El licenciado en Administración y especialista en Finanzas, Juan Pablo Zambotti, señaló que “los alarmantes números que refleja el índice de inflación son una muestra del fracaso de la política de controles de precios que lleva adelante el Gobierno”.
“Estos controles, las restricciones a las exportaciones y la falta de incentivos a la producción, son algunas de las características de la gestión que encabeza Alberto Fernández”, agregó Zambotti en diálogo con Ser Industria Radio.
Además, afirmó que lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrá un impacto positivo pero que se desvanecerá rápidamente si el Ejecutivo no cambia la política económica.
¿Cuál es tu análisis del presente de la economía argentina?
Definitivamente no hay ninguna señal que indique de que vamos a terminar bien. Todas las medidas que se vienen tomando, indudablemente, están haciendo acelerando un proceso que había empezado lento cuando asumió este Gobierno, pero con la pandemia y la cuarentena, se aceleró drásticamente. El principal problema de la Argentina es que tiene un mal diagnóstico y si diagnósticas mal la enfermedad, vas a usar recetas que no corresponden.
Los servicios públicos están pisados. ¿Se pueden mantener ante los reclamos de las empresas? ¿Cómo van a incidir si aumentan?
Estamos prácticamente con una inflación que este mes sería de un 4%, con tarifas pisadas, precios cuidados y toda la batería de medidas que el Gobierno cree que está tomando para bajar la inflación. Con una economía parada, porque la cuarentena hace que muchísimos negocios hayan cerrados o que no puedan funcionar al 100%. Igualmente, hay una inflación promedio de los últimos meses del 4% o 4,5%, lo cual es un disparate absoluto teniendo en cuenta todas las medidas que mencionaba. Y ojo que la inflación que se está midiendo es la de la canasta. Si te vas un poquito por fuera y hablás con empresarios de rubros no alimenticios, la inflación es absolutamente diferente. Estamos hablando de precios que aumentaron muchísimo más del 30% en lo que va del año.
La inflación de alimentos está bastante pisada porque el Gobierno arma una canasta media “mentirosa” y con todas estas medidas, maquillando y poniéndola linda con el mejor vestido, sigue siendo un desastre. No quiero imaginar si esto se llega a espiralizar un poco más, que creo que es lo que va a terminar pasando en algún momento.
¿Cómo influyen las medidas restrictivas por la pandemia?
Este “toque de queda” tampoco va ayudar a que esas variables mejoren. Por el contrario, va a hacer que se aceleren mucho más. Si había quedado algo en pie el año pasado, sobre todo en algunos rubros particulares, este año me parece que se van a terminar de destruir y eso no va a ser una situación fácil de revertir porque no es que se destruye empleo y hay un rebote como quizás hubo en otros países. Acá los rebotes son cada vez más complejos.
¿Por qué?
Hay que tener en cuenta que el Gobierno “ayuda” a las personas dando subsidios y beneficios que después no puede sacar. Pasamos de no tener planes sociales a tener 10 millones, lo cual es un disparate. Hay gente que lleva 20 años cobrando planes. Es una estructura muy difícil de desarmar y se está acelerando y potenciando con la cuarentena en muchos aspectos. El Gobierno no sabe otra manera de gobernar que dando más subsidios por todos lados pero que llevan a un único y específico resultado que es más controles, porque no hay soluciones mágicas.
¿No hay ningún resultado positivo en estas políticas de controles que aplica el Frente de Todos?
Un ejemplo claro es la Ley de Alquileres. Ahí se representa el daño que puede hacer un Estado tratando de controlar. Se hizo la ley pensando que se iba a beneficiar tanto a los inquilinos como a los propietarios de los inmuebles y pasó absolutamente lo contrario. Hoy los alquileres están aumentando por encima de la inflación, no hay oferta y muchos inmuebles dejaron de alquilarse para ponerlos en venta, lo cual hizo que los precios de las propiedades también bajaran. Destruyeron dos mercados con un control, con una ley que venía a ayudar, a meterse en una negociación que antes era libre. Ese es el daño que puede llegar a hacer el Estado. Ahora la mejor manera de solucionarlo es desarmar la ley, decir ‘nos equivocamos’, eso sería lo lógico. En cualquier país, si una ley no funciona, la derogan. Pero aquí no. Ahora están pensando en qué otros controles pueden inventar y para eso el argentino tiene mucha imaginación.
Seguramente pongan un impuesto a la propiedad ociosa o alguna pavada de esas para seguir metiendo presión y control que van a terminar en más controles porque la gente encuentra la forma de saltar esos controles y después es el control del control y se crean organismos y ya tenés 800 mil organismos para controlar y no controlan nada.
¿Habría que subsidiar la producción en lugar de la desocupación?
Eso es lo que hace cualquier país normal pero definitivamente lejos estamos de ser un país normal. Si sacás los controles o las bajas a las retenciones el sector agropecuario duplica en un año la producción. Lo que hay que generar son incentivos a los sectores productivos, no a los improductivos. Acá se le da un bono de 15 mil pesos a alguien que no hace nada y no se paga a los médicos, que son los que le están salvando la vida a la gente. Un despropósito por donde se lo mire. El mundo subsidia y ayuda al que produce, eso derrama al que no produce, genera empleo, movimiento y recaudación de impuestos. El país crece, recauda más porque está cobrando un porcentaje menor de impuestos, pero sobre un volumen más grande que es lo que este gobierno no entiende y no lo va a entender nunca.
¿Los precios internacionales de las materias primas cuánto influyen en los niveles de inflación que tenemos?
