El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó las proyecciones de crecimiento para la Argentina a 4% en 2022 y bajó las expectativas mundiales de expansión debido a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Las estimaciones se dieron a conocer en Washington durante la presentación del World Economic Outlook, pocas horas después del arribo del ministro de Economía, Martín Guzmán.
El funcionario participará de la Asamblea de Primavera (boreal) del FMI y el Banco Mundial (BM). El viernes se reunirá con la entidad multilateral de crédito, Kristalina Georgieva. Durante su estadía en la capital estadounidense mantendrá encuentros bilaterales y reuniones con el director de Operaciones BM, Axel Van Trotsenburg y autoridades de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD). También brindará una charla ante empresarios en el Atlantic Council.
Las proyecciones para la Argentina y del mundo fueron presentadas por Pierre-Olivier Gourinchas, el nuevo economista jefe del FMI, de la Universidad de Berkeley, quien sucedió en el cargo a Gita Gopinath.
De acuerdo con las previsiones del organismo, la economía argentina crecerá un 4% en 2022, una mejora de un punto porcentual respecto de la última proyección de enero y 1,5% superior a la estimada en octubre del año pasado.
Estos datos resultan incluso por arriba de las emitidas hace apenas 10 días por otros organismos como el BM, que estimó que el país crecerá 3,6% durante el período en curso.
Respecto de las estimaciones de la inflación, el FMI proyectó para 2022 un número que es el tope de las metas indicativas en el acuerdo con el Fondo aprobado en marzo (48%). Sin embargo Giorgeva anticipó que se trata de uno de los temas que habrá que “recalibrar” tras la evidencia de la presión inflacionaria en el país y a la crisis internacional que profundizó la guerra.
Antes de partir a Estados Unidos, Guzmán sostuvo “las metas en el plano fiscal, monetario y acumulación de reservas se han cumplido”, en línea con lo que se había planeado con el FMI. Asimismo, el organismo estimó para Argentina que la cuenta corriente de los bienes y servicios serán superavitarios en U$S 500 millones, mientras que la tasa de desempleo rondará el 9,2% también para 2022.
A nivel mundial, el FMI alertó que “más allá de los impactos humanitarios inmediatos, la guerra retrasará gravemente la recuperación mundial, ralentizando el crecimiento y aumentando aún más la inflación”.
“Este informe proyecta un crecimiento mundial del 3,6 % en 2022 y 2023: 0,8 y 0,2 puntos porcentuales menos que en el pronóstico de enero, respectivamente. La rebaja refleja en gran medida los impactos directos de la guerra en Rusia y Ucrania y los efectos secundarios mundiales”, precisó Gourinchas.
Según el economista jefe del Fondo, “las perspectivas económicas mundiales se han visto seriamente afectadas, en gran parte debido a la invasión de Ucrania”.
En este contexto, se revisaron las perspectivas de crecimiento de la Unión Europea para este año a la baja en 1,1 puntos porcentuales, debido a los efectos indirectos de la guerra.
Para América Latina, limitaron el crecimiento de la región a 2,5%, tanto para 2022 como para 2023, debido a la ralentización esperada en las economías de Estados Unidos y China, los grandes socios de la región, que crecerían 3,7% y 4,4%, respectivamente en 2022; en tanto Brasil, el país más grande del Cono Sur, crecería apenas 0,8% en el mismo período.
En cuanto al nivel de precios en el mundo, “se proyecta que la inflación se mantenga elevada durante mucho más largo que en nuestro pronóstico anterior, tanto en avanzado y economías de mercados emergentes y en desarrollo y, en muchos países, la inflación se ha convertido en un factor central inquietud”, señaló el informe del FMI.
Por último, el Fondo advirtió que “debido a la naturaleza sin precedentes del choque, destacamos que la incertidumbre en torno de estas proyecciones es considerable, muy por encima del rango habitual”.
En este sentido, “el crecimiento podría desacelerarse significativamente más mientras la inflación podría resultar más alta de lo esperado si, por ejemplo, sanciones destinadas a poner fin a la guerra se extienden a un nivel incluso mayor volumen de energía rusa y otras exportaciones”, concluyó Gouringas, alertando sobre los riesgos de “fragmentación” y de globalización” para la economía mundial.