Los mercados mundiales están muy alterados, la asunción de Lula en Brasil generó una devaluación del real que amenaza con afectar a la economía argentina. En Estados Unidos la Reserva Federal, entre el 31 de enero y 1 de febrero, aumentará la tasa de corto plazo al 5,0% anual, en Europa el clima cálido hizo descender las cotizaciones del petróleo y el gas, China con una mayor apertura en sus ciudades por la epidemia Covid ha comenzado a tener más actividad y el yuan comenzó a revaluarse. En todos los casos la mayor amenaza mundial es menos actividad económica, altas tasas de interés la inflación debería ceder pero no a los niveles pre pandemia.
En la Argentina el Banco Central se ha beneficiado con el ingreso de dólares del FMI más algunas inversiones de China que llevaron las reservas a los U$S 44.000 millones. En el corto plazo, las reservas van a reacomodarse en la zona de los U$S 40.000 millones, por amortización de deuda al FMI, pago de intereses de bonos soberanos y deuda a los importadores. No hay posibilidad de un nuevo dólar soja, que opera como un adelanto de exportaciones, y la sequía es una amenaza para la liquidez de divisas. El Banco Central le debe a los importadores la friolera de U$S 8.000 millones, si no los paga a su vencimiento en los próximos 180 días, caería en cesación de pagos.
El gobierno salió a renovar las deudas de Tesorería que tenía en el primer trimestre del año, fue una exitosa renovación de deuda, ya que se canjeó el 70% de lo que se pretendía. De dicho total solo el 25% se colocó a febrero del año 2024, el resto fue una renovación de cortísimo plazo que obliga a la Tesorería a ofrecer un nuevo canje de deuda en los meses de marzo y abril.
El principal problema de Argentina es el déficit fiscal, no estamos tomando ninguna medida para reducirlo drásticamente, mientras tengamos déficit fiscal, y no contemos con financiamiento genuino del exterior, estaremos obligados a financiarlo con el mercado interno. Si no alcanza habrá que emitir de alguna forma. Este es el verdadero problema de nuestra economía.
El Banco Central tiene reservas por U$S 44.000 millones, pero los pasivos monetarios son muy elevados, 2 de cada 3 pesos que tiene en el pasivo están colocados a una tasa de interés del 107,0% anual, y esto hace que los pasivos crezcan exponencialmente, lo que acrecienta la posibilidad de un ajuste cambiario durante el año 2023.
Si el gobierno toma como política dejar el tipo de cambio oficial en niveles bajos, para atrasar el tipo de cambio y de esta forma contener la inflación, la consecuencia no deseada de esta medida viene por dos lados. En primer lugar, tendremos menos exportaciones por tener un tipo de cambio poco competitivo. En segundo lugar, la brecha cambiaria será muy elevada. En la actualidad la brecha del dólar MEP con el dólar mayorista está en el 85,0%, mientras que la brecha entre el dólar blue y el mayorista está en el 100%, la brecha entre el dólar Qatar o turista y el dólar mayorista está en el 108,0%. Consideramos que en breve el dólar blue dejará atrás al dólar Qatar o dólar turista.
En el mercado hay muchos que despotrican con quienes hacen proyecciones económicas, en verdad en todos los ámbitos de la vida se hacen proyecciones, que se pueden cumplir o no. Por supuesto que hago permanentemente proyecciones, por ejemplo, nosotros creíamos que el dólar blue o Mep a fin de año estaría en $ 400, algo que no sucedió. El motivo fue un gran ingreso de dólares por dos eventos extraordinarios como ser un dólar soja a $ 200 en septiembre y otro dólar soja a $ 230 en diciembre, lo que le aportó a las arcas del Banco Central la friolera de U$S 11.623 millones. Qué hubiera sucedido si no se hubiera implementado esta medida extraordinaria, seguramente nadie se pondrá a pensar esto, pero sucedió.
Lo importante es que a futuro no tendremos ingresos extraordinarios de dólares, la cosecha de trigo fue un fiasco, se estiman unos 12 millones de toneladas, cuando el año pasado fueron 24 millones de toneladas. En el caso de la soja, la campaña 2021/22 se cosecharon 43,3 millones de toneladas de soja, y para esta cosecha se esperan menos de 35 millones de toneladas. En maíz la campaña 2021/23 fueron 51 millones de toneladas, para esta campaña se esperan 40 millones de toneladas.
Para el año 2023 el ingreso de dólares a las arcas del Banco Central será muy inferior al año 2022, por otro lado, el gobierno ya cobró retenciones anticipadas y con el dólar soja especial aceleró el ingreso de mercadería excedente de campañas anteriores. En resumen, el campo tiene poco para dar, si se implementara un dólar carne podría aportar, con mucha suerte, unos U$S 2.000 millones adicionales, cuando estamos en el desierto, una gota de agua es un montón.
Conclusiones
Llegó el verano y la hora de la verdad, en el año 2023 no hay posibilidad de adelantar ingresos del año 2024 porque pertenecen a otra administración. La sequía dejará con menos dólares el Banco Central y menos recaudación al fisco. No hay por delante un alma caritativa que nos permita acceder a dólares constantes y sonantes para incrementar las reservas en forma genuina. Puede llegar un swap de Brasil, pero no son dólares líquidos, es una cámara compensadora de comercio, a no confundirse. Todos los caminos nos siguen guiando al dólar, ahora con un Estado con pocas posibilidades de tomar medidas extraordinarias y un primer semestre del año en donde la demanda de dinero cae notablemente.