El titular de Planificación Federal realizó esa afirmación al celebrarse el Día Nacional de la Energía Atómica y al haberse aprobado esta semana el permiso de operación en la ex central Atucha ll, bautizada con el nombre de “Néstor Kirchner”.
De Vido destacó en una nota publicada en el diario Tiempo Argentino que “es fundamental que ante la alternancia constitucional que se producirá el año que viene” todos los sectores de la sociedad estén “convencidos que para desarrollarse nuestro país debe profundizar este proceso de reindustrialización, y exijan a los candidatos definiciones claras sobre qué piensan hacer en la materia”.
De Vido reseñó las acciones que debió encarar el Gobierno Nacional desde la asunción de Néstor Kirchner para recuperar esta industria y las comparó con la visión del ex presidente Juan Domingo Perón.
De Vido recordó que “la central Atucha II comenzó a construirse entre 1980 y 1982, avanzando muy lentamente con el retorno de la democracia producto de la volátil situación económica que vivía el país y la falta de decisión y visión estratégica de Jorge Lapeña en el área energética durante gran parte del gobierno de Alfonsín, que concluyó con los recordados cortes programados de electricidad”.
Evaluó cómo con las políticas neoliberales de los `90 “en 1994 se paralizó definitivamente” dejando en la calle a “más de 3 mil personas” con lo que “parecía morir definitivamente el sueño de soberanía, tecnología y desarrollo con el que Perón había creado la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950”.
“Al igual que Perón, Néstor Kirchner supo desde el inicio de su gestión y por eso lo incluyó en el Plan Energético Nacional de 2004, que la Argentina debía retomar el desarrollo nuclear con fines pacíficos”, y “en 2006 anunció el Plan de Reactivación” para “terminar la central Atucha II”.
“Por un lado teníamos la obra civil con un gran avance y por el otro todos los componentes nucleares desarmados en carpas. Sólo contábamos con los planos y con los pocos técnicos que quedaban de la época en que estaban en marcha las obras”, recordó.
Y valoró que “si entre 1994 y 2006 el material de la central” pudo “conservarse” fue gracias “a los trabajadores”.
“Desde 2006, el Estado Nacional invirtió 14 mil millones de pesos para concluir la central, de los cuales el 88% corresponde a componentes fabricados en nuestro país. Se ejecutaron 42 millones de horas hombre con una dotación de 6 mil personas en promedio, con un pico de 7200 en agosto de 2010”, enumeró De Vido.
Reseñó que “debieron reconvocarse a 800 especialistas que se habían alejado por el desmantelamiento del sector y se formaron 187 jóvenes profesionales, 242 técnicos y 1300 soldadores nucleares, además se certificaron 30 empresas nacionales como proveedoras del área nuclear”.
“En 2011 se anunció la conclusión de las obras de montaje y se iniciaron las pruebas de los 566 subsistemas de la central, para luego verificar el funcionamiento de cada sector. Este proceso culminó con el inicio de la carga de agua pesada para poner en funcionamiento el reactor, producir vapor y generar energía eléctrica”, dijo.
En la misma línea evaluó que “la decisión del Congreso Nacional de denominar Juan Domingo Perón a Atucha I y Néstor Kirchner a Atucha II no podría haber sido más acertada, dado que ambos tomaron decisiones fundamentales en el desarrollo nuclear argentino y del sector energético”.
“Perón creó la CNEA en 1950 con una visión de estadista” mientras que “Kirchner tomó la decisión estratégica de reactivarlo con la certeza de que no existe un destino de soberanía posible si no se cuenta con tecnología propia en los ámbitos fundamentales”.
“Tanto Perón como Kirchner fueron clave en los hitos fundamentales del sector nuclear” y “de la misma manera, Perón creó también en 1950 Aerolíneas Argentinas, que fue recuperada en 2008 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que continúa y profundiza las políticas iniciadas por Kirchner en 2003, al igual que Yacyretá, cuyo tratado fue firmado por Perón en 1973 y su finalización en la cota definitiva fue lograda por la presidenta en 2011”, analizó De Vido.
“El sector nuclear está de pie y tiene futuro: la cuarta central nuclear argentina, próxima a iniciarse también en el Complejo Nuclear Atucha con fuerte participación de la tecnología nacional o el Reactor de Potencia CAREM, el primero diseñado íntegramente en nuestro país que ya empezó a construirse, son dos pruebas cabales”, finalizó.