El asesor de empresas logísticas y miembro del Centro de Navegación, Patrick Campbell, expresó su preocupación por la situación del comercio exterior argentino, los efectos del cepo y la escasez de dólares.
En diálogo con Ser Industria Radio, destacó la importancia de la apertura y la previsibilidad para impulsar el crecimiento económico y abordar los desafíos en el sector logístico.
Asimismo, analizó la gestión de la Administración General de Puertos (AGP) en la Hidrovía Paraguay Paraná y el proyecto de construcción del Canal Magdalena. Por último, el experimentado empresario reflexionó sobre la relación entre el cepo y los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Cuál es la principal preocupación que enfrenta el comercio exterior argentino?
El grave problema que tenemos en este momento es la falta de dólares. El cepo está asfixiando al comercio exterior argentino y principalmente está afectando muchísimo a las PyMEs. Al país le faltan dólares, pero por otro lado estamos muy cerrados con el cepo y eso está afectando la importación de insumos para exportación.
Hace once que está descendiendo el comercio exterior…
Eso es por varios factores que tienen que ver con la economía. Argentina tiene todo para duplicar sus exportaciones. Pero hay un tema económico y también de ideologías que cierran fronteras a la importación de insumos, que son bienes de capital para empresas argentinas que los utilizan para producir. Las exportaciones en contenedores no han crecido, diferente es el tema de granos.
¿A partir de que productos o servicios pueden aumentarse las exportaciones?
Argentina tiene muchos recursos naturales. Todo el sistema energético, la industria automotriz, la láctea, la frigorífica, los cítricos, hay una infinidad de recursos. Especialmente carga perecedera que el mundo está comprando cada vez más, especialmente China.
¿Hay un problema de producción o logístico?
Son varios factores. Muchas veces, pese a que no funciona, se trata de frenar la inflación prohibiendo exportaciones de carne, harina y de un montón de productos para preservar el precio local. Eso nos hizo perder mercados. Uruguay y Paraguay han crecido mucho más en sus exportaciones de carne contra Argentina. Hoy estamos con un problema de falta de dólares y tenemos un cepo que está ahogando a la economía y especialmente al comercio exterior. En el pasado hubo mucha prueba y error, hemos perdido mercados también por falta de cumplimiento.
A fines de mayo, las navieras calificaron a Argentina como “puerto sucio”. ¿Esto puede revertirse en el corto plazo?
Un puerto sucio es cuando un país tiene limitaciones para el libre flujo del comercio exterior, un problema sindical con bloqueos a las terminales portuarias, en este caso, restricción a la transferencia del pago de fletes a los dueños de las navieras. Eso es lo que está pasando ahora. Se puso un parking, es la primera vez que sucede de esta manera en Argentina, para mí fuera de tiempo y de análisis. Es verdad que faltan dólares, pero la solución era tener una programación gradual en este caso. Por la falta de dólares, todos los pagos a los fletes tienen un parking de 90 días. Es un alto riesgo con el tema inflacionario, la variación y depreciación del peso argentino. Imaginemos si todos los países del mundo bloquean las transferencias, el dueño del barco no podría pagar el combustible a su tripulación.
¿Cómo considera que están los puertos argentinos?
Argentina tiene una buena capacidad de puertos y de logística, sobre todo tiene inversiones extranjeras que funcionan bien. El Polo Rosario- San Lorenzo tiene mucha inversión privada. Los silos en las terminales portuarias son de última generación. Está el puerto de Zárate, excelente terminal para la descarga y carga de vehículos. Después está Campana, un gran puerto especializado en frutas y aceros. También están Puerto Buenos Aires, Exolgan y TecPlata, que es una gran terminal.
Las operaciones en TecPlata todavía son pocas comparadas con su capacidad…
El problema que siempre tenemos es como la ecuación de oferta y demanda. Si no vamos a crecer y seguimos restringiendo, van a caer los volúmenes y eso obviamente también afecta la escala de los barcos en Argentina.
¿Cuáles son las consecuencias del cepo y la escasez de dólares en las economías regionales y las PyMEs?
Nos estamos reuniendo todas las cámaras. Soy argentino y vivo en Argentina, quiero lo mejor para mi país. Soy una persona que no depende de ningún presidente, trato de aportar mis datos para que sirvan simplemente para el conocimiento de la opinión pública y que sean valorados para poder crecer y salir de esta situación. Argentina carece de dólares, pero por otro lado las medidas están muy cerradas y el cepo está apretando a todas las economías regionales y a las PyMEs.
En algún momento 21 navieras venían a la Argentina y en estos momentos hay solamente ocho. ¿Esto se debe a que hay poca carga?
