Establecido por las Naciones Unidas, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, nos invita a actuar e implementar estrategias para contrarrestar la pobreza y la indigencia.
Este 17 de octubre llega en un contexto de emergencia y profunda vulnerabilidad para Argentina. En los últimos meses, la pobreza avanzó con intensidad en el grueso de la población, pero de una manera más acentuada en los menores de 14 años.
Diferentes informes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), de la Universidad Católica Argentina (UCA) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) revelan que más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza, y el 16,2% se encuentra en la indigencia. Estos son los indicadores más elevados registrados desde 2010.
Más allá de las cifras, nos enfrentamos con una realidad devastadora: más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes en Argentina crecen en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
Esto nos plantea un gran interrogante: ¿Qué tipo de crecimiento y oportunidades le estamos ofreciendo a los chicos y chicas de nuestro país si, más de la mitad de ellos y ellas, crecen sin acceso a una alimentación adecuada, vivienda de calidad, atención médica o servicios tan necesarios como electricidad y agua?
Esta situación conlleva un aumento en la exposición de niños, niñas, adolescentes y jóvenes a diversas formas de violencia, entre otras condiciones que obstaculizan su desarrollo pleno. Lo cual puede traer aparejado otros graves dilemas, como el ingreso forzado al mercado laboral, la deserción escolar y diversas vulneraciones de derechos fundamentales.
En este contexto de creciente desigualdad, resulta urgente diseñar estrategias que permitan revertir y mitigar los efectos de la pobreza infantil para asegurarles un mejor futuro, sin limitaciones ni condicionamientos.
En Aldeas Infantiles SOS Argentina mantenemos nuestro compromiso de pensar e implementar estrategias para promover infancias, adolescencias y juventudes plenas. La situación de pobreza y vulnerabilidad social que afecta a esta población en todo el país nos impulsa a seguir trabajando de manera conjunta y articulada en búsqueda de soluciones.
Como sociedad, el reto es enorme y cada día que pasa, la necesidad de actuar se vuelve más urgente. Frente a esto, hacemos un llamado al Estado para que tome las medidas necesarias que frenen el avance de este flagelo, para evitar su consolidación y detener la profundización de las brechas de desigualdad social.