Con más pena que gloria, el MERCOSUR superó los 30 años desde su fundación y pasó a ser noticia más por las controversias entre Argentina y Uruguay que por los logros alcanzados para los países que integran el bloque.
Desde la óptica de Delia Flores, presidenta de la Cámara Libreña de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas y Afines (CALIBRE) “la visión de los fundadores fue la de un mercado común, pero nos quedamos en el camino”, sostuvo sobre el MERCOSUR.
Por otra parte, en diálogo con Ser Industria Radio, la experta en comercio exterior y logística denunció el deplorable estado del Puente Internacional Agustín P. Justo – Getúlio Vargas, principal vía terrestre de conexión entre Argentina y Brasil.
La empresaria, que recientemente participó en la reunión del G20 realizada en Indonesia, explicó que el gobierno, para reparar 700 metros de puente, obra que podría hacerse por decreto, insiste con una licitación que quedó desierta en tres oportunidades. De esta forma se extiende un problema que impacta directamente en los costos logísticos.
¿Qué te dejó el encuentro del G20 en Indonesia?
Como siempre los encuentros del G20 son una experiencia única. El foro global de 19 países más la Unión Europea congrega el 80% del PBI mundial y las dos terceras partes de la población mundial. A pesar de que es un foro de países muy diversos, se abordan temas globales. Este año el eje fue la pandemia, recuperarnos juntos y más fuertes. Fue muy interesante por todo lo vivido y por los aprendizajes que uno trae de este tipo de encuentros.
¿Cómo está Argentina en el concierto del G20 y en esta temática?
A veces me pregunto qué hace la Argentina en el G20. Formar parte, es una suerte, un privilegio. Pero a veces me da la sensación de que vamos a contramano de un mundo que pide más integración comercial, más apertura, inclusive de fronteras. La integración y la apertura, a la Argentina, le están costando, a pesar de las recomendaciones que se hacen a todos los mandatarios que integran el grupo. Terminar con el proteccionismo es un tema que también nos afecta, pero ya no por Argentina, sino por lo que pasa en Europa. Quizás hay mucho discurso y después cuando se ve la realidad es difícil encontrar que todos sigan el mismo libreto.
En la última Cumbre del Mercosur hubo chisporroteos otra vez con Uruguay…
Nuevamente… Creo que el vínculo nunca mejoró desde el inicio de las conversaciones de Uruguay con China para un acuerdo de libre comercio. Desde ese momento la relación quedó muy deteriorada. Ahora que Argentina retoma la presidencia pro- témpore del MERCOSUR, se repiten los entredichos. Al analizarlo un poco, lo que dice Uruguay tiene razón, en parte lo que dice nuestro país también. Es una situación complicada y lo concreto es que el MERCOSUR está muy planchado desde hace años.
Pasaron 39 años desde que se recuperó la democracia y esta fue una iniciativa de Raúl Alfonsín. ¿Por qué no funciona como se planeó?
Lo más rescatable de la democracia es que hemos logrado mantenerla, eso es muy bueno. Ahora, como sociedad, tenemos que aprender a vivir en democracia, es una lección que todavía nos está faltando. Por su parte, el MERCOSUR quedó en el camino, no pasó de ser una unión aduanera imperfecta, que es el primer paso para alcanzar la visión de los fundadores que soñaban con un mercado común. Tristemente nos quedamos en el camino por egoísmos, por pensar unilateralmente y porque todos los países que lo integran miraron solamente sus ombligos. Es lamentable que no hayamos podido evolucionar y madurar, nos está faltando crecer en Argentina y en la región, pero así es difícil avanzar.
En los 80 incluso se hablaba de crear una moneda común…
Sí. Hace pocos meses, cuando asumí la presidencia de CALIBRE dije que una Cámara está para pensar en el bien común y defender los intereses del sector. El problema es que no se está pensando en el bien común, eso es lo que está faltando. Necesitamos la madurez de la sociedad, de los mandatarios, de los líderes, para trabajar por el bien común y en esto seguramente no todos vamos a salir ganando, porque hay que ceder un poco para alcanzar el beneficio común. Trabajar en esa dirección es lo que está faltando en todos los ámbitos.
El canciller Santiago Cafiero dijo que estamos en camino a la ruptura del bloque. ¿Eso puede suceder?