No. Primero tiene que ver con la unificación de líneas navieras, es un tema de contexto mundial. Antes había, por ejemplo, 21 líneas pequeñas. Ahora hay 8, 9, 10 líneas mucho más grandes con mayor cantidad de barcos. Cuando eran 21, los barcos eran de 2.500 o 3.000 contenedores. Ahora cargan 12.500, son mucho más grandes. El problema es que Argentina no está solo en el contexto, también están Brasil y Uruguay, se mira como la costa este de Sudamérica. Brasil es un gigante a pesar de todos sus problemas y sigue creciendo con una gran inversión en infraestructura portuaria. Uruguay es un país pequeño, pero ha crecido y está con inversiones privadas muy grandes. En Argentina muchas veces se debate desde lo ideológico, entonces la carencia de servicios la generamos nosotros mismos. Porque un día hay protesta sindical o bloqueo de la terminal, otro día huelga de remolques, otro día no permiten las transferencias de fletes, está el problema del calado y la profundidad. No somos previsibles a largo plazo, entonces los barcos prefieren directamente descargar en Brasil y no venir a Buenos Aires.
¿Cómo vio la decisión del gobierno licitar dos terminales en el puerto de Buenos Aires?
Me parece bien que se haya definido en dos terminales y no tres o cuatro porque se van a terminar muriendo las cuatro, dado que no hay volumen en este momento. Lo que no me parece bien es que siempre estas decisiones se tomen por temas políticos. No miramos el largo plazo, a este gobierno se le va a acabar el tiempo para llamar una licitación y habrá que esperar al próximo para hacer los pliegos. Eso genera inseguridad y así las terminales portuarias que están no van a invertir en mejoras. Es lo mismo que la hidrovía que está sin licitación. Son temas fundamentales para el comercio exterior que por la política se van demorando de un gobierno al otro. Después el problema que tenemos en Argentina es que, en temas tan importantes, un gobierno va para la izquierda y el otro para la derecha, nunca hay un camino central.
¿Qué evaluación hace sobre la gestión de la AGP al frente de la Hidrovía?
En este momento a la AGP, que es un órgano del Estado, le dieron la facultad de encargarse la hidrovía hasta que se llame una licitación. Pero ¿qué está haciendo? Cobra el peaje, que es mucha plata y está subcontratando privados para hacer un trabajo que no es de largo plazo, como lo haría un privado con una licitación prolija.
Se habla de que el año pasado la AGP tuvo ganancias por US$ 38 millones y ahora está US$ 6 millones en rojo, ¿Es efectiva la gestión?
No voy a hablar mal de la AGP. Trato de aportar a un tema que debe ser claro para la opinión pública. La hidrovía es una autopista de agua muy importante para la Argentina, es la salida de los granos y de todas las terminales portuarias de contenedores. Es un canal clave que tiene que estar dragado, ensanchado y ese trabajo, que es de largo plazo, tiene que estar realizado por empresas privadas. Para eso tiene que haber una licitación y el dinero no lo tiene que poner el Estado, sino los privados. AGP cobra el peaje y está haciendo algunas obras, pero está subcontratando a privados, no parece lógico y con eso no estamos de acuerdo.
El 31 de julio se van a conocer las ofertas de la licitación para construir el Canal Magdalena. ¿Cuál es, a su criterio, la importancia de esta obra?
Es un largo debate, pero en este momento, con la situación de la Argentina, con la falta de plata y con las necesidades que hay, el Canal Magdalena no es de urgencia. No es de importancia, porque, además, la plata la va a poner el Estado y hay que ver si se hace en tiempo y forma. Es más urgente que antes se haga la profundización y la licitación de la hidrovía. En cambio, el Canal Magdalena, es una obra que tiene que empezar, que el estado tiene que poner mucho dinero. Pienso que Argentina tiene otras prioridades en este momento.
¿Cómo impacta el cepo en relación a los préstamos del FMI y las empresas de los países prestamistas?
Como argentinos siempre estamos yendo al FMI para pedir plata y poder repagar. Los integrantes del FMI, los países que nos están prestando, son los que en este momento están siendo perjudicados por sus empresas radicadas en Argentina. Tenemos que tener una visión amplia. Vamos a pedir plata para Argentina, pero, mientras tanto, las empresas de esos países que nos están prestando, están con cepo. Eso hace ruido.
También hay un coqueteo con China y los yuanes…
Para no entrar en eso, lo que digo es que, si fuéramos un poco más ordenados, con proyectos de largo plazo, con temas de estado que no estén cambiando continuamente por cuestiones políticas ideológicas, Argentina estaría en los primeros lugares del ranking mundial.
Justamente, dentro de la coalición de gobierno hay gente que está a favor de negociar con el FMI y otros que no…
Esa discusión es política. Lo que digo es que sí fuéramos más previsibles como país, toda la población argentina tendría mejor calidad de vida.