El presidente de la Unión Industrial de Tigre e integrante de la junta directiva de la UIPBA y confundador y Director de Dusen, Gabriel Duranti, expresó que desde la entidad procura “generar negocios para los socios e internacionalizar sus empresas”.
En el mismo sentido, afirmó en Ser Industria Radio que “los productos argentinos son muy valorados y respetados en el exterior”, al tiempo que destacó la importancia de las misiones comerciales. Por otra parte, sostuvo que todos los sectores deben trabajar para que haya más empleados en blanco.
En el estudio de 221 Radio, Duranti, repasó los orígenes y el desarrollo de la empresa creada hace 20 años, que comercializa especias de alta calidad en nuestro país y el exterior.
Duranti analizó el momento que atraviesan las PyMEs argentinas e hizo referencia a un nuevo proyecto que está desarrollando en su empresa.
¿Cómo se originó Dusen?
El 7 de julio Dusen cumplió 20 años de existencia. Inicié la empresa con una palangana, de esa grandes que se usan para lavar la ropa, una cuchara de acero inoxidable y una balanza. Trabajando informalmente, con mi socia Marisa Torassa. Fuimos creciendo y al poco tiempo nos mudamos. Primero alquilábamos por metro, después fuimos a un lugar más grande y luego las circunstancias hicieron que nos radicáramos en General Pacheco, partido de Tigre. Nos dedicamos a la producción, comercialización, fraccionamiento y mezcla de especias y condimentos. A partir del 2010 nos volcamos también a las semillas, nos instalamos en Salta, con un poco para la producción. La actividad fue creciendo y nos empezamos a involucrar en ese negocio.
¿Cuál es el eje de la empresa?
El foco trabajar industria y comercio. Nuestras especias, condimentos, semillas, son ingredientes de otras preparaciones. Por ejemplo, un frigorífico nos compra ají, pimentón, ajo. Una fábrica de pastas, espinaca o las panificadoras el producto que sea. Nuestro producto es un ingrediente. También los distribuidores lo llevan a rotiserías, casas de comida rápida… El año pasado introdujimos una línea gourmet, con una presentación muy elaborada, muy trabajada y pensada. Nuestras especias están reconocidas por su genuinidad y calidad, además de su condición libre de gluten y kosher, para llegar al mercado gourmet al mercado masivo. No queremos ir al supermercado, donde te piden que regales la primera carga o te pagan a los tantos días, esas cosas no nos gustan y tratamos de evitarlas.
¿Qué resultados tuvieron esas cajas?
Nos va muy bien. Contienen ocho potes que van desde 50 hasta 150 gramos. El tamaño del pote es el mismo, pero no es lo mismo envasar pimentón que orégano, por el peso del producto en sí. Hemos crecido y estamos creciendo mucho en el segmento gourmet, a caballo de que nuestras especias son libres de gluten.
¿Por qué decidieron sumar la producción?
Con mi socia, analizamos que, al no tener capital para importar mercadería, porque éramos chiquititos en el espacio del alimento, iríamos por el lado de la producción. Así nos involucramos en la producción de comino, anís, ají, pimentón y en la molienda. En su momento fundamos Molinos Cerrillos con un socio salteño. Juntábamos la mercadería del Valle de Lerma, lo que producíamos nosotros y lo que producían terceros para nosotros, más lo que comprábamos. Lo molíamos nosotros y lo salíamos a vender al mercado. La primera vez que hicimos pimentón nos mandamos a hacer 40 hectáreas. Nos agarraron diez días de una temperatura imposible de creer y reventaron todos los plantines. No quedó uno, perdí una carretilla de plata. En ese momento, se había acercado una persona que quería que le procesamos una semilla que en ese entonces recién arrancaba llamada “chía”. Le dije que podíamos procesarla, pero no había forma de procesarla con la con la máquina que teníamos porque era una semilla muy chiquitita, corrediza, nos volvimos locos. En ese momento, habíamos perdido las 40 hectáreas, pero teníamos el campo preparado.
¿Desde Dusen apostaron por la chía?
Fue una propuesta de mi socio Fernando. Llamé a Buenos Aires y nos mandaron las semillas. Cuando llegaron no sabíamos ni cómo sembrarlas. Íbamos por el campo y las tirábamos, sabíamos que se sembraba el voleo y había otro chango que atrás venía con una rama y las enterraba para que las comieran los pájaros. Nos fue muy bien, en ese momento nadie tenía chía y nosotros sí. La chía siempre tuvo un valor histórico de US$ 1,50, US$ 2… Ese año la vendimos a US$ 5, estábamos en el mejor de los mundos. Al año siguiente, ya en el Valle de Lerma había muchos involucrados en la chía y empezamos a comprar máquinas. Vendimos la chía a US$ 8.
