En diciembre de 2015, en el marco de la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático, 195 países firmaron el Acuerdo de París, comprometiéndose a realizar los esfuerzos necesarios para revertir el curso del calentamiento global.
Debido a la incidencia del transporte en la emisión de gases de efecto invernadero, Ser Industria Radio dialogó con Alejandro Gottig, consultor senior para organismos internacionales y Coordinador del Curso de movilidad eléctrica de la Universidad de Buenos Aires, quien trazó un panorama global sobre esta problemática.
El especialista destacó que, mientras la mayoría de los habitantes del planeta no ha tomado conciencia del cambio climático, “es el principal riesgo que enfrenta la humanidad para su supervivencia”.
Indicó además que “actualmente 1.500 millones de vehículos componen el parque automotor mundial y de ellos sólo 20 millones son eléctricos”. Precisó que el transporte “es el sector que más ha crecido en generación de emisiones en las últimas cuatro décadas” y reveló importantes novedades acerca de los autos eléctricos.
A casi siete años de la firma del Acuerdo de París, el cambio climático causa cada vez más perjuicios. ¿Los gobiernos no asumieron el compromiso que firmaron?
El cambio climático es un problema global que nos está afectando a todos. Tiene que ver con las emisiones de gases de efecto invernadero que provienen principalmente de la combustión de combustibles fósiles y eso está haciendo aumentar la temperatura media del planeta, a límites bastantes riesgosos que no se conocían en Eras anteriores y está generando una serie eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes. El Acuerdo de París, es un compromiso de todas las partes, tanto de los Estados como del sector privado, para tratar de suscribir objetivos y esfuerzos en común para al 2050, que es la principal meta para no generar más gases de efecto invernadero y ser carbono neutral.
¿Los incendios que vemos en todo el mundo, tienen que ver con el calentamiento global?
El origen, en general, tiene mucho que ver con las sequías. Los eventos climáticos extremos que se están viendo de manera más frecuente son inundaciones y sequías, como la bajante del río Paraná que tuvimos meses atrás. En otras zonas son ciclones, huracanes, granizo. El aumento de la temperatura media del planeta también va haciendo que se derritan los Polos y eso está aumentando el nivel del mar. Por ejemplo, hay algo que no vemos cerca, pero en Oceanía y el Pacifico, muchísimas islas van a ser tapadas por el agua directamente, lo que va a generar miles de refugiados climáticos. Creo que es el principal riesgo que enfrenta la humanidad para su supervivencia en este siglo.
¿Podríamos decir que la mayoría de la humanidad no lo advierte?
Como humanidad, creo que estamos en un momento donde las cosas se empiezan a visualizar cuando afectan lo económico. El cambio climático tiene impacto en los ecosistemas y en la forma en que desarrollamos nuestra vida. Ahora empieza a tener un impacto mucho más directo en el desarrollo humano y económico y es donde se empieza a hacer más visible. Cuando grandes áreas de un país se quedan sin energía eléctrica, como está pasando en China porque las represas no tienen agua o cuando vemos las inundaciones en Europa. Son situaciones que nunca hubiéramos imaginado. Ahí quizás se nos hace más evidente, cuando toca nuestra puerta.
¿Qué representa el sector del transporte en el conjunto de las emisiones?
En cuanto a los gases de efecto invernadero, el transporte representa aproximadamente un cuarto de las emisiones globales. El resto está bastante focalizado en el tema generación de energía. En Argentina, el 70% de la energía eléctrica se produce con turbinas de gas. En otras partes del mundo se recurre todavía muchísimo al carbón, que es la forma más contaminante de generación de energía. Volviendo al tema del transporte, podemos decir que es el sector que más ha crecido en generación de emisiones en las últimas cuatro décadas.
Argentina no tiene ley de electromovilidad y el ministerio de Transporte lanzó un plan para impulsar la transición energética del sector. ¿Se puede llevar a cabo sin un marco regulatorio?
Los compromisos internacionales hablan de reducción de emisiones y los países presentan planes que tienen que ver con los diversos sectores de las actividades que las generan. En cuanto al transporte, puede haber diversas tecnologías. Una de las formas, en el corto plazo, es la transición a una movilidad de menos emisiones que la de diésel, como es la de GNC o la de biocombustibles. Otra puede ser pasar a movilidad eléctrica, que es mejor aún porque es “cero” emisiones, aunque en realidad, las emisiones de los vehículos eléctricos están también relacionadas a cuánto genera la matriz energética. Argentina, tiene un 70% de generación con turbinas de gas. Eso es muchísimo más eficiente que estar quemando nafta o diésel en un motor de combustión que genera muchas más emisiones. Ahí hay una explicación más física, que tiene que ver con la termodinámica, donde la eficiencia de los motores de combustión es muy baja.
¿Qué cantidad de autos eléctricos hay en el mundo?
Actualmente 1.500 millones de vehículos componen el parque automotor mundial. De ellos, 20 millones son eléctricos. Los modelos más viejos que circulan en el mercado, puramente eléctricos o híbridos, arrancaron en 2010, aproximadamente. Unos 10 millones están en China y después la mayor parte en Europa y Estados Unidos. Hay un poco más de 100 mil en Latinoamérica.
¿Cómo se posiciona Argentina?
