Con una trayectoria de más de un siglo, PCR se destaca como la primera empresa privada petrolera en Argentina, adquirida en 1978 por las familias Brandi y Cavallo. Posteriormente, se expandió hacia el sector del cemento y en 2016 incursionó en el prometedor campo de las energías renovables.
En sintonía con las tendencias mundiales, en las que las compañías se encaminan hacia una producción responsable con el medio ambiente, PCR decidió ser parte de este movimiento y elaboró su primer Reporte de Sustentabilidad. El informe, repasa su gestión económica, social, ambiental y de gobernanza corporativa de 2022.
Lucas Méndez Tronge, Director de Asuntos Institucionales y Comunicación de PCR, compartió con Ser Industria los principales puntos del documento y explicó cómo la empresa planea cumplir los nuevos objetivos delineados. También se refirió a la situación actual del petróleo convencional y de las energías renovables en el país. Señaló que, en ambos sectores, la falta de infraestructura y los problemas para importar insumos representan obstáculos significativos para avanzar en su desarrollo.
¿Por qué decidieron elaborar este reporte?
La agenda global exige, no solo por una cuestión de responsabilidad, sino también por un tema de financiamiento, determinados estándares de gestión en todas las dimensiones, ya sea social, ambiental, de negocios, compliance o gobierno. Ante eso, el actual equipo de management, que es tercera generación de las familias accionistas, decidió involucrarse en ese proceso. Como primera fase es tener una política de sustentabilidad que marque el campo de acción de la organización. También hicimos talleres para definir cuáles son nuestros temas estratégicos y relevantes de cara, no solo para el negocio, sino para el desarrollo de toda la organización en adelante teniendo en cuenta los lineamientos de Naciones Unidas.
¿Cómo piensan mejorar los resultados que registra el informe?
El reporte, establecido en el marco de la Global Reporting Initiative, es una guía que nos orienta sobre las preguntas que debemos hacernos y nos ayuda a desarrollar las actividades actuales. También plantea los desafíos que tenemos para adelante, qué cosas mejorar. Cada año, al hacer este mismo ejercicio, iremos estableciendo metas. En el caso del PCR, claramente tenemos que trabajar en un sistema de gestión integral de las cuestiones ambientales. Como tenemos tres unidades de negocios, hay bastante disparidad en una actividad nueva, como es la energía renovable versus la industria del cemento. Tenemos que tratar de alinear y tener un mismo sistema de gestión, donde midamos las mismas cosas y tengamos un estándar parejo. Ese es uno de los temas principales.
¿El reporte presenta desafíos también el aspecto social?
Los objetivos en ese caso, tienen que ver con tener una mayor penetración en las áreas de influencia en cuestiones de relacionamiento estratégico con lo que son los agentes de interés. La cadena de valor, los proveedores, con los gobiernos locales, municipales, el trabajo que se hace con las organizaciones de la sociedad civil. Ahí claramente, tenemos que establecer un plan y ver desde dónde debe contribuir la compañía. Obviamente, más allá de pagar los impuestos y todo lo que tiene que ver con el gobierno de una organización que está en proceso de internacionalización. También estamos en Ecuador y explorando proyectos en Estados Unidos. Al estar en otros mercados, también empiezan a haber estándares y compromisos de un nivel más elevado.
En este proceso, necesitan que los proveedores se vuelvan más sostenibles. ¿Los van a acompañar en ese camino?
Ese es uno de los desafíos que nos estamos poniendo. Porque para que sean proveedores de PCR, deben tener el estándar de gestión que necesitamos de cara a nuestros clientes. Tenemos que asegurarnos que, efectivamente, hagan las cosas con el estándar que requerimos para que sean nuestros socios. Además, como compañía, necesitamos que se desarrollen y crezcan a la misma velocidad. No que estén en un nivel más abajo, porque eso, de alguna manera, los puede transformar en un obstáculo para el desarrollo.
En el informe hablan de mejores prácticas de gestión sustentables en petróleo, gas y cemento. ¿Podrías mencionar algunas?
