Lo afirmó Pablo Martínez, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, provincia de Córdoba, a Ser Industria Radio. El dirigente sostuvo además que, si existieran reglas claras, el campo argentino podría duplicar su producción en corto tiempo, alcanzando 200 millones de toneladas.
Tras expresar que los productores “están molestos” por la sucesión de medidas que le quitan previsibilidad a la actividad, señaló que el flamante Fondo de Estabilización del Trigo, “no sirve porque no hay plan. Ese fondo es de uso político, para la creación de puestos estatales. La bronca del conjunto de los sectores productivos es porque va todo a una caja negra que no para nunca de crecer”.
En el mismo contexto aseguró que “desde la siembra para acá nos cambiaron 3 o 4 veces las reglas” y que “entre los precios de los insumos, de los fertilizantes y las pocas reglas claras que hay, no se va a sembrar casi nada de trigo y va a ser muy baja la campaña”.
En la semana hubo una movilización importante de productores en Sinsacate. ¿Cómo describiría lo que están sintiendo?
Así es, se hizo una asamblea donde empezó en 2008 la 125, un lugar icónico para nosotros desde aquel tiempo. Lamentablemente luego de aquella movilización no mantuvimos el esfuerzo como en ese momento. Tendríamos que haber estado más involucrados. Hoy el productor agropecuario está desmotivado por las medidas que están tomando, porque siempre se ataca al agro y aparte de eso, se lo busca también como salvador. Se lo busca para producir, para saquearlo, para que, con una mentira atroz, este tipo de gobierno le diga a la población que es culpable de los males de la suba de precios, entonces hay que aumentar retenciones y seguir esquilmando a un sector tan productivo como el agropecuario.
¿Cómo recibieron la suspensión de exportaciones de aceite y harina de soja y luego la modificación de las retenciones?
Es otra traba más. Primero cerraron las exportaciones, perdiendo precios internacionales de venta e ingresos de dólares…desde el vamos es una locura. Y después esta suba de dos puntos de las retenciones. La soja esta semana, fuera de una pequeña baja que tuvo afuera, en el mercado interno bajó casi 50. Esto repercute en el bolsillo del productor directamente, aunque el gobierno lo niegue.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, informó que este año, a raíz del factor climático disminuirá el rendimiento del agro. ¿Coinciden con este concepto?
Si. Los cultivos de primera o sembrado entre fin de octubre o noviembre, un poquito más tarde que en la zona núcleo, han sido bastante afectados por la seca que tuvimos entre fines de diciembre y enero. No sé el porcentaje, pero sí que mermó la producción. Después, lo que es segunda, anduvo bastante bien. En la zona norte, que no es lo mismo que zona núcleo, ha llovido desde fin de febrero y marzo. Han andado bien y van a estar mejor. Pero la merma de producción no va a ser como los años buenos que hemos tenido acá en el norte. Seguramente será del 20%.
Es un porcentaje importante…
Es muy significativo. Nosotros estamos en una zona semiárida. El uso de la tecnología agropecuaria, que todos los años avanza y de la genética productiva, ha beneficiado altamente a todas las provincias de acá al norte, Santiago, Salta, Chaco y las producciones de soja, maíz, choclo y otros cultivos. Esto ha llevado a que muchos campos abandonados, sin tanto desarrollo, ahora sean productivos y aumente la producción nacional. Pero en años duros, como este verano que tuvimos, se ve mermado y se ve el efecto de la zona semiárida.
¿En qué medida los afectaron los incendios que se generalizaron el último año?
Aquí no fueron tan graves como en Corrientes. El año pasado sí, sufrimos uno grande. En el 2020 empezaron en septiembre y se quemaron 350 mil hectáreas. En el 2021 fueron 80 mil hectáreas y no afectaron las zonas productivas agrícolas sino un poco más de sierra, la sierra chica y zonas ganaderas, donde no se puede entrar a cuadrar los montes, para achicar un poquito los bosques. Le pedimos al gobierno de Córdoba una discusión que estamos teniendo seguido y llevando propuestas. No quieren que toquemos ningún árbol y nosotros les pedimos dejarnos cuadrar para que no se quemen y cuidar los bosques. Si no, se prenden fuego y se queman 300 mil hectáreas, sucede prácticamente seguido.
