La construcción de una nueva, enorme y moderna estación portuaria, en Malvinas, mereció un importante espacio en un informe de la cadena BBC de Londres.
El trabajo hace referencia a las históricas y persistentes disputas diplomáticas entre Reino Unido y nuestro país por la soberanía de las Islas Malvinas y califica al proyectado puerto de aguas profundas como “un nuevo frente de batalla: la Antártida”.
Señala que esta iniciativa, fundamentada en el deterioro del puerto actual “ha generado el enojo de algunos políticos en Argentina y la preocupación de expertos antárticos en ese país”.
Definida por las ilegítimas autoridades como “uno de los proyectos de capital más grandes de la historia de las islas”, la obra fue adjudicada a la firma británica-neerlandesa BAM Nutall Ltd., y será financiada con créditos por US$85 millones.
El gobierno de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur denunció a la compañía constructora “por operar sin su autorización en esa región sobre la que reclaman soberanía” según la BBC. Consigna, además, el pedido de informes presentado por el senador nacional por fueguino, Pablo Blanco, en relación a esta obra, que tendría “como fin último ampliar el control británico sobre la Antártida”.
Sobre el interés antártico, la prensa británica pone el acento en su extenso informe, al analizar que, con el nuevo puerto, Gran Bretaña y su colonia buscan desplazar a Ushuaia como puerta de ingreso natural al continente blanco.
El trabajo vincula la obra con el vuelo que en febrero trasladó de Hamburgo a la base militar británica de Monte Agradable, a científicos del Instituto Alfred Wegener quienes luego abordaron el rompehielos alemán Polarstern hasta la base antártica Neumayer III. Fue la primera operación aeromarítima de esta envergadura, con capacidad de hacer ida y vuelta a Europa en un plazo de entre 48 y 72 horas.
Ese viaje, sumado al nuevo mega puerto, “son indicios del comienzo de una política agresiva británica para captar clientes entre la comunidad antártica internacional”. La búsqueda de nuevas vías de acceso a la Antártida por parte de las potencias europeas interesadas, en reemplazo de Ushuaia y Punta Arenas (Chile), se debería a que “los puertos sudamericanos se caracterizan por tener trabas administrativas. Además, de un interés, en un mundo globalizado, de reducir los costos del flete”.