En temas de cemento, tenemos dos plantas. Una en Comodoro Rivadavia y otra en Pico Truncado, que es más nueva, del año 2008, donde se hizo de cero. Se construyó de acuerdo a los estándares de dimensiones, espacios para gestión de residuos, para la correcta circulación de camiones. Ahí lo que hay que atender son cuestiones laborales y de seguridad. En cambio, en Comodoro, tenemos desafíos en términos incluso hasta de infraestructura. Además. está el tema de emisiones. Las dos plantas hicieron contratos para que el 30% de su energía sea renovable. Después tenemos para el venteo de gas natural un proyecto de radicación para que las emisiones no vayan a la atmósfera, sino que le agregamos valor. De alguna manera es economía circular, porque, ese recurso que se desperdiciaba, ahora se usa para generar energía para los equipos de bombeo y almacenamiento de petróleo crudo.
¿Las complicaciones para importar insumos y servicios, afectan los objetivos de sustentabilidad?
Sí, generan limitaciones. Estamos terminando de construir tres parques eólicos. Por los problemas que tenemos para importar, no llegaban repuestos, los aerogeneradores… los barcos estaban esperando en la terminal, no podían sacar los equipos que terminan quedando tirados. No solo nos pasó a nosotros, sino que a la industria en general. Todo eso va generando dificultades, los proyectos terminan saliendo más caros, más ineficientes y eso es un obstáculo. Tuvimos mucho diálogo con las autoridades y dentro de todo, vamos a terminar estos tres parques. Las restricciones siempre son un problema, porque además competimos con otros lugares del mundo donde estas dificultades no existen. Por eso, terminan siendo una desventaja competitiva.
¿La falta de infraestructura para la distribución de la energía eléctrica también afecta o condiciona el crecimiento de las renovables?
Ese es un gran tema que estamos empujado desde la Cámara Eólica. Argentina tiene unos recursos eólicos tremendos, el mejor viento del mundo. Pero, si construyo un parque, como no puedo almacenar la energía que genero, necesito estar conectado al sistema interconectado nacional que administra CAMMESA y las líneas de transmisión están al tope de capacidad, por falta de inversión. No están haciendo las obras que se necesitan para seguir creciendo y atender a la demanda, que realmente es creciente. Esa infraestructura, más allá que pueda ayudar los organismos financieros o incluso las empresas interesadas en el desarrollo, lo tiene que dirigir el Estado Nacional. Pero esas demoras son restricciones para que se siga invirtiendo y hacen que no haya atractivo para desarrollar parques que generen más renovables, para que la matriz energética no sea tan dependiente de lo fósil. Hoy se utiliza gasoil para las centrales térmicas que generan electricidad, pero son muy ineficientes. Además, no solo sube el costo de la energía, sino que se generan emisiones. No digo que sea solo eólica o solar, hay que aprovechar todos los recursos que tenemos.
¿Por qué no se avanza con esas obras de infraestructura tan necesarias para el desarrollo de las renovables?
Ya se sabe cuáles son las diez obras que hay que hacer, lo que cuestan, hasta los lugares por donde van a pasar, con los superficiarios acordados, pero no se toma la decisión política de avanzar. Además, estamos con una situación macroeconómica muy complicada, hasta que no se resuelve eso, difícilmente se puede avanzar en estas obras y es un limitante al desarrollo. Es la misma situación que teníamos con el gas natural. Hasta que no se hizo el Gasoducto Néstor Kirchner no había forma de evacuar el gas. Entonces, no se producía, ahora se puede hasta exportar. La misma situación se da para la generación eléctrica. Podríamos exportar energía, pero no hay caño para transportarla. Las mismas restricciones tenemos en el petróleo crudo. Con el gasoil sucede que lo que se vende en el mercado interno está subsidiado a un precio que hace que las refinerías no quieren producir, entonces lo traen de afuera y el Estado Nacional paga una fortuna.
Trabajan con el petróleo convencional. ¿Cómo está la actividad en este auge del no convencional?
Estamos mirando el no convencional también, pero es otro ticket de ingreso. En el convencional todavía hay un montón de oportunidades. De hecho, en febrero de este año adquirimos cinco áreas en Mendoza que son de petróleo. Lo que pasa es que también se requieren condiciones. El no convencional tiene muchas mejores condiciones, son contratos a 35 años, regalías más baratas, con lo cual eso hace un costo de extracción muy bajo. El convencional quedó medio abandonado. Lo que pasa es que Vaca Muerta se llevó todo el interés, pero son complementarios. La realidad es que Argentina necesita aprovechar todos los recursos que pueda poner en valor. Pero de nuevo, el petróleo tiene retenciones, su precio en el mercado interno está pisado, el valor de la nafta no puede subir, todo eso genera limitaciones para que se invierta más.
