La presidenta de la Unión Industrial de Salta, Paula Bibini, remarcó la necesidad de medidas que permitan el desarrollo productivo del norte del país. Infraestructura, costos logísticos, costos laborales e impositivos, falta de mercados para exportar, son algunos de los obstáculos que enfrentan los industriales.
En diálogo con Ser Industria Radio, la empresaria, que además en 2017 se convirtió en la primera mujer en integrar la Junta Directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA), destacó los avances en materia de género que se han logrado en el último tiempo, aunque aclaró que todavía hay un largo camino por recorrer.
Bibini, que también forma parte del Consejo Económico y Social en representación de los industriales del NOA y el NEA, destacó la importancia de que se concreten obras, como las contempladas en el Plan Belgrano, para que la producción regional pueda ser trasladada a través del ferrocarril y reducir costos de transporte.
Fuiste la primera mujer en integrar el consejo directivo de la UIA y presidís la Unión Industrial de Salta. ¿Cómo es la vida de una mujer en la industria?
Es un desafío importante para las mujeres de mi generación que somos un poco las que estamos abriendo las primeras puertas del reconocimiento al trabajo que se viene haciendo, sobre todo en lo que son las mesas de decisión.
Mi participación en la UIA me llevó a ser, en 2017, la primera mujer miembro de la junta en 137 años, el primer escalón que tiene la entidad para participar con las diferentes territoriales en todo el país. Fue un buen punto de partida. Veníamos trabajando fuertemente en la UIA Joven planteando ideas como la renovación generacional y poder sumar más mujeres en mesas de decisión. Todo este transitar me permitió en el año 2019 participar con una lista y ser electa presidenta de la Unión Industrial de Salta, siendo la primera mujer en ser elegida para ese cargo. A nivel nacional, soy la única titular de una Unión Industrial en todo el país.
Hoy no podemos hablar de un lugar ganado por las mujeres, porque me parece que queda mucho por recorrer. Pero es importante que vayamos generando espacios y que esto tenga que ver con nuestra generosidad, ser solidarios para hombres y mujeres, porque hay muchos hombres que valoran nuestro trabajo y la complementariedad. Sumando juntos vamos a trabajar por la igualdad que tanto pretendemos.
¿Este hecho abrió el camino para que otras mujeres se involucren?
Trabajo mucho en entusiasmar a otras mujeres para que puedan sumarse y ser parte de diferentes espacios. Hay que permitir la participación porque en la lógica de la gremial industrial cuesta muchas veces irse o dejarle el lugar a otro. Creo que tiene que ver con las transiciones que tenemos que vivir.
También generacionalmente tenemos otro pensamiento, transmitimos otro contenido y me parece que la pluralidad, el generar nuevos espacios, el poder compartir experiencias, es lo más importante y sobre todo teniendo en cuenta el proyecto de país que queremos, con una gremial empresaria más participativa, dinámica, que no sean posiciones perpetuadas en el poder, si no que nos permitan ser inclusivos para hombres y para mujeres.
Fuiste ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable de Salta. ¿Cómo está la actividad industrial en la provincia?
No estamos exentos a la situación nacional. Hace más de dos años y medio que la industria está en un momento delicado. En particular, en el noroeste argentino, estamos con pedidos concretos de infraestructura, financiamiento, cuestiones tributarias que ya vienen de hace más de una década. Llegó el momento de poner manos a la obra y que definitivamente el gobierno nacional ponga los ojos en el norte argentino para que el desarrollo se concrete. Sin incentivos es realmente inviable tener un desarrollo productivo como pretendemos los industriales. Argentina tiene todas las condiciones para poder hacerlo.
El norte es una región muy rica teniendo en cuenta la variedad de climas, cultivos y actividades que se pueden realizar, sobre todo para el agregado de valor a la materia prima teniendo la posibilidad de exportar hacia el Pacífico. El grupo de las uniones industriales venimos trabajando para que una vez por todas, tanto el gobierno nacional como los provinciales, concreten los planes y se ejecuten medidas concretas para poder desarrollar esta región.
¿Hay obras puntuales que estén reclamando?
