Los dirigentes políticos y legisladores que se precien de tales, deben tener una necesaria doble visión: la de la inmediatez y otra estratégica.
La primera es prioritaria para acceder a satisfacción urgente de demandas básicas y para ello hay que tener un programa de contingencia o acudir a recursos disponibles o de reserva, necesarios para estos casos.
La acción del buen político se complementa con la otra visión, la estratégica, que permitirá que, con el tiempo y un buen trabajo, ya no se necesite andar desesperado por el día a día y se puedan administrar los frutos de un crecimiento que genere riqueza y recursos para todos y todas.
Allí es donde empieza el desafío histórico que, para el sur bonaerense, la realización de un programa estratégico de recuperación económica, con una propuesta integral y la conformación de una oferta exportable con valor agregado.
En buen romance, esto significa incrementar el trabajo argentino en origen, destacando la producción regional y utilizando las ventajas comparativas que nos promueven competitividad a través de la materia prima.
Aquí es donde juegan el litio en el norte argentino, la soja y otros “commodities” en la denominada “zona núcleo” de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Mendoza.
Específicamente, para nuestro sur bonaerense la propuesta de desarrollo integral se hace obligatoria con el gran avance del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner y la posibilidad de dotar de infraestructura a la región para, simultáneamente, exportar gas y petróleo no convencional a través del puerto de Bahía Blanca.
Desde Vaca Muerta hasta Bahía Blanca, pasando por Salliqueló, donde también es clave Coronel Rosales, se está presentando un sendero virtuoso de crecimiento con inclusión, ayudando a la industrialización de calidad del país y derramando riqueza genuina para invertir en educación, ciencia y tecnología de punta.
Y también integramos a este escenario a todo el conjunto de distritos de la sexta sección y su producción agrícola al sur de Bahía Blanca, o el potencial triguero del sudoeste y con vinos bonaerenses de alta calidad de exportación, así como también el potencial turístico enorme de muchos municipios.
Debemos ir por ese sendero. Lo cierto es que, si seguimos así, y con la mayoría de la dirigencia política con los brazos caídos, estaremos condenando a futuras generaciones a la marginación y a nuestro país al deterioro que actualmente estamos padeciendo. Recordemos un presente preocupante, con el 50% de los chicos que están por debajo de la línea pobreza y que no van a estudiar a las escuelas
Como veníamos señalando, el sur de la provincia de Buenos Aires tiene ventajas comparativas. Tenemos puertos de aguas profundas, que hoy lamentablemente se utilizan para hacer fiestas y recitales y no para implementar polos y programas de desarrollo productivo en la región.
El desarrollo productivo y de infraestructura permitiría que los habitantes de las ciudades de menos de 30.000 habitantes, en vez de pensar en irse a los conglomerados del conurbano, se queden en sus ciudades y contribuyan, a través del trabajo, al desarrollo económico de la región, dotando a esas ciudades de una mayor sustentabilidad económica.
Como señalábamos, el sur de la provincia de Buenos Aires tiene ciudades intermedias como Tres Arroyos, Coronel Suárez, Punta Alta. Es más, tenemos importantes ciudades como Bahía Blanca que necesitan estar en la agenda productiva de los próximos 20 años. Y para eso hay que construir un modelo de producción y de trabajo que solamente hoy el peronismo auténtico de Guillermo Moreno está proponiendo.
Si no se toma la decisión histórica del desarrollo productivo, estaremos condenados a la apatía y a la antología del horror social en un presente que no tiene un piloto automático para un crecimiento espontáneo.
En este presente tan complicado, todo el mundo habla de la venta, todo el mundo habla del turismo y lo cierto es que no hay más plata. Toda la plata la tiene el gobierno y lo que está haciendo es tirarla a la calle con la misma cantidad de productos. Por consiguiente, tenemos inflación por demanda.
Es a partir de acciones sin sentido estratégico, sin rumbo, que la gente incremento su desconfianza en el gobierno, en sus políticas económicas, que se ven reflejadas en el peso de la moneda nacional, que está destruyéndose día a día.
Es por eso que hoy no hay inversión, no hay creación de nuevos puestos de trabajo, no hay expectativa de contratación de nuevos trabajadores.
Cabe destacar que en la última encuesta de expectativas neta de empleo que se hizo en la Argentina, nuestro país figura último con un 6%.
Esta es la difícil realidad que el gobierno quiere tapar con anuncios que van a ser implementados el año que viene o con préstamos para jubilados que van a ser instrumentados después de las PASO, con bombos y platillos, con más pan y circo
La realidad nos está marcando que tenemos que volver a tomar el rumbo de la producción y el trabajo al mejor estilo del peronismo y nosotros creemos que Guillermo Moreno y todos nosotros con nuestra experiencia y decisión, podemos colaborar con su plan estratégico y lograr un desarrollo histórico para el gran sur bonaerense y para todo el país.