La ingeniera Manuela Pendón analizó la evolución y las perspectivas del desarrollo de las energías renovables en Argentina y el papel del gas que se produce en Vaca Muerta. En ese sentido, se refirió sobre las políticas actuales y los desafíos futuros que enfrenta el país en su camino hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En diálogo con Ser Industria Radio, la especialista se refirió al objetivo de alcanzar el 20% de generación de fuentes renovables para 2025, establecido en la ley 27.191. Al respecto, señaló que a pesar de las fluctuaciones y los cambios de gobierno, programas como RenovAr y el más reciente RenMDI han contribuido en gran medida a la consolidación de este sector.
La directora del programa de posgrado “Proyectos de Energías Renovables“, que se desarrolla en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) explicó que la apuesta de Argentina por Vaca Muerta no entra en conflicto con las energías renovables. En cambio, representan una oportunidad para que el país sea un líder en la transición global hacia una energía más limpia y sostenible.
¿Cómo evalúas el estado de las energías renovables en Argentina?
Las renovables vienen transitando un camino interesante. Si tuviéramos que hacer un balance se ha alcanzado un desarrollo bueno. No nos olvidemos que esto comenzó allá por el año 2007, cuando surge un primer decreto para promover las energías renovables en nuestro país. Luego se continuó con los programas RenovAr y recientemente se avanzó en lo que es generación distribuida. En nuestro país se destaca, como en el mundo, la energía eólica fundamentalmente. La sigue la solar fotovoltaica, son las dos fuentes de energías renovables que mayor desarrollo han mostrado. Actualmente nuestro país tiene un 13.9% de su energía generada a partir de fuentes renovables. Este es un dato muy importante para medir cómo estamos respecto de las energías renovables. En la ley 27.191 que es el marco de la actividad, nos hemos puesto un objetivo al 2025 de llegar al 20%.
¿Ves factible que se llegue a ese porcentaje?
Sí, pienso que sí. Soy optimista respecto del desarrollo de las energías renovables en nuestro país.
¿Entre el 2018 y 2019 hubo un crecimiento muy grande de generación de renovables y después empezó a desacelerar?
Los crecimientos fueron fluctuando. No es fácil desarrollar esto. Cuando uno observa las experiencias en otros países se ve que el acompañamiento que se tiene que hacer desde política energética son muy diversos y requieren mucho esfuerzo. Entonces hubo fluctuaciones, pero sin duda los programas RenovAr, el reciente RenMDI son muestras de que se ha podido organizar de forma correcta, aún con las fluctuaciones y cambios de gobierno que hubo en el medio.
Cada vez que se lanza una licitación para generación de energías renovables, la oferta supera la propuesta…
La verdad que sí y también estuvieron bien orientadas en el sentido que los primeros llamados eran abiertos. Eso no es casual, se estudia, pero los primeros llamados eran para cualquier tipo de tecnología, en cualquier parte del país. En este último, si entramos al RenMDI, era desarrollar algún tipo de fuente más específica como biogás y biomasa, atender limitaciones puntuales en nuestro país donde hay generación forzada. A medida que uno va desarrollando el mercado, también las políticas tienen que ir siguiendo eso.
¿El problema del crecimiento de las renovables tiene que ver también con las redes de transmisión?
Sin duda. En la literatura se pueden clasificar distintas barreras para el desarrollo de las renovables. Una es lo que se consideran barreras técnicas o de tecnología, que pueden ser las redes de transmisión. Una vez que lograste tener generación renovable tenés que poder evacuar esa energía por las redes de transporte y después por las de distribución. Si esas redes no tienen la capacidad suficiente, no tienen las características adecuadas, uno no puede evacuar esa energía. Entonces la otra pata ahí para el desarrollo de este mercado sin duda es atender las redes de transporte y de distribución de esta energía.
¿Es similar con lo que pasa con el gas y el petróleo en Vaca Muerta?
En los últimos años se ha ido mejorando las redes de transporte. Así como sale normativa para incentivar la generación, han surgido normativas para que el negocio de transporte también crezca.
¿Existe una normativa que predetermina en qué región corresponde que tipo de energía renovable desarrollar?
No es legislación, sino más bien relevamientos de las distintas fuentes que tenemos. Para el último llamado de RenMDI la normativa apuntó a desarrollar diferentes energías a lo largo del país a partir de la fuente que ven más propicia. Nuestro país afortunadamente tiene una diversidad de recursos increíble. Por supuesto que hay provincias que tienen mejores características para la energía solar fotovoltaica como puede ser todo el norte argentino. La provincia de Buenos Aires justamente se destaca en el sur por lo que es energía eólica, hay lugares propicios para pequeños aprovechamientos hidráulicos.