El desarrollo del Plan Belgrano con las líneas de ferrocarril, hace varios gobiernos que se viene gestionando. Es una obra inconclusa. Se siguen firmando acuerdos, contratos internacionales para que se pueda finalizar y hasta la fecha no podemos dar señales ciertas de que podamos contar con un recurso como es el ferrocarril donde hay un ahorro de un 44% respecto a lo que es un flete con camión. Para ser competitivos tenemos que tener una alternativa de transporte y logística. La decisión política tiene que estar en concretar estas obras que son anunciadas gobierno tras gobierno. Desde el sector privado participamos y empujamos estos acuerdos, pero después hasta un cierto punto uno se siente usado porque las obras no se concretan.
El norte argentino tiene un 45% de pobreza, no necesitamos irnos a Buenos Aires para ver todo el conurbano y demás. Si no hay condiciones para generar trabajo, va a ser muy difícil que las cosas cambien. Por eso nuestra participación está siendo muy sólida, muy concreta. Somos dirigentes que no tenemos afiliación política, simplemente trabajamos comprometidos en la gestión de la gremial empresaria y pretendemos, con nuestra capacidad y trabajo, llevar adelante estas propuestas que a veces no tienen que ser tantas sino ejecutables para que se concreten y permitan cambiar esta realidad.
¿La carga impositiva que tiene la industria, impide que se genere empleo y sumado al costo laboral termina haciendo que el producto sea poco competitivo para el exterior y muchas veces inalcanzable para el consumidor?
Respecto del costo laboral, hoy estamos hablando que pagamos más de un 62% de aportes y contribuciones patronales. Se dejó sin efecto el decreto 814, hubo algunos anuncios al respecto a fines de la gestión anterior y la actual está revisando cuál podría ser una alternativa para compensar aportes y que se generen nuevos puestos de trabajo.
Muchas industrias están atravesando una situación muy compleja principalmente para sostener las fuentes de trabajo y los decretos presidenciales, prohibiendo los despidos, son medidas restrictivas no conducen a nada. Hay una serie de cuestiones donde la receta puede ser sencilla en tanto y en cuanto esté la decisión política de llevarlo adelante. Tiene que haber algún tipo de baja en los costos laborales para que podamos crear empleo o nuevas empresas se puedan radicar en parques o zonas industriales del norte del país y que les resulte conveniente contratar mano de obra local.
Además, tenemos un sinfín de impuestos de índole nacional, provincial como son los ingresos brutos, donde después del Pacto Fiscal y con todos esos acuerdos que siguen firmando los gobernadores, iba a tener una baja decreciente y eso hasta ahora no sucede. Además, en el interior tenemos multiplicidad de tributos municipales. Para transportar nuestros productos en las diferentes jurisdicciones, pagamos tasas municipales, hay más de 68, 70 tributos que uno dentro de una compañía está pagando dependiendo del grado de distribución y comercialización. Parte de eso se podría destinar a invertir o a contratar nuevos puestos de trabajo en vez de seguir pagando tributos que no se ven reflejados en obras.
¿Es difícil exportar para un productor del norte?
Las oportunidades de exportar pueden ser concretas y reales, pero hoy Argentina necesita recuperar mercados, volver a salir al mundo, cuestión que no sucedió en los ocho años anteriores. La soja, el maíz, el poroto, la caña de azúcar, son productos exportables, pero sabemos que Argentina en estos últimos dos años y medio ha perdido más de 25.000 millones de dólares de mercado de exportación.
Se está pretendiendo, a través de esta nueva gestión, recuperarlos y volver a tener liderazgo en países que hoy demandan nuestros productos. No sólo los agroindustriales, sino también manufacturas con valor agregado o con una parte del valor agregado que se pueda finalizar en otro país para poder volver a exportar.
Hay que tener una mentalidad abierta y pensar en mercados que a veces al tratarse de países tal vez más marginales o no tan conocidos, como pueden ser los de Centroamérica o limítrofes, no son tenidos en cuenta. Es necesario que saquemos los preconceptos porque si no va a ser muy complejo para el industrial volver a pensar en la exportación.