Estamos un poco rezagados respecto del resto de Latinoamérica. Hay unos 5 mil vehículos eléctricos, si contabilizamos también los híbridos, que se dividen en dos categorías. Una de ellas, técnicamente tiene un motor de combustión tradicional al cual se agrega un pequeño motor eléctrico que lo ayuda en determinadas situaciones. Ese motor eléctrico se alimenta con la energía que se regenera, por ejemplo, en las frenadas y ayuda al motor a consumir mucho menos combustible, disminuyendo las emisiones. También existen híbridos enchufables, que son muchos más eficientes porque tienen una batería más grande que se puede cargar directamente desde la red eléctrica. Pueden circular con “cero” emisiones funcionando sólo con el motor eléctrico. Suelen dar para una autonomía de 30 a 40 kilómetros, que es lo que habitualmente se recorre en un día.
Pero Argentina produce autos eléctricos…
Tenemos que hacer una gran diferenciación entre los países que producen vehículos y lo que no. Argentina, Brasil y México, son los productores de vehículos en la región, ahora también Colombia está produciendo algunos modelos. Tal vez en países donde no se producen vehículos, la introducción está siendo más rápida y eso tiene que ver con que, de algún modo, los países quieren proteger sus industrias de producción de vehículos. La introducción de movilidad eléctrica, no está siendo tan rápida porque hay que ver como se armoniza, para no perder la producción local ni las fuentes de trabajo. Los vehículos eléctricos que se producen en Argentina, están en la escala de los muy pequeños, de uso muy urbano. Son un poquito más chicos que los “city cars” y las automotrices grandes tradicionales, todavía no están produciendo ningún modelo localmente. Es un nuevo segmento, un tipo de vehículo al que no estamos muy acostumbrados pero que tiene mucho futuro. En otras partes del mundo, como China, se usa muchísimo.
En la situación económica que atraviesa Argentina, son casi inaccesibles…
Todavía son un poco más caros porque estamos en el primer estadio, sigue siendo una “tecnología relativamente nueva”, aunque existen desde hace más de 100 años. Al principio de 1900, en Estados Unidos había más vehículos eléctricos que de combustión, pero las baterías eran tremendamente pesadas, costosas y el motor de combustión fue adoptado por la producción en serie. Principalmente Henry Ford, fue quien logró masificar la producción de vehículos. Adoptó el motor de combustión porque había una red de abastecimiento de energía mucho más consolidada y quedó rezagado el vehículo eléctrico. Las tecnologías actuales han logrado llevarlo a un costo que ya empieza a ser accesible, aunque antes de masificarse, mantiene un costo alto. En la medida en que se vaya masificando, el precio irá bajando. Se espera que entre 2026/2028, los mercados más avanzados van a ofrecer vehículos eléctricos al mismo valor que los de combustión. No sé si eso ocurrirá localmente, pero lo necesitamos.
¿Qué sucede con el transporte de carga?
En este caso, hay otra complejidad dada por el tamaño y el peso de las baterías. Es algo que está en mejora en cuanto términos de innovación. Cada vez aumenta más la densidad energética, que es la cantidad de energía que se puede disponer por tamaño y peso de la batería. Mientras eso va a avanzando, hay una posibilidad para que los vehículos sean a hidrógeno. Es otra tecnología, que también permite “cero” emisiones, sin tener que trasladar un peso tan grande de baterías. Todavía no está tan claro cuál va a ser la tecnología predominante, porque también es verdad que el hidrógeno está con costos muy altos. Hay ver cuál de las dos tecnologías se desarrolla mejor y logra mejores costos.
¿Es posible, en el corto plazo, tener estaciones de recarga eléctrica alimentadas por energía solar o eólica?
No sé si en el corto plazo, pero en el mediano la tendencia mundial es que podamos ir hacia energías renovables en toda la matriz, sin depender de grandes parques o centros de energía. Se proyecta tener generación distribuida, es decir la que podamos producir en nuestras casas con paneles solares o pequeños dispositivos de generación renovable, como minihidros o minieólicas. En ese punto, también hay un tema de costos que van bajando y haciéndolo cada vez más accesible. Se está avanzando, no sé si va a ser masivo en el corto plazo.
Eso sería cerrar el círculo…
Claro y hay algo muy importante que no es muy conocido. Algunos modelos de vehículos eléctricos, tienen la posibilidad de tomar y entregar energía a la red. De acá al 2025 la mayoría de los autos vendrán con esa funcionalidad. Eso significa que un vehículo de uso particular, que está parado el 95% del tiempo, puede conectarse a la red de forma permanente y en todo ese tiempo tomar o entregar energía. Entonces, en los momentos de mayor consumo eléctrico, podría funcionar como back up, entregando energía a la red, incluso podría alimentar nuestras casas si hay un corte o un evento climático que deje fuera de servicio el suministro. Esto sucedió el año pasado en el invierno en Austin, Estados Unidos, donde una nevada muy fuerte interrumpió la red de energía eléctrica tres días. Algunas personas que ya tienen autos eléctricos, los conectaron a sus casas y pudieron abastecerse de electricidad. Quien tenga paneles solares y un vehículo eléctrico, todo conectado, podrá independizarse parcialmente o ser autónomo respecto de la red y hacerlo de forma mucho más limpia de lo que se hace hoy. Si bien parece un ejemplo súper lejano, en Chile ya se está haciendo el borrador de esa legislación y avanzando en la instalación de medidores bidireccionales en las casas, para saber cuánta energía se toma de la red de distribución eléctrica y cuanta se aporta, porque después se balancea a la hora de la facturación.