¿Ibas planificando o fue prueba y error?
Las PyMEs no planifican tanto, el empresario está en la misa y en la procesión, tira el centro y va a cabecear. Es un motivo por el cual muchas veces la PyME capota. Tengo formación de dirección empresaria, en administración… No es que no planificaba. Algún grado de organización tengo que tener, sino no hubiera cumplido 20 años y en una empresa que exporta y a la que le va relativamente bien. Se planifica a medida que van surgiendo las ideas. El empresario PyME muchas veces hace esas cosas, pero Argentina es un país que lo permite.
¿Todavía lo permite?
Sí. Resulta muy difícil ser empresario sin ser optimista. Es difícil invertir si no tenés una perspectiva favorable o no crees que te va a ir bien, Un poco porque estás seguro del producto que vendes, otro poco porque sos temerario. Es una mezcla de las dos. En mi caso soy un enfermo del optimismo. Ahora estamos comprando más máquinas, trayendo máquinas nuevas. Hicimos una balanza para camiones en Salta, gastamos 25 palos. Ando en una Suran 2014 y alquilo mi casa, no tengo ni departamento, mi mujer me quiere asesinar, porque cada vez que surge la posibilidad de comprar un departamento, aparezco con una máquina nueva. Es difícil ser un empresario PyME desde cero, emprender… Estás todos los días con problemas, llegás a tu casa con mil angustias, que el cheque, que el proveedor, que no te alcanza la guita… Mi esposa, María Eugenia, siempre me dice “antes eras un tipo más alegre, te reías, ahora estás todo con esa cara de preocupación, a vos te cambiaron”. Probablemente sea así, como nos pasa a todos.
¿Qué características tienen los ocho productos de la caja especial?
Hicimos una línea gourmet. Las especias son sin sal, libres de gluten, no tiene aditivos, ni conservantes, son certificadas kosher. Queremos que llegue a quien consume especias a diario. Vamos al cliente que usa especias habitualmente, al que le gusta cocinar o usa las especias como una alternativa para que no le quede sosa, porque no le puede agregar sal a la comida. A nivel mundial hay un descubrimiento de sabores nuevos y exóticos, hoy se ha facilitado mucho el acceso a la comida de otras regiones. En particular, el argentino es una persona de paladar curioso, le gusta experimentar, salir del molde, saber, conocer, Argentina consume muchas especias y está consumiendo cada vez más. Por ese lado, encontramos una posibilidad de desarrollo. Hicimos esta caja de línea gourmet para nuestros 20 años. Fue muy pensada, decorada con motivos de asiático. Antes tuvimos una cajita de tres frascos, la teníamos como gentileza y las empresas las pedían para regalo empresarial. La caja de ocho productos tiene un muy buen suceso, estamos vendiendo varios miles.
¿Producen tandoori masala y otras mezclas?
Sí, hacemos tandori, baharat, cinco especias, garam masala, curry, curry ahumado, pimentón ahumado, provenzal ahumado, cayena. Tenemos ají dinamita, adobo calabrés, adobo napolitano, pesto andino. Algunos son desarrollos propios, yo soy el que formula. Soy medio caradura, un poco toco todos los instrumentos, pero el resultado es que a la gente les gustan nuestros productos.
¿Cómo comercializa Dusen en el país?
Vendemos básicamente a industria y comercio, a través del contacto directo. También nos pueden encontrar a través de nuestra página www.dusen.com.ar. Los consumidores minoristas, domésticos, pueden comunicarse a través de Instagram o Facebook donde somos Dusen. Además, ahí hay información de cómo se usan las especias, sus orígenes, cómo utilizarlos. A nivel mayorista esos son las formas de comunicarse o mediante nuestro correo, info@dusen.com.ar. Después tenemos la venta minorista y la venta online que es a través de www.dusenshop.com.ar. También vendemos a clientes que envasan los productos. Nosotros no hacemos fason de fraccionamiento, porque estamos pasados de trabajo. Hay clientes que dicen “no encuentro tus productos en el Barrio Chino” y la realidad que está, porque tengo clientes que me dicen mándame 50 kilos de provenzal, de garant mazal y ellos los fraccionan con su marca o hacen un fraccionamiento interno del supermercado. Mientras que otros que piden envasado, porque si lo compran a granel y lo fraccionan, se pierde la condición libre de gluten.
¿Hay nuevos proyectos?
Arrancamos un poquito con el tema de infusionales y los botánicos. Tenemos muchos clientes que nos compran pimienta verde, rosa, de Jamaica, porque está la onda de ponerle al gin, de los tragos. Es un mercado al que estamos yendo.
¿A qué países exportan?