¿Cómo ves al ciudadano común respecto al conocimiento sobre energías renovables en general?
Ese es uno de los puntos sobre los que tenemos que seguir trabajando. Dentro de estas barreras que hablábamos, además de la tecnológica, está la de mercado o capacitación. Cuando decimos capacitación, enseguida se piensa en ingenieros pensando en energías renovables, la verdad es que no es que tenemos que pensar en la capacitación en todos los niveles porque ahora que tenemos ya generación en un porcentaje que está de acuerdo al objetivo propuesto y que hacemos un balance que es optimista, tenemos que concientizar a los pequeños consumidores para que vean la necesidad de avanzar hacia la generación distribuida, poner el panel en su casa y en las industrias también para que parte de su consumo, aún cuando ellas ya hoy están obligadas en parte, también busquen atenderlo con estas fuentes renovables. La capacitación hoy en todos los niveles y la concientización es uno de los desafíos que tenemos como país.
¿También se necesita generar centros de almacenamiento para las energías renovables?
Las energías renovables sobre todo las que tenemos más desarrolladas como la eólica y la solar fotovoltaica tienen esta característica de la intermitencia. Cuando no está el recurso o cuando está en mayor o menor medida es una generación que es muy variable, genera incertidumbre en el sistema eléctrico. Por ese motivo que desde ese lado tienen una desventaja respecto de la generación térmica, pero la posibilidad de almacenar esta energía para poder usarla cuando el recurso no está disponible casi que las pone en paralelo con la generación a partir de fuentes fósiles. El almacenamiento es un paso importante. En el último llamado RenMDI de generación se distinguió los proyectos solares fotovoltaicos y solares fotovoltaicos con almacenamiento, se les dio una tarifa preferencial para tratar de incentivar estas iniciativas porque sin dudas mejoran la seguridad eléctrica del sistema.
¿La digitalización tanto para la oferta como para la demanda se está implementando?
Lo veo un poquito más lejano. Se está haciendo, pero desde el punto de vista de la generación CAMMESA está súper digitalizada. Ellos saben exactamente qué ocurre en cada momento del mercado y los generadores también. Desde el punto de vista de la demanda es un poco más complejo, sé que muchas industrias tienen hoy sus sistemas para gestión y seguimiento de energía. En las pequeñas demandas todavía no, hay varios distribuidores de energía eléctrica que están avanzando en la colocación de medidores inteligentes que van a permitir en un futuro a los usuarios administrar sus consumos, pero eso todavía lo veo más en un mediano plazo.
¿El gran consumidor de energía es el usuario residencial?
Sí, en nuestro país el 50% de la demanda está concentrado en provincia de Buenos Aires y un 40% es consumo residencial.
¿Las tarifas eléctricas en Argentina están dolarizadas?
En realidad las tarifas eléctricas que llegan al consumidor final tienen dos componentes. Uno que tiene que ver con el costo de la energía propiamente dicho, que es la generación y es el primer eslabón de la cadena. El segundo componente tiene que ver con el uso de las redes de transmisión de alta tensión y distribución que es lo que se llama el VAD (Valor Agregado de Distribución). El primer componente es el que dependiendo de cómo sea el despacho de la matriz, qué combustible entre en juego para generar esa energía, puede depender más o menos de qué le ocurre al dólar. Nuestra matriz tiene una gran parte todavía de generación a partir de combustibles fósiles, esto es gas, gasoil, fueloil, en la medida en que ese componente siga siendo mayoritario en nuestra matriz, lo que ocurra con el dólar tiene incidencia en el costo de la tarifa, que es el costo de la energía.
¿Habitualmente se habla de la solar, la eólica y un poco de la hidráulica, que otras energías renovables se desarrollan en el país?
Hay muchas fuentes de energías renovables. La eólica y la solar fotovoltaica como decíamos son las que están más desarrolladas, pero la ley 27.191 define muchas más fuentes como energías renovables. Podemos mencionar la energía proveniente de biogás de residuos sólidos urbanos, de biomasa, la energía geotérmica, la mareomotriz, undimotriz, pequeños aprovechamientos hidráulicos de otras fuentes.
¿Existe una contradicción entre el desarrollo de Vaca Muerta, el offshore y las energías renovables?