No creo, porque necesitamos el MERCOSUR. Hay acuerdos entre Argentina y Brasil que funcionan bien como el de la industria automotriz. Hay mucho intercambio entre ambos países, muchas empresas de un lado y del otro. Para que lleguemos a una descomposición tendrían que pasar demasiadas cosas. Además, hay un hecho positivo, se está viendo la voluntad política de que finalmente se cierre el acuerdo con la Unión Europea. Hay buenos avances, tenemos el gran apoyo de España que asume en el segundo semestre del 2023 la presidencia del Consejo de la UE. Sería una locura desarmar el MERCOSUR, hay mucho por hacer. Tal vez, el acuerdo con la UE nos de aliento, nos renueve las esperanzas y nos haga ver que ese es el mejor ejemplo de que los objetivos se pueden lograr.
Desde la empresa trabajás en Brasil. ¿Cómo crees que puede ser la posición de Lula respecto al MERCOSUR?
Independientemente de Lula, de Bolsonaro, de los colores, de las distintas ideologías o partidos, Brasil tiene algo diferente a la Argentina. Por lo general no mezcla la política con la economía. Tienen sus proyectos y sus políticas, sus estrategias a largo plazo y la siguen, no son tontos. Eso es lo que está haciendo y los convirtió en una potencia, un país fuertemente industrializado, exportador 100%. Lula no va a cambiar las cuestiones de fondo, porque además la Federación de Industria de San Pablo (FIESP), no se lo va a permitir. Allá funcionan las instituciones, ponen firmes y hacen que las cosas funcionen. La sociedad y la cultura empresarial brasileñas, son muy distintas de las nuestras.
Otro caso sudamericano, diferente, es Perú que con todos los problemas institucionales que está atravesando, mantiene su rumbo económico. Aquí la inflación, pareciera que no bajará en el corto plazo…
Menos en esta época que ya vienen las vacaciones. No quiero ser el pájaro de mal agüero, al contrario, quiero que al país le vaya bien, que tengamos trabajo y que las empresas seamos lucrativas, pero todavía hay que hacer una serie de cambios para bajar esta inflación. Poe ejemplo, FADEEAC hace pocos días dio el índice de aumento de costo del transporte, el más alto de los 12 meses casi el 10,5%, superando a la inflación. Es una locura, sí bien dicen hay tendencia a la baja, hemos tocado un techo increíble.
¿Cómo ves la progresión en torno a la dificultad de conseguir insumos para las empresas?
Mal. Escucho no solamente a mis clientes que están sufriendo para lograr una licencia, para ver cómo pueden pagar a un plazo menor a 180 días, porque así nadie les provee, sino también en la vida cotidiana. En los hospitales por insumos, por equipamientos médicos, por equipos para enfermos, cosas mínimas que están esperando que le permitan importar para producir algo de calidad y no vivir en el siglo pasado con productos que ya están casi obsoletos. La industria local, en determinados rubros, no tiene el avance que hay afuera. Estamos siempre en un círculo vicioso, no se importan insumos, la industria local no se moderniza, no permiten entrar productos terminados porque teóricamente se producen en el país, pero la producción que hay acá es mínima y es obsoleta. De esa forma permanentemente estamos nivelando para abajo. Es muy triste ver lo que pasa afuera y cómo estamos acá.
Desde CALIBRE estás insistiendo en el estado del puente internacional Getulio Vargas – Agustín P Justo, que une Argentina y Brasil a través de Paso de Los Libres y Uruguayana, ¿Hubo novedades en cuanto a las obras?
Lamentablemente no. Es la metáfora de lo que pasa en nuestro país en muchas cosas. Es la tercera licitación que cae desierta. El primer razonamiento que hago es que, si esperás tener resultados diferentes, no sigas haciendo siempre lo mismo. Pero vuelven a insistir en una licitación que no da resultado. Cayó desierta porque es un tramo muy corto, son apenas 700 metros de puente que hay que arreglar y a ninguna empresa le es negocio porque los insumos están muy alejados, tienen costos demasiado altos y lo que pretende pagar el país por ese arreglo es muy bajo. Entonces hay que buscar la solución de otra manera o ponerlo en el presupuesto del Estado Nacional. Son siete cuadras, no se puede seguir con licitaciones que no dan resultado, hay que tomar el toro por las astas y buscar otra solución. Ahí está la importancia que le da a nuestro país a la infraestructura logística, si no le prestan atención a la principal arteria terrestre que tenemos con Brasil. El último tramo de la ruta 14 y la ruta 117, que desemboca en el puente, también están en estado deplorable. La falta de inversiones en esa infraestructura, vital para el comercio entre Argentina y Brasil, ergo del MERCOSUR, es la clara demostración de la voluntad política que tiene nuestro gobierno.