Si los commodities no tuvieran estos precios, este gobierno ya estaría terminado. Definitivamente la soja debe ser peronista porque la verdad no se puede creer los valores que hoy tienen los commodities y sobre todo la soja que es el principal que exportamos. Estamos en valores, no récord como los que tuvo Cristina Kirchner a más de US$ 600, pero si arriba de los US$ 550. Entonces, si tu principal fuente de ingresos en dólares es la soja y a casi precio récord, pero tenés todo controlado y no podés parar la inflación ni generar reservas genuinas, definitivamente estas chocando una calesita.
Si estamos con vida y tenemos la cabeza fuera del barro es porque los commodities tienen estos precios y los productores del agro están liquidando porque necesitan hacerse de efectivo para la próxima cosecha. Pero eventualmente esto se va a terminar y prácticamente el Gobierno usó las reservas para hacer el jueguito del dólar MEP y permitir a los grandes fondos sacar las acreencias en dólares que tenían. El viento de cola que viene de afuera por el tema de los commodities, este Gobierno lo despilfarra de manera absurda.
¿Hay una relación efectiva entre cerrar las exportaciones de carne y la baja del precio interno?
Eso lo que va a hacer exactamente es todo lo contrario, subirlo. Es el mismo concepto que la ley de alquileres. Cuando el Gobierno no deje exportar, el primer año probablemente el precio de la carne en algunos cortes baje, sobre todo los que el argentino no consume que generalmente son los que se exportan. Pero ya dentro de un año o un año y medio no va a haber carne, porque estás generando desincentivos para el productor que tiene que hacer un animal desde cero, darle de comer, cuidarlo y no le van a cerrar los números. No entiendo qué quiere hacer el Gobierno. Estas son recetas que fallaron en el mundo desde hace 200 años. Los únicos países en el mundo que aplican estas recetas debemos ser Venezuela y nosotros. Está estudiado, se sabe que los controles de precios y toda esta maraña de medidas de eliminar las exportaciones es pan hoy y hambre para mañana. Dentro de un año y medio tenés el problema agravado por dos, porque no va a haber carne. ¿Van a ir a los campos a matar las vacas de los chacareros? Es ridícula la situación que plantean y las medidas que toman. La verdad es que los funcionarios que hoy están a cargo de los ministerios son bastantes limitados.
Si hoy la industria incrementa su actividad. ¿Cuenta con los dólares para importar los insumos que necesita para producir?
No. Ahora se genera el cuello de botella porque como no hay dólares o hay pocos y hay que administrarlos. ¿Cómo los administran? No gastándolos y cortando las importaciones a dedo como siempre pasa. Esto empieza a generar distorsiones en las cosas que entran y eso obviamente repercute directamente en los precios, porque la persona que importa un producto, si no lo puede hacer al dólar oficial, lo importa al dólar MEP y se lo carga al precio del producto. Los dólares para importar siempre van a existir porque tenés el MEP, el blue inclusive. Quien quiere importar y lo necesita, va a pagar lo que sea. El dólar blue que lo venían pisando, venía tranquilo, parece que se despertó y es otra señal. El MEP también. Son señales de fatiga.
Los controles generan resultados de corto plazo, pero cuando esa medida deja de tener efecto se genera completamente lo inverso y de manera mucho más exponencial. Entonces el resultado en mediano plazo termina siendo mucho peor.
¿La suba del dólar blue es una reacción negativa del mercado?
Ponele que para el Gobierno es un mercado marginal pero siempre lo está mirando. El dólar oficial con los impuestos lo tenés en $160. Que el blue estuviera en $140 era un regalo. Pero indudablemente, en ese mercado había mucha oferta de dólares. Sobre todo de empresas y personas que están vendiendo para subsistir, pagar impuestos o cosas que en el 2020 compraron para cubrirse. Hay que tener en cuenta que los ingresos en dólares de los argentinos bajaron de manera drástica en los últimos dos años. Entonces una persona que tiene gastos medios dolarizados tiene que salir a vender sus ahorros para seguir manteniendo su nivel de vida.
¿Creés que la negociación con el FMI se va a cerrar después de las elecciones?
Obviamente que es mejor tener un acuerdo que no tenerlo, pero indudablemente el FMI no tiene muchas opciones porque el préstamo que dio fue muy irregular. No estaban dadas las condiciones para que Argentina lo recibiera y se lo dieron. Por lo tanto, hay una responsabilidad manifiesta del Fondo. Esos montos eran impagables en ese momento y ahora lo son mucho más. Por lo tanto, el poder de negociación que tiene hoy la Argentina es muy grande, simplemente se tiene que sentar a negociar y poner algunos plazos razonables. Es la negociación más fácil de todas. Creo que el Gobierno está guardando una “bala de plata” y estirando la situación lo más que pueda para que el efecto de una negociación exitosa le sirva para algo.
¿Qué consecuencias puede tener para la economía local?
En este contexto de pandemia no le generaría ningún efecto positivo. Además, le generaría un efecto negativo, a nivel de sus electores, salir a decir que cerraron con el Fondo. Entonces lo dejan para después de las elecciones y que sea lo que Dios quiera. Pero si se llega a complicar mucho más la situación económica, van a tener que sentarse urgente a negociar con el FMI para tener algo de oxígeno. De todas formas, ya nadie le cree a la Argentina en absolutamente nada. Los precios de los bonos que se reestructuraron hace un año tienen peores precios que los que tenían antes del default.
Los empresarios e inversionistas están saliendo de Argentina porque ven adónde va el Gobierno y tenés un ministro de Economía que dice que cuando el mercado falla, el Estado tiene que intervenir… eso lleva a que el empresario cierre todo y se vaya lo antes posible porque siente que esto va a terminar mal.