Estamos exportando a Uruguay y Paraguay, haciendo todos los trámites para entrar con el chimichurri a Estados Unidos. Nuestro chimichurri no tiene sal, nuestras especias no tienen sal, Hay una que sí, el ají merkén, que es muy buscado. Es un condimento mapuche que se usa mucho en la Patagonia, lleva sal en su composición. Pero después las especias son sin sal, sin azúcar, sin aditivos, sin colorantes. Hay una marca en Paraguay que pide que le envasemos con su etiqueta, lo estamos haciendo.
Desde tu rol en la Unión Industrial, ¿cómo ves la situación del país?
Como dije antes, los empresarios somos y necesitamos ser optimistas. Por ahí estamos pensando más en cómo llevar el día a día que en tener una visión más estratégica. Aquellos que traemos mercadería de afuera o que nuestro producto está vinculado al precio externo, estamos muy complicados. Por ejemplo, produzco anís o comino, siempre estuvo la posibilidad de importarse y esa importación amortigua los precios del mercado interno. Hoy que no hay referente externo, es un disparate lo que vale el comino, porque se perdió la referencia externa. Muchas veces, que no entre un producto importado no solo hace que ese producto falte, sino que se pierde la referencia y el producto que hay acá se va a la estratosfera. También es cierto que hace 15 años Argentina producía una determinada cantidad de comino y ahora produce otra, porque hay muchos cultivos que están desapareciendo.
¿Qué ocurrió con esas producciones?
Las fincas que hacían esos productos tienen 100 años y los ejidos urbanos fueron creciendo, se acercaron a las fincas y hoy conviene lotearlas antes que ponerlas a producir. Además, la finca era del abuelo, se la pasó al hijo y el nieto se fue a estudiar a Córdoba, Buenos Aires… Se recibió y cuando volvió le dijo al padre “no me vengas más con el tema del pimentón, el comino, que no te llueve, que te quieren pagar dos pesos, no me vengas más con eso”… Es un poco lo que está pasando en este tipo de producciones que son muy específicas. Argentina exportaba pimentón, nosotros tenemos un producto, buenísimo.
¿A qué está abocada la Unión Industrial de Tigre?
Estamos buscando información permanentemente para que el socio acceda a créditos, mejore su posición financiera. Trabajamos con los bancos, tenemos mucha actividad. Personalmente, me lleva mucho tiempo, pero estoy muy contento. Estamos creciendo mucho, siempre buscando un enfoque positivo, constructivo y dialogando con todos. Tras las PASO, vamos a recibir a todos los candidatos a intendentes que quieran acercarse para contarnos sus proyectos. Lógicamente no vamos a preguntarles por qué no hay crédito, porque el candidato municipal no tiene nada que ver con las decisiones nacionales. Podemos hablar con la gente de la Gobernación y diferentes organismos, de hecho lo hacemos y también expresamos nuestras ideas y propuestas. No nos basamos en la queja, cuando uno tiene al funcionario adelante es el momento de plantear los problemas y acercar soluciones, porque despotricando no vamos a ningún lado.
¿Qué otros objetivos planteaste para tu gestión?
Tratamos de generar negocios para los socios e internacionalizar sus empresas. No queremos que se radiquen en otro país, sino que a través de misiones comerciales busquen mercados externos. Los productos argentinos son muy valorados y respectados en el exterior, hay mucha apertura para ellos, son de calidad. Por supuesto que todos podemos mejorar, siempre. Desde la Unión Industrial de Tigre y desde la UIPBA tenemos que trabajar para mejorar la situación de los socios y que esa mejora se traduzca en más ventas. Somos empresarios porque queremos ganar plata y no hay que tener vergüenza en decirlo.
¿Es necesaria una reforma o modernización laboral?
Tengo muy buen diálogo con los sindicatos y Dusen es lo que es y las empresas son lo que son por los trabajadores que tienen. El empresario no puede hacer todo, necesita trabajadores y a los trabajadores hay que tenerlos bien, pagarles lo que corresponde. La función del sindicalismo es velar por sus intereses. La realidad, que no se les escapa a los muchachos de las gremiales sindicales, es que hay mucho trabajo informal y eso perjudica a los gremios. Creo que los empresarios, los sindicatos y el sistema financiero, debemos trabajar en generar las condiciones para que haya más trabajadores en blanco. Si hay más trabajadores en blanco, el jubilado tiene asegurados sus fondos, el sindicato tiene asegurada su cápita, el empleador está más tranquilo porque trabaja desde la formalidad, el trabajador sabe que hacia futuro tiene un ingreso. Además, el sistema financiero y el estado se benefician porque el trabajador en blanco es sujeto de crédito. El trabajador en blanco es sujeto de crédito, puede comprar una casa, después discutiremos si hay condiciones para que pueda hacerlo. Todos los sectores debemos trabajar para que cada día más gente esté en blanco.