Para poder en contexto. ¿Cuántos camiones pasan por día por este puente?
En las épocas de gran movimiento pasan 1100 camiones por día, en épocas de menor movimiento, 500. Es un tránsito incesante de ida y de vuelta y es un puente que tiene sólo dos manos, construido hace casi 80 años, sin banquinas. Fue hecho para aquella época y no se le presta la atención a la estructura, ni a la iluminación, tampoco al mantenimiento. Es como la vaca que la seguís ordeñando, pero sin alimentarla. Todo lo que se recauda en ese puente viene a Buenos Aires, no hay autonomía económica para quienes están coordinando en la frontera. Desde un escritorio, sin ver la realidad local, es muy difícil tomar las decisiones correctas.
¿Cuánto del estado del puente impacta en los costos logísticos?
Impacta muchísimo. porque tenés pérdidas cuantiosas en dólares por las demoras de los camiones o directamente porque hay que desviar por otro paso fronterizo y eso significa sumar 400 kilómetros. Además, hay que buscar otro representante, pagar otros peajes… Es muy oneroso para una empresa que tiene toda esa infraestructura montada por la frontera de Paso de Los Libres y Uruguayana.
¿Del lado brasileño también está en condiciones similares a la Argentina?
Del lado brasileño, si bien hace un par de meses atrás hubo una rotura, tomaron inmediatamente las medidas, se saltearon las licitaciones y solucionaron el problema sin tanto trámite. Están trabajando y haciendo una obra muy importante. Además, lo mantienen más iluminado, más señalizado, mejor demarcado, Del lado argentino está en la oscuridad total, no está señalizado, está hecho un desastre, totalmente rotoso. Hay cráteres, pozos y banquinas descalzadas.
¿Hay problemas burocráticos para agilizar el paso?
Sí, hay maltrato de Migraciones hacia los brasileros. Por eso digo que todo es coherente con nuestro gobierno. Porque maltratan al que viene a consumir, a hacer turismo a la Argentina. Los le hacen formar largas filas en condiciones casi inhumanas al rayo del sol, los demoran, hay mucho problema en los trámites migratorios. Del lado brasileño, a los ciudadanos de las fronteras, no les piden absolutamente nada. De vez en cuando ponen alguien a controlar, pero si no se pasa el alero de la aduana brasilera y no hay absolutamente nadie, corre por la responsabilidad de cada uno de no pasar el límite de la de la zona de fronteras. Si se va más adentro de Brasil y detectan no haber hecho migraciones, no perdonan. Eso está perfecto. Pero en la frontera respetan el acuerdo del MERCOSUR, que es la libre circulación. Somos nosotros los que no lo respetamos.
¿Qué perspectivas se pueden plantear para el 2023?
Soy optimista. En Paso de Los Libres Están construyendo nuevas cabinas, esperemos que eso agilice un poco el tránsito y los trámites migratorios. Del puente dicen que va a haber una nueva licitación en marzo. Espero que no sea la cuarta fallida. A nivel país espero que la inflación disminuya y que la gente exija a los gobernantes que eligió democráticamente que cumplan con lo que prometido. Eso es democracia y si no, que en las próximas elecciones sepan muy bien a quien van a votar. Quedan unos meses por delante y el pueblo tendrá que mirar muy bien a quién va a elegir y si no, que después no sé quejen.
¿Habría que penalizar a quien no cumple con lo que plantea en campaña?
Creo que falta educación de cómo vivir en democracia y exigir a los gobernantes que cumplan lo que prometieron. Hago un llamado también a las instituciones, a las cámaras, a las organizaciones intermedias, para que actúen articulando con el gobierno y para defender los intereses de los sectores, de la sociedad. Hay que actuar, no esconderse y no hay que sentirse avergonzado de pedir o reclamar algo que nos está perjudicando, eso es lo que sucede en un país democrático. Necesitamos organizaciones fuertes, que levanten la voz y exijan.