Hay determinados países que tienen una necesidad concreta y nosotros podemos dar un know-how para trabajar en las actividades agrícolas, ganaderas, la venta de maquinarias asociadas a ese tipo de actividades. Y volver a replantearse cuáles son los mercados que hoy demandan nuestros productos, no solamente pensar en algunos países que sí terminan siendo atractivos, como la Comunidad Europea y que tal vez no es el nicho de negocio teniendo en cuenta nuestra producción o la industrialización que podemos alcanzar.
Integrás el Consejo Económico y Social representando a los industriales del NOA y del NEA. Hablabas de las promesas de los gobiernos hacen y no concretan ¿Crees que este Consejo va a ser diferente?
Siempre tengo una mirada positiva y de empuje frente a los desafíos que asumo. Es clave y fundamental destacar la participación ciudadana de líderes de diferentes organizaciones que representamos diversos intereses dentro del país. Creo que puede ser muy positivo en tanto y en cuanto se defina una agenda que trabaje en un largo plazo, en lo que tiene que ver con un plan de gobierno plan 2030 que traspasa la gestiones.
En el primer encuentro, se planteó incidir en cuestiones de coyuntura porque hoy hay temas importantes, muy urgentes que necesitan una decisión en la participación ciudadana de este órgano consultivo. Veremos en cuanto incide en las decisiones del Poder Ejecutivo Nacional, pretendemos que así sea, pero tenemos 45% de pobreza. Estamos con la gente fuera del sistema, no hay acceso absolutamente a nada. Entonces, más allá de las preocupaciones o la actividad de cada uno, llámese de la industria de la actividad comercial y demás, hay un tema alimentario, de niños excluidos, de cuestiones muy concretos lo que tiene que ver con violencia de género, de las que el gobierno tiene que ocuparse de manera urgente. Tiene que haber una decisión concreta de querer cambiar las cosas o poder transformar de una vez por todas la situación en la que estamos. Si no lo hacemos entre todos, va a ser muy difícil concretar estos cambios.
Es interesante la participación diversa que tiene el Consejo, por lo menos en esta primera reunión y destacar la participación federal y regional. Entendemos que el interior del país tiene que ser escuchado, pero también participan organizaciones sindicales, especialistas del ámbito académico científico, organizaciones sociales, otros sectores empresariales que no tienen que ver directamente con la industria.
Son mil días de trabajo que, en mi caso. si no funciona, pueden ser 200. Yo trabajo con objetivos. Más que incidir, uno tiene que tener logros concretos. Si mi trabajo va a tener que ver con que se pueda modificar aunque sea un pedacito de toda la realidad, de lo que nos está pasando, van a contar con mi apoyo, mi conocimiento, mi compromiso y un montón de gente que me acompaña. Somos 10 provincias argentinas, somos mucha gente, no incidimos mucho en el PBI, no tenemos mucha industria, pero sin embargo somos una parte muy importante de Argentina y ahí está mi compromiso en defender mi norte, voy a trabajar para eso.
Estuviste en el sector público. ¿Por qué es tan difícil que las ideas se concreten?
Creo que las cosas se pueden lograr y se pueden hacer. En mi empresa puedo tomar decisiones y cambiar muchas cosas. Obviamente también me equivoco, pero ejecuto e intento lograr buenos resultados. El lado público depende mucho de quien lidera la decisión política y hay mucha inacción, muchos intereses contrapuestos. El político tiene que transitar también todo ese cambio de meterse del lado de la gente, comprometerse, porque en definitiva está ahí por el voto popular. Hemos llegado a un grado de descreimiento, a una sensación de falta de compromiso… Pero fundamentalmente tiene que ver con decisiones políticas y con la construcción de consensos. Muchas veces los políticos no coinciden porque la oposición opina una cosa y el oficialismo otra. Debemos mirar un poco más allá de los intereses individuales o de las mezquindades.
En mi caso en particular estuve en la función pública y acompañé desde mi lugar hasta que decidí dar un paso al costado por una cuestión personal y volví al sector privado. Es importante también que, como ciudadanos, aprendamos a elegir eso, que un político no se perpetúe, sino que concrete cosas, porque hoy la sociedad reclama eso.