La intransigencia planteada por los sindicatos marítimos derivó en la paralización de la actividad de los puertos argentinos. En las últimas horas, la Federación Sindical Marítima y Fluvial (FESIMAF), consideró agotadas “las instancias de negociación, manteniéndose la mala fe negociadora por parte de la Cámara Argentina de Remolcadores (CAR)”.

Al mismo tiempo, la Cámara de Armadores de Remolcadores, denunció a los gremios integrantes de la FESIMAF y solicitó la intervención del ministerio de Trabajo, a fin de que “cesen con la ilegal y arbitraria medida” que llevan a cabo.

Explica que la misma constituye “un boicot direccionado que obliga a los usuarios del servicio de remolque a contratar con la empresa que los gremios deciden de manera coercitiva”. El mismo texto asegura que esta postura “supera con mucho el derecho de los gremios a tomar medidas de acción directa, violando toda norma de libre competencia establecida”.

En el mismo sentido, señala que “esta Cámara, así como sus empresas miembros, hacen reserva de iniciar las acciones civiles y/o penales que pudieran corresponder contra los gremios mencionados y sus autoridades en caso que continúen con estas medidas extorsivas que nada tienen que ver con el derecho a huelga”.

Responsables

Cabe aclarar que la FESIMAF nuclea al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos; el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo; el Sindicato Conductores Navales y la Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales de la Marina Mercante.

Desde esta entidad sindical se emitieron duros comunicados en los que refieren “la falta de interlocutores válidos por parte de la representación patronal” como uno de los motivos que justifican “la decisión de continuar con el plan de lucha”.

El mismo documento, indicó que “todas las empresas del sector a excepción de Svitzer Argentina SAU”, cesan sus actividades en todos los puertos del país”. Sin embargo, trascendió que esta empresa, cuya prioridad sería atender las necesidades de los tanqueros y el abastecimiento de hidocarburos, dejará de prestar servicios en las próximas horas.

“Los sindicatos marítimos tienen pretensiones desmesuradas”

Por su parte, trascendió que las empresas de Remolcadores calificaron que las organizaciones sindicales tienen “pretensiones desmesuradas”, con una postura inflexible en reclamo aumentos por arriba de la inflación. Señalaron además que lo hacen “de forma irrazonable, a punto tal de poner en riesgo la continuidad de las operaciones portuarias, entorpeciendo el comercio exterior y el abastecimiento de combustibles”.

Remarcaron que la situación concreta de este personal dista de las condiciones que enfrentan otros gremios o de la realidad económica actual del país, “ya que año tras año han recibido en forma automática la actualización de sus salarios con el índice de inflación publicado mensualmente”.

Inflación y paritarias

Desde el sector se indicó que los trabajadores “recibieron aumentos por encima de la inflación en casi un 10% en la paritaria del 2021 y un 15% adicional luego de cerrada la paritaria 2022 totalizando más de 130% de aumento sólo el último año”.

Estimaron que “si se continuara con el ajuste por IPC, alternativa que está siendo evaluada por las empresas para el caso que también hubiera otros puntos de acuerdo, dichos haberes alcanzarán en mayo de 2023 un salario mensual inicial superior a $ 750.000 y hasta $ 1.220.000 según la categoría”.

A estos valores, se sumarían los cargos por antigüedad y los adicionales que resultan normales según la tarea que pueda haber efectuado el remolcador. Consignaron que, para quienes cuentan con muchos años de antigüedad laboral, el salario bruto superaría los $ 2.000.000, en las escalas jerárquicas superiores.

Resaltaron que otra particularidad de la actividad de los tripulantes, es que pueden llegar a tener un día de descanso, sin contar las vacaciones, por cada jornada trabajada. “Esto hace que, a diferencia de otros embarcados, los tripulantes de remolcadores vuelven a su casa cada día. Por lo tanto, en muchos casos, trabajan efectivamente menos de 6 meses al año”.

Comercio exterior

Las empresas llegaron a la negociación de las paritarias del periodo 2023-2024, con la intención de incluir en la mesa de acuerdo no sólo ajuste de salarios, sino diversas condiciones que afectan y distorsionan enormemente el costo salarial general, las cuales son impuestas en forma unilateral por los gremios. En ese contexto, se enmarca el embarque de tripulantes adicionales a los requeridos por la normativa y el cobro de bonificaciones adicionales en maniobras en zonas portuarias. Se evaluó que de esta manera se desnaturaliza la actividad y se aumentan las pérdidas de las empresas.

La realidad plantea un escenario similar al de los últimos años, un contexto de fuerza impuesta por los sindicatos, afectando a las empresas. Esto contrasta con un mercado local deprimido por la sequía, la actividad portuaria sumamente afectada y desemboca en la paralización de los puertos, que quedan a merced de las maniobras coercitivas de los sindicatos.

Mientras el país necesita imperiosamente exportar y generar divisas, esta situación agrega un nuevo obstáculo para la actividad del comercio internacional. En los últimos meses, crecieron las dificultades, ocasionadas por la falta de dólares en el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Como consecuencia de ello, desde la entidad bancaria se dictaron medidas que retrasaron el ingreso de insumos para la producción industrial, impactando el flujo de exportaciones. Una vez más, los intereses particulares pasan por alto las necesidades de la mayoría de los argentinos.