigación. En 2019 creamos Pampa Hemp, porque necesitamos una figura jurídica para establecer estos convenios y presentar un proyecto ante el Ministerio de Salud. Así empezamos a recorrer el lento camino burocrático que nos trajo al momento en que estamos empezando con las actividades agrícolas. Fueron muchos trámites, no solamente con el ministerio de salud y con el INTA, sino también con ANMAT, el SENASA, hasta formalizar esta vinculación tecnológica…también hicimos todo lo que nos pidió el ministerio de Seguridad. Al mismo tiempo, creamos la Cámara Argentina del Cannabis junto a otros emprendedores que fuimos conociendo y estaban tan perdidos como nosotros.
Hay otro proyecto relacionado al desarrollo del cannabis medicinal y el cáñamo industrial ¿De qué trata?
Es un proyecto impulsado desde el Ministerio de Producción. La Cámara Argentina de Cannabis fue un actor muy importante en esta iniciativa, en términos de que el Estado se diera cuenta que había una industria formándose y organizándose. Conversaron mucho con nosotros y otras organizaciones que tienen interés en este desarrollo de esta actividad. Básicamente establece un organismo público que va a regular la actividad, otorgue licencias, permisos, audite cultivos… De alguna manera va a articular. Ya tiene media sanción del Senado y está discutiéndose en unas comisiones en Diputados. Creemos que va a salir si no hay un cambio de mirada sobre el cannabis, porque hay un consenso social y político en relación a la necesidad y al deseo de que salga adelante. Todos los signos políticos están de acuerdo y también los gobiernos provinciales están motivados por las posibilidades de desarrollo económico que esto podría implicar. Estamos a la expectativa de cuáles van a ser los detalles, porque sabemos que después de aprobarse la ley, vienen las reglamentaciones y cada organismo decide cómo interpretarla.
Además de la medicina ¿para qué otros usos se pueda aprovechar el cannabis?
La planta de cannabis tiene muchas virtudes en todas sus variantes. Tenemos el caso del cáñamo industrial que es muy importante para la producción de fibra de biomasa. También del aceite que proviene de las semillas. En muchos lugares se están utilizando como materia prima para alimentos balanceados… El cannabis, en sus diferentes facetas, tiene un impacto disruptivo en muchas industrias y dentro del tema medicinal también en la veterinaria, la industria de la construcción, los alimentos. Creemos que es muy importante por las experiencias que vemos en otros países del mundo. En la cosmética el potencial es enorme. Y en el uso del adulto responsable, que es otro debate que va a venir más adelante, empieza a meterse con la industria de las bebidas alcohólicas. Otro tipo de mercados y usos de los que hoy no estamos hablando, pero que van a aparecer.
¿Hay muchos emprendedores en el país?
Hay mucho interés, muchos emprendimientos y ansiedad por empezar a hacer. Lamentablemente la actividad, en muchas cuestiones, no se puede empezar porque la cadena de valor depende de la producción primaria. Igualmente, el cannabis tiene muchos otros ejes en su cadena de valor en la cual ya hay empresas muy importantes que están haciendo negocios. Pensemos en todos los que hacen accesorios, nutrientes, luces, cuestiones que tienen que ver con el cultivo, medios de comunicación, consultoras, una enormidad de industrias y emprendimientos que están generando rentabilidad y otros en procesos de investigación y desarrollo, como puede ser la industria metalmecánica. Hay empresas de ese sector que ya tienen prototipos en máquinas para procesamiento de cannabis, todo lo que es el primi, despalilladora, el proceso post cosecha. También están desarrollando software, sistemas de sensorización, automatización, dosificación de nutrientes, inteligencia artificial para la detección temprana de enfermedades de las plantas…Muchísima actividad, no solamente en relación a producir o hacer cosas que son derivados de la planta, sino todo lo que gira alrededor, bienes y servicios de todo tipo.
Imagino que la producción debe requerir cuidados y una estructura importante…
Nosotros estamos utilizando invernáculos de bioseguridad. Nuestro objetivo en Pampa Hemp es desarrollar modelos productivos de cannabis de grados farmacéuticos. Eso implica cultivos que tienen bastante control sobre lo que sucede con la planta para poder asegurar la trazabilidad de esta materia prima que va a generar medicamentos fito preparados. Es muy importante tener control sobre todos los procedimientos, porque hacen a la calidad del producto, tienen que ver con cuestiones regulatorias y la posibilidad de cortar para exportar este tipo de materia prima para uso medicinal. Por ejemplo, Europa pide determinadas normas de calidad y cuestiones que requieren no solamente conocer de la planta o cultivar, tener buenas flores como dicen los cultivadores, sino hacerlo con rigor metodológico científico en términos de calidad. Si bien Argentina recién está dando sus primeros pasos en esta industria, hay mucho conocimiento sobre la planta, sus propiedades, sus formas de cultivo y genética. Hay mucha gente que durante muchísimos años viene trabajando con la planta, organizaciones sociales, como Mamá Cultiva. Pero hay necesidad de incluir otras prácticas que no son las que hemos usado quienes hemos sido auto cultivadores.
Argentina es un país agroexportador. ¿Se puede sumar el cannabis a conquistar mercados en el exterior?
Ese tema, para nosotros, siempre fue como una bandera. Argentina es un país agroexportador y con todo lo que sabemos de manejo de cultivos, tecnología, el entramado industrial y científico que hay alrededor del tema agronómico, sería una oportunidad perdida no entrar a ser un jugador importante a nivel internacional. Argentina está llegando, no digo tarde, pero no estamos en la primera fila de esto y es raro. Son oportunidades que no se dan todo el tiempo. Si se pierde la ventana de oportunidad que se presenta hoy para desarrollarnos con esta industria, va a ser cada vez más difícil. Creemos que es el momento para meterse a fondo, crear empresas y emprendimientos serios, startups agro tecnológicos que nos den un lugar importante en el concierto mundial. Por eso nos preocupa mucho el clima político en relación al tema, porque sabemos que ahí es donde las cosas se pueden frenar. Un cambio de humor, de opinión, una idea diferente a impulsar esta industria en este momento, nos puede sacar de la cancha.
¿Se puede pensar en un desarrollo medicinal e industrial que permita exportar con valor agregado?
Es lo que hay que hacer. Uno siempre se pregunta y no logra entender, cómo es que Argentina sigue siendo un exportador de commodities y no de productos con valor agregado. Es rarísimo comprar en Italia muy buena pasta y plantearse por qué se exporta harina y no fideos, por qué no hay una marca argentina de fideos número uno en el mundo, si somos los productores de la materia prima o de otros productos. Esperamos que con el cannabis la historia sea diferente.