En noviembre de 2024 se inauguró el puerto multipropósito de Chancay, el primer puerto inteligente y automatizado de Sudamérica. Este nuevo hub regional facilitará la distribución de carga entre Perú, Chile, Ecuador y Colombia, consolidándose como un punto estratégico para el comercio internacional.
Actualmente, el transporte marítimo entre Asia y Sudamérica demora entre 35 y 40 días, lo que implica altos costos y largos tiempos de espera. Con el megapuerto de Chancay, esta dinámica cambiará radicalmente. La nueva ruta reducirá el tiempo de transporte a aproximadamente 23 días, lo que supondrá un ahorro de entre 12 y 17 días para las empresas.
Además del impacto en los tiempos de envío, el puerto generará cerca de 1,300 empleos directos en Perú y abrirá nuevas oportunidades para empresas del sector logístico e industrial.
Desde febrero, el hub portuario opera una ruta hacia el norte, conectando con Guayaquil (Ecuador) y Barranquilla (Colombia). Hacia el sur, establece enlaces con San Antonio y Antofagasta (Chile). En una siguiente fase, se prevé la integración del puerto arequipeño de Mataraní, clave para movilizar carga proveniente de Brasil.
Estas nuevas rutas de comercio marítimo fortalecen la conexión de Sudamérica con Asia. Países como Indonesia, Filipinas, Taiwán e India, que según el Fondo Monetario Internacional tienen las mejores proyecciones de crecimiento en 2025, representan mercados estratégicos para la región.
Chancay se posiciona como un puerto clave para optimizar costos y tiempos en la exportación de productos sudamericanos. Este desarrollo no solo impulsará el comercio, sino que también permitirá atender la creciente demanda de estos países.
A mediano plazo, podrían incorporarse nuevas rutas para exportar productos de Argentina y Paraguay, integrando a más países de la región en esta red comercial. Con ello, Sudamérica fortalecería su presencia en los mercados asiáticos.
El megapuerto de Chancay representa una oportunidad sin precedentes para el comercio intercontinental. Más allá de las diferencias políticas, la región sudamericana debe aprovechar estratégicamente esta infraestructura para consolidar su presencia en mercados en expansión.