En mi opinión no, todo lo contrario. En ese sentido tenemos una oportunidad. Argentina no es de los países que más genera dióxido de carbono, eso por empezar, estamos últimos respecto de los principales en el mundo que son China y Estados Unidos que a su vez son los que tienen más capacidad instalada de energía renovable. Entonces, Argentina, todo lo que ponga energías renovables es un aporte a este cambio climático. Las transiciones energéticas que hemos vivido, la biomasa al carbón allá por el 1900 y la del carbón al petróleo por el 1960, 1980 han demostrado que el combustible que se reemplaza es el que hace de transición para el desarrollo de la infraestructura de lo que viene. Si siguiéramos esa línea histórica, estamos en una tercera transición energética, donde tendríamos que esperar que el petróleo y sus derivados actúen como combustible de transición para el desarrollo de las energías renovables. El gas proveniente de Vaca Muerta es clave en el corto plazo para el desarrollo de las energías renovables en este sentido y nos ubica en una situación hasta a nivel regional muy interesante. Tenemos que poder capitalizar eso y en el largo plazo exportarlo. En nuestra matriz, la diferencia que tenemos en esta tercer transición energética es que el consumo que tenemos de energía es mucho mayor al que teníamos cuando pasamos de la biomasa al carbón y del carbón al petróleo. También el nivel de población que hay también es mucho mayor, entonces el desafío es parecido pero mucho más grande.
Con los hidrocarburos se presenta a Argentina como una potencia energética ¿con las renovables puede pasar lo mismo?
Hay una oportunidad. Hay que pensar en modelos de negocios y normativas más creativas. Desde el punto de vista del producto energía se genera acá y a lo sumo lo podremos vender a países limítrofes. Creo que hay un potencial ahí, en lo que tiene que ver con investigación, desarrollo y tecnología. Habría que ver qué es lo que podemos hacer con eso y pensar modelos de negocios más novedosos que quizás nos permitan de alguna forma meter en la balanza aquellos países que más contaminación generan y que no tienen los recursos que tenemos nosotros para generar energías renovables. Tenemos que ver cómo podemos encontrar esas dos necesidades que una está en China o en Estados Unidos y nosotros estamos acá. Pensar qué se nos ocurre de manera creativa para generar ahí un negocio.
¿Qué importancia puede tener la fabricación de baterías de litio con el programa que está desarrollando el Y-Tec, junto al CONICET y la UNLP?
Con las baterías de litio creo que hay todo un camino por recorrer. Ojalá podamos hacer lo que nos estamos proponiendo como país y podamos agregarle valor al litio realmente.
¿Se está dando el desarrollo de proveedores para para renovables?
Si uno compara la situación hoy versus la que teníamos en el 2007, cuando esto inició, sí ha habido desarrollo de proveedores. Hoy por ejemplo las torres de acero de los molinos eólicos son de industria nacional, las torres de cemento lo mismo, se están desarrollando proveedores en lo que tiene que ver con los soportes de paneles fotovoltaicos. Estamos en esa etapa del desarrollo donde ahora la regulación tiene que apuntar a armar esa cadena de suministro, desarrollar más proveedores. La instancia inicial ya pasó, estamos en esa segunda etapa donde hay que generar economía de escala.
¿Quiénes pueden acceder al posgrado sobre Proyectos de Energías Renovables y la cursada es presencial o se puede hacer remoto?
La primera edición la realizamos este año. Es un programa de posgrado profesional. Con una duración corta en comparación con otras alternativas de posgrado, ya que dura solo 16 encuentros y tiene una modalidad híbrida, esto significa que los participantes pueden cursar de manera presencial si lo desean o remota completamente. Lo bueno de eso fue que en esta primera edición tuvimos alumnos de otras provincias a los que la posibilidad de tomar esta capacitación de forma híbrida les hizo la diferencia. Está pensado para profesionales que tienen una formación más técnica. Les damos las herramientas más transversales para analizar el vínculo de la energía con el desarrollo sostenible, cómo preparar y evaluar este tipo de proyectos de energía renovable a gran escala y a pequeña escala y luego cómo gestionarlos.
¿Cuándo planea abrirse la inscripción para la próxima edición del posgrado?
La inscripción la vamos a abrir más cerca de fin de año. La idea es dictar esta segunda edición a partir de marzo del año 2024. De todas formas, por cualquier información pueden acceder a https://posgrado.ing.unlp.edu.ar/posgrado/