¿Se avanzó en materia de prevención?
Estamos avanzando. Se creó el Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC). Trabajamos, pero como todo lo del gobierno, no viene a la velocidad de los privados. Está toda la burocracia donde se cuida más un voto y el qué dirán, que lo que tendríamos que hacer. Hay que poner en la balanza los puntos, pero nosotros desearíamos más celeridad en todo esto.
Volviendo a las asambleas. ¿Resolvieron alguna medida de acción directa?
Si. El punto principal que se espera desde el sector es el cese de comercialización de cereales y oleaginosas lo más pronto posible. Lo trasladamos como una propuesta para todo el país. No queremos perjudicar a otros sectores, desabastecer, ni nada por el estilo. Por eso hablamos de cereales y oleaginosas, no de carne vacuna, de cerdo, ni avícola. Por otro lado, una movilización grande al Congreso, con la Mesa de Enlace. Queremos demostrar el descontento del agro.
¿Cómo manejan la presión tributaria y el desdoblamiento cambiario?
Son dos puntos claves. Hoy la presión tributaria al agro, entre desdoblamiento cambiario, retenciones y otros impuestos, está cercana al 70% de la producción. Con el otro 30% tenemos que mantener todos los gastos, la administración de los campos, más la producción. Estamos muy ajustados, toda la renta se la lleva el gobierno unitario central que tenemos.
Estudiaron que sucedería si las retenciones fueran menores o no aumentaran. ¿Cuál es la conclusión?
Si tuviéramos reglas claras y las retenciones fueran menores, en Argentina tenemos capacidad de producir en corto tiempo 200 millones de toneladas en vez de 100, 120 o 140. Hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que la producción crezca. No con más impuestos, sino bajándolos, porque la producción va a dar la diferencia. Por otro lado, crearon este fondo del 2%, que son alrededor de 350 millones de dólares, para estabilizar el precio del pan, cuando usando el 12% de retenciones de la exportación, que es lo que nos retienen a nosotros, podrían bajar un 33% del valor de ese alimento en el mercado. Entonces, ahí te das cuenta que la avaricia es tan grande que se crean otros fondos que no van a bajar la harina, van a ir a negocios con amigos, a dedo, con algunos molinos para que pongan una harina un poco más barata en el mercado. Pero en el interior del país va a seguir estando al mismo precio. Como pasó con la carne, que en el conurbano tiene un precio y no le dejan exportar a los frigoríficos y en todo el interior esos valores no se consiguen. No es una política de estado. Es para el conurbano y los votos de ellos. Es difícil trabajar de esa forma. Es increíble la voracidad del Estado, no sólo de este gobierno. El anterior dio un poco más de institucionalidad, pero cuando necesitó la plata dejó de bajar retenciones. Nosotros pedimos reglas claras, un plan a 30 años. No podemos tener un plan cada cuatro años o seis meses. Desde la siembra para acá nos cambiaron 3 o 4 veces las reglas. Entre los precios de los insumos, de los fertilizantes y las pocas reglas claras que hay, no se va a sembrar casi nada de trigo y va a ser muy baja la campaña.
¿Entonces no suma la creación del “Fondo de Estabilización del Trigo”?
No sirve porque no hay plan. ¿Qué pasa si baja el trigo? No van a bajar las retenciones. Ese fondo es de uso político, para la creación de puestos estatales. La bronca del conjunto de los sectores productivos es porque va todo a una caja negra que no para nunca de crecer. Por eso las Sociedades Rurales de Jesús María, Río Cuarto, Villa María y la de General Cabrera metimos recursos de amparo en contra de las retenciones porque creemos hoy no deberían estar, por la caída del presupuesto que se rechazó a fin de año. Le dieron lugar al recurso. Seguramente esto terminará en la Justicia Federal y más arriba y llevará su tiempo.