La iliquidez en el mercado es manifiesta. La circulación monetaria es muy parecida a la existente al 7 de diciembre de 2023, el viernes anterior a que asuma Javier Milei. La circulación suma $ 7,7 billones, la falta de dinero en el mercado es manifiesta y la aceptación de otros medios de pagos, como billeteras virtuales y tarjetas, hace que la economía sea más formal, se paguen más impuestos y los precios sean más elevados. Cuidado.
El Banco Central mejora en su balance, pero no logra mostrar una capitalización importante. La suma de los pasivos monetarios es de $ 47,1 billones, mientras que las reservas son de US$ 26.859 millones al día 19 de febrero. Esto nos da un dólar de equilibrio de $ 1.752. En el pasado hubiéramos firmado que se alcanzaba esta cifra, en la actualidad con la falta de billetes es una tarea casi imposible. El dólar tarjeta se ubica en $ 1.370, mientras que el dólar MEP en $ 1.072,50, la conclusión es No Hay Plata (literal).
Hemos visto una suba significativa en los bonos soberanos. El AL 30 vale US$ 43,96, sin embargo, su tasa interna de retorno se ubica en el 32,6% anual. Para tener un rendimiento respetable debería rendir entre el 12% y 18% anual, de esta forma se desplomaría el riesgo país y Argentina estaría en las puertas de realizar una operación REPO que le permita el ingreso de dólares vía financiamiento. Para que se logren estas tasas de retorno se necesita que el AL30 cotice entre US$ 61 y US$ 71. Si ello ocurriera los inversores lograrían retornos extraordinarios.
La pregunta obligada es: ¿por qué no se logra esta cotización? Evidentemente los inversores ven cierta dificultad en que el gobierno logre pagar la amortización del bono sin problemas. Recordemos que el bono AL30 devuelve capital a partir del mes de julio del año 2024, pagará en dicha fecha US$ 4 y a partir de enero de 2025, en 12 cuotas semestrales y consecutivas US$ 8. Este título expira el 9 de julio del año 2030.
El Bopreal ha bajado mucho en pesos, pero por el simple motivo que bajo el dólar. El título vale US$ 67,80 y tiene una tasa de retorno del 19,1% anual. Este bono es respaldado por el Banco Central y lo emitió la actual administración, lo cual lo hace tener mejor reputación que los bonos de la Tesorería como es el caso del AL30. Si este bono rindiera un dígito su precio debería ubicarse en US$ 88 y rendiría el 9,6% anual.
Cualquier mejora en la calificación de la deuda argentina podría dejar una suba del 38% en el AL30 y del 29,0% en el Bopreal. Claramente en el AL30 tiene más potencial que el Bopreal, pero es importante diversificar cartera y tener bonos con respaldos diferentes, uno de la tesorería y otro del Banco Central.
Los bonos más largos como el AE38 con vencimiento en enero del año 2038 valen US$ 40 y rinden el 22,4% anual. Es un bono respaldado por la Tesorería, a largo plazo y que rinde muy parecido al Bopreal. Creemos que este bono podría ubicarse en US$ 75 para mostrar una tasa de retorno del 9,7% anual, la potencialidad de suba sería del 87,5%. Esto nos demuestra que si querés tener una mejora de capital importante tenés que comprar los bonos largos, salir de la trampa de los bonos cortos.
Los bonos corporativos como las Obligaciones Negociables, en su mayoría están nominados en dólares y se rigen por la ley extranjera. Estos bonos en su mayoría están emitidos con fecha de vencimiento en los años 2027, hoy rinden entre el 9,0% y 10% anual en dólares. Son los bonos que menos tienen para subir. Un bono en Estados Unidos de igual plazo rinde el 4,5% anual. Por ende, estos títulos podrían mejorar su rendimiento a tasas del 7% como máximo. Son inversiones para obtener una rentabilidad por su cupón, pero no te devolverán ganancias de capital en el corto plazo.
Conclusiones
Los bonos de corto plazo como el Bopreal tienen tasas de retorno del 19,1% anual, y es una muy buena opción. Si bien en el corto plazo tuvieron una baja, es el mejor bono del mercado, por su respaldo y tasa de interés que abona, 5% anual, una tasa superior a la tasa de retorno de los bonos de tesorería americano.
El bono AL30 tiene un gran recorrido a la suba, si Argentina consolida el escenario fiscal, logra ingresar al mercado voluntario de deuda y cumple el cronograma de pagos del bono. Todo esto no parece imposible, aunque si difícil a corto plazo.
El bono largo AE38 es el que más tiene para subir en paridad si Argentina normaliza la curva de rendimientos con una fuerte baja del riesgo país.
Las obligaciones negociables están cerca de un techo, ya que rinden en torno del 9% anual y la tasa de retorno de los bonos de tesorería americano rinden el 4,5% anual.
Hay bonos de todos los gustos, bajo respaldo del Banco Central, Tesorería o empresas. Pagan en dólares MEP o CCL. Si Argentina mejora su posición fiscal hay margen para fuertes subas, el inversor deberá decidir que riesgos quiere tomar.
Todos estos bonos se pueden utilizar para tomar financiamiento vía caución lo que los hace doblemente atractivos. Se necesita más difusión de estos instrumentos, en Argentina hay muchos dólares estacionados, que dejan de ganar dinero por desconocer que hay otras inversiones, con cupones de renta atractivos y que hacen la